- Para Brittany VanDerBill trabajar en retail cuando era adolescente le hizo odiar la temporada navideña.
- "Escuchar la misma música repetida desde septiembre y trabajar en Black Friday fue horrible", explica.
- "Ahora que ya no trabajo en el comercio minorista, finalmente puedo disfrutar de la música y las decoraciones", dijo.
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Empecé a trabajar en el mundo del retail y la atención al cliente cuando tenía 12 años; mis padres habían comprado su primera ferretería. Cuando fui a la universidad, conseguí un trabajo en una gran tienda de mejoras para el hogar; era una opción natural, pero trabajar en el comercio minorista planteaba desafíos, sobre todo mientras se acercaba la Navidad. Específicamente, me hizo despreciar las fiestas decembrinas.
Ahora que he estado fuera del mundo del negocio minorista durante algunos años, ya no odio la temporada navideña. De hecho, llegué a aceptarla.
Escuchar música navideña una y otra vez era molesto
Si alguna vez has entrado en una gran tienda de mejoras para el hogar, sabrás que las decoraciones navideñas se venden desde septiembre. Como cliente, es bastante molesto tener que caminar por pasillos llenos de adornos brillantes y decoración con temática de Santa Claus cuando aún ni siquiera llega el Halloween. Hacer eso como empleado durante semanas seguidas es cien veces peor.
Luego está la incesante música navideña que la tienda de productos para el hogar reproducía en bucle desde septiembre. Hay algo horrible en tener que escuchar música navideña una y otra vez durante tres meses, mientras tratas con clientes groseros.
A menudo trabajaba en el Black Friday y arriesgaba mi vida para llegar allí
¿Otra miseria del comercio minorista durante el periodo de meses festivos, cuando se acerca la Navidad? Los turnos obligatorios del temido Black Friday y, a veces, de los días previos a él.
Como trabajaba a tiempo parcial en una tienda en la universidad, no siempre conseguí los mejores turnos. Un año tuve un horario de trabajo de cuatro horas al final del Black Friday. Había estado en mi ciudad natal para el Día de Acción de Gracias y sucedió que hubo una tormenta invernal que arrojó nieve y hielo por todas partes.
Si no asistíamos a nuestros turnos, la dirección nos amenazaba con las consecuencias. Así que conduje 275 kilómetros desde casa hasta la universidad, sobre hielo en el que me derrapaba la mayor parte del camino; nada como arriesgar la vida por un trabajo a tiempo parcial.
Otras veces, en el Black Friday me programaban para trabajar medio turno, pero me mandaban a casa más temprano. Entonces volvía a casa, a un apartamento vacío, en lugar de pasar tiempo con familiares o amigos.
La festividad forzada me convirtió en un Grinch
Me convertí en el Grinch en mi comercio por la música y la decoración decembrina, que comenzaron desde septiembre. Me negué a ver películas navideñas y estoy segura de que no estaba dispuesta a escuchar música de la temporada fuera del horario laboral.
Mientras estaba en la universidad, empecé a salir con mi esposo y él estaba un poco desconcertado por mi odio hacia todo lo relacionado con las vacaciones. Sentí que los demás podían disfrutar de la temporada navideña, mientras que yo la despreciaba debido a la festividad forzada que ya había soportado durante semanas.
Al dejar mi trabajo en retail pude disfrutar de la Navidad
Después de la universidad, pasé del trabajo minorista al servicio de atención al cliente. Aunque trabajar con personas seguía siendo un desafío (especialmente con clientes malhumorados durante las fiestas de fin de año), ya no tenía que escuchar música navideña y estar rodeada de decoración cubierta de nieve durante meses. Para mi sorpresa, pude tolerar algo de música y decoración navideña cuando salía de compras.
Con el tiempo, comencé a comprar decoración navideña y música para disfrutar en casa. De hecho, como adoro todo lo brillante y ahora disfruto las fiestas, nuestra casa tiende a estar cubierta de destellos durante diciembre, pero nunca antes del Día de Acción de Gracias.
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