• Uno de los aspectos más cruciales para alcanzar tus metas financieras es simple: ajustarse a un presupuesto.
  • Los presupuestos a menudo se rompen debido a compras impulsivas, demasiados gastos innecesarios y un estilo de vida que no puedes llevar.
  • Revisar tus finanzas dos veces al año, hacer una pausa antes de derrochar y pagarte a tí mismo primero puede ayudar.
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En la era de las redes sociales, no faltan los expertos de la industria y influencers que prometen libertad financiera con algunos trucos rápidos. Pero una de las partes más importantes para mantener el bienestar financiero es también una de las más sencillas: controlar los presupuestos. 

Aunque parezca simple, mantener un presupuesto no es una tarea fácil, ni física ni psicológicamente. Sin embargo, la tecnología ha mejorado enormemente este proceso laborioso a lo largo de los años con algunas aplicaciones en línea.

Supervisar con éxito tu presupuesto es solo el primer paso; también debes ceñirte a él. Como planificador financiero, a menudo veo tres errores comunes que pueden desbaratar un presupuesto efectivo y eficiente antes de que te des cuenta. 

1. No controlar el gasto impulsivo

Cuando la mayoría de las personas comienzan a presupuestar, generalmente primero separan sus gastos en dos grandes categorías: gastos discrecionales y no discrecionales. O en otras palabras, deseos versus necesidades. Cualquiera de estas categorías puede ocupar una parte justa de tu presupuesto y algo más.

Ignorar tus presupuestos o simplemente no ganar suficiente dinero para llegar a fin de mes es a menudo el catalizador que nos lleva al asesino silencioso del presupuesto: el gasto impulsivo. 

El gasto impulsivo es cuando alguien toma la decisión espontánea o emocional de comprar un producto o servicio. Este es un problema que puede afectar a muchas personas que viven de sueldo en sueldo, porque el gasto impulsivo ofrece un dulce golpe de dopamina, que podría aliviar el estrés por las deficiencias presupuestarias. Además, la investigación a menudo ha demostrado cómo comprar cosas puede reducir los sentimientos de tristeza. 

Sin embargo, nadie es completamente inmune al deseo de gastar impulsivamente.

Implementar estrategias como un periodo de espera obligatorio antes de las compras, recordar objetivos financieros a corto y largo plazo y evitar las compras en línea puede ayudar si sucumbes al gasto impulsivo. 

2. No controlar los gastos discrecionales diarios

Los gastos discrecionales incluyen partidas presupuestarias no esenciales que varían de un mes a otro: ir a restaurantes, pasatiempos, entretenimiento, vacaciones y regalos. Cuando me siento y reviso un presupuesto con un cliente, a menudo se sorprenden de cuánto están gastando dentro de esta categoría.

Dado que estos gastos varían, el primer paso para comprender el impacto de tus gastos discrecionales es revisar tus estados de cuenta bancarios de los últimos tres meses. Este ejercicio te permitirá comparar lo que realmente estás gastando con lo que inicialmente planeaste. Aunque los números te sorprendan, es un ejercicio que vale la pena.

Como pauta básica, la mayoría de los expertos te recomendarán que sigas la regla 50-30-20. Esta regla establece que 50% de tu ingreso neto se destina a costos fijos y esenciales como servicios públicos, vivienda, comestibles, 30% a gastos discrecionales y 20% restante a metas financieras o ahorros como fondos de emergencia.

Creo que la construcción de un presupuesto debe comenzar con tus montos destinados primero al ahorro, luego a la vivienda y luego al transporte. Al emplear este enfoque de arriba hacia abajo, te aseguras de pagarte a tí mismo primero y luego atacar dos de las categorías de presupuesto más grandes para la mayoría de las personas, incluso antes de entrar en gastos discrecionales. Esta es una forma casi garantizada de mantenerlo bajo control.

3. Caer en un estilo de vida que no puedes llevar y no revisar tus finanzas

Si bien creo firmemente en disfrutar los frutos de tu trabajo, te advierto que lo hagas con moderación. Cuando aumentas intencionalmente tu nivel de vida cada vez que aumentan tus ingresos, eso se llama la fluencia del estilo de vida. 

Una excelente manera de evitar esto es realizar revisiones de tus presupuestos al menos dos veces al año. De esta manera, puedes asegurarte que estás pagando precios óptimos por servicios y productos, monitorear la inflación y moderar cualquier tentación de permitir que se filtre el estilo de vida.

Hacer estas revisiones y evitar el estilo de vida son hábitos típicos de algunos de los clientes más exitosos de mi empresa.

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