• Los vehículos eléctricos son fundamentales para los planes de descarbonización de los gobiernos.
  • Sin embargo, pocas veces se tiene en cuenta el impacto medioambiental de sus materiales.
  • Por ejemplo, el acero provoca que las baterías de los coches sean más pesadas. Para que sean sustentables deberán usarse "más tiempo".

Los vehículos eléctricos son un elemento clave en los planes de descarbonización de la mayoría de los gobiernos y empresas. Esto se debe a que sus baterías —de iones de litio, hidrógeno o estado sólido— no emiten gases contaminantes.

No obstante, una mirada más amplia al proceso de construcción y vida útil de un coche eléctrico arroja otros problemas. Comienzan con la escasez de algunos materiales para las baterías como el litio el reciclaje de las baterías. Incluso el costo medioambiental de la elaboración de las materias primas con las que se construye el propio vehículo, como el acero, el aluminio o el cristal.

La necesidad de alcanzar mayores distancias de autonomía en los vehículos eléctricos provoca el uso de baterías con mayor peso al de un coche tradicional. «Son coches con más acero, los frenos son mayores porque las baterías son más pesadas», asegura a la CNBC el experto del banco de inversión Jefferies, Simon Powell.

«Para conseguir el beneficio medioambiental que los gobiernos están buscando, los usuarios tendrán que utilizar estos vehículos más tiempo y conducirlos más que un vehículo tradicional de combustión interna», razona el analista en declaraciones al canal norteamericano.

El mayor peso de las baterías de los vehículos eléctricos también impacta al medio ambiente

Esta situación es uno de los problemas no resueltos de la movilidad eléctrica. Según el experto esto pasa por la reconversión de la industria del acero; que se considera responsable aproximadamente de 7% de las emisiones globales de dióxido de carbono. «Creo que no hay tanta gente que hable de hacer más verde la industria del acero», asegura Powell. Además, considera que hará falta «grandes inversiones» con «horizontes de largo plazo» para ser rentables.

Precisamente esta misma semana se dio a conocer en Suecia un proyecto de fábrica de acero verde, sin emisiones contaminantes. Lo que hace es incluir en la factoría una planta de producción de hidrógeno que alimenta la fabricación. A su vez, este hidrógeno se genera a través de fuentes renovables.

La compañía sueca H2 Green Steel, impulsada por el grupo sueco Vargas Holding —empresa de baterías Northvolt, una de las aliadas de Volkswagen— recaudó recientemente 103 millones de dólares de inversionistas como:

  • Ikea
  • Mercedes
  • La familia Agnelli (Fiat)
  • El fundador de Spotify, Daniel Ek

Para poner en marcha esta fábrica en la localidad sueca de Boden, al norte del país escandinavo, frontera del Círculo Polar Ártico. Su objetivo es comenzar a producir en 2024 y llegar a los cinco millones de toneladas anuales en 2030.

Este no es el único proyecto de acero «verde» que está en marcha en Suecia. También, la acerera SSAB, la minera LKAB y la energética Vattenfall preparan otro similar denominado Hybrit. Incluso la multinacional siderúrgica ArcelorMittal planea algún proyecto similar.

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