• ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío? En el segundo caso, ¿se trata realmente de pesimismo y es tan negativo como se piensa?
  • Esas etiquetas se cuelgan porque se parte de la presunción de que el objetivo ideal es tener un vaso completamente lleno, pero puede ser más bien al contrario.
  • Te explicamos en qué consiste cada visión y por qué es tan relevante.
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Hay un vaso con agua (o lo que sea) a la mitad. ¿Eres de las personas que piensan que está medio lleno, o medio vacío? Con ello se puede medir hasta el liderazgo.

Se suele utilizar este clásico ejemplo para describir la visión sobre la vida, la forma de ser y cómo se afrontan las situaciones. Se dice que quienes ven el vaso medio lleno son optimistas y quienes lo ven medio vacío, pesimistas.

¿Es realmente así? Y, aunque lo sea, ¿es tan malo tener esa segunda visión, considerada pesimista? No tiene por qué serlo. 

Esas etiquetas se «cuelgan» porque parten de la presunción de que el ideal, el objetivo, es tener un vaso completamente lleno. Pero puede ser más bien al contrario.

Una ley de la física establece que ningún cuerpo puede ocupar el espacio de otro al mismo tiempo. Se trata de la impenetrabilidad o la resistencia que opone un cuerpo a que otro ocupe su lugar.

No es necesario saber de física para entenderlo, sino que basta la experiencia: si metes una piedra en un vaso lleno de agua, se desbordará.

¿Qué pasa con la regla del vaso medio y qué tiene que ver con mis emociones y el liderazgo?

Así, la regla del vaso medio vacío «tira» de esa metáfora para explicar por qué esa forma de ver las cosas no solo no es necesariamente negativa, sino que puede ayudar contra el estrés, la ansiedad o «quemarse» en el trabajo, «medir» un liderazgo o alguna situación en el aspecto personal.

Si estás hasta el límite de tu capacidad (vaso completamente lleno), la más mínima cosa que llegue (una tarea, un pequeño problema, un comentario, por ejemplo) tiene el potencial de afectarte de manera significativa.

Por algo existen expresiones comunes que juegan con esta misma metáfora, como «sentirse desbordado», «la gota que derramó el vaso», estar «hasta el tope», etcétera.

Ahí entra en juego el margen como factor esencial: entendido como la diferencia entre tu capacidad y tu responsabilidad, o entre el tiempo y las capacidades, según explica Inc, tener cero margen implica no tener más tiempo ni capacidad para nada más.

Por tanto, el riesgo de «desborde» en forma de estrés, baja productividad, frustración, agotamiento, dejar de lado otras cosas quizá más importantes…

Por el contrario, tener margen significa espacio y tiempo para respirar, detenerse a pensar, concentrarse y asumir nuevas tareas, recoge el medio.

En el caso de una persona con responsabilidades de liderazgo, la regla del vaso medio (vacío o lleno) podría tener un doble impacto, ya que afecta a las personas que la rodean.

Si estás «hasta el tope» y con agotamiento y te centras solo en «salir a flote», no prestarás atención a nuevas oportunidades o a lo que necesita tu equipo.

Además, la ciencia también sugiere que se deberían dejar de lado los prejuicios contra los pesimistas; este tipo de personas son igualmente necesarias en un equipo de trabajo.

Una colaboración internacional pionera investigó cómo la diversidad de temperamentos puede influenciar en la creatividad y cohesión de un equipo.

Concluyó que los pesimistas y los optimistas se necesitan mutuamente. Mientras los primeros ayudan a encontrar problemas, los segundos buscan soluciones creativas y prácticas para salir de ellos.

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