• El aire en los baños públicos está plagado de bacterias resistentes a los medicamentos, y los inodoros con la tapa abierta ayudan a propagarlas por el ambiente.
  • Los secadores de manos pueden distribuir más aire potencialmente sucio alrededor del baño y sobre nuestras manos, según un estudio.
  • Un centro de salud de Connecticut sustituyó sus secadores de manos por toallas de papel, ya que los pacientes cuyos sistemas inmunológicos están debilitados podrían correr más riesgo de contraer algo peligroso si utilizan un secador.

Desde hace tiempo, los científicos son conscientes de que el aire de los baños no es exactamente lo más limpio del mundo.

Los baños públicos pueden contener multitud cepas de estafilococos inmunes a los medicamentos, y los científicos también han demostrado que están repletos de una amplia variedad de microbios, muchos de los cuales provienen de la orina, la piel y de ciertas partes del cuerpo de otras personas.

Ante el debate sobre si secarse las manos con una toalla de papel o con un secador de manos, los científicos han tratado de dar con una solución definitiva que sea lo mejor para la salud.

Un estudio independiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut llevado a cabo en 36 baños hombres y mujeres reveló que los secadores de manos de baño expulsan toneladas de esporas bacterianas en el ambiente. Los investigadores utilizaron placas de ensayo con las que analizar el aire del secador de manos. Descubrieron que durante un secado al aire de 30 segundos de duración se podía depositar en el baño hasta 60 colonias bacterianas distintas. Resulta que, aunque el aire que expulsan los secadores de manos está casi impoluto, arrastran más aire sucio del baño que una toalla de papel.

El autor principal del estudio, Peter Setlow, asegura que el hallazgo de su investigación no les ha sorprendido.

«Cuanto más aire se remueve, más bacterias se adhieren a él», aclaró a Business Insider. «Y hay muchas bacterias presentes en los baños.»

Pero la taza del baño también

De hecho, otros científicos han descubierto que las partículas en suspensión al tirar de la cadena de la taza del baño puede rociar heces fecales a una altura de hasta 4.5 metros. Y remover más aire fecal con un secador de manos podría causar un daño grave, especialmente en personas vulnerables, como ancianos y enfermos.

El propio Setlow, un investigador septuagenario, dice que ha abandonado por completo el uso de secadores de manos tras finalizar su estudio independiente. Y no es el único. La Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut, donde se realizó el estudio, comenzó a distribuir toallas de papel por todas sus instalaciones.

Aún así, es posible que la población no necesite preocuparse en exceso por el modo en que se seca las manos, aclara Setlow.

«Si soy una persona con un sistema inmunológico suprimido, querré minimizar mi exposición a las bacterias», dice. Aquel conjunto de personas que podrían tener dificultades para recuperarse de la exposición a bacterias que, para una persona sana, pueden no resultar demasiado perjudiciales.

Los microbiólogos argumentan que los asientos de los inodoros son puestos a examen de forma periódica y han probado ser superficies mucho más limpias que las de nuestros teléfonos móviles, escritorios de oficina y las cartas de los restaurantes.

Dado que alrededor del 20% de nosotros ni siquiera nos molestamos en lavarnos las manos después de ir al baño, al fin y al cabo el secado de manos puede no ser el problema más importante.

El lavado de manos regular y minucioso, especialmente antes de comer y después de usar el baño, sigue siendo la acción más importante para mantenerse sano y libre de enfermedades, sin importar el modo seleccionado para secarse las manos.

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