• El combustible diésel de ultra bajo azufre, conocido como DUBA, no está disponible en todo el país.
  • Por ello, organizaciones de transportistas piden aplazar la nueva norma ambiental NOM-044.
  • La ley solo requiere que Pemex proporcione diésel más limpio a una quinta parte de los municipios del país.

Bajo el argumento de que el diésel de combustión más limpia no está disponible en todo México, el sector del transporte terrestre pide que se atrase una norma ambiental. Esta exigirá que todos los vehículos pesados nuevos operen exclusivamente con ese combustible, según una carta de la industria.

De hecho, la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) aprobó en septiembre posponer un año más —hasta enero de 2022— la entrada en vigor de la norma. Con ella forzará a esta industria a fabricar, importar y comercializar solamente vehículos pesados que usen diésel de ultra bajo azufre (DUBA), o más limpio.

En tanto, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es señalado por ambientalistas por apoyar a los combustibles fósiles. Está obligado por diversos acuerdos internacionales a cumplir con la reducción de emisiones contaminantes, incluido el TMEC, a mantener altos estándares ambientales.

Sin embargo, la carta de la industria —del jueves pasado dirigida a la titular de Semarnat, María Albores— dice que no posponer la regla provocará una mayor dependencia de los camiones más viejos y más contaminantes.

El uso de combustible de ultra bajo azufre es un desafío para el transporte terrestre

Las organizaciones empresariales que firmaron la misiva advirtieron que debido a la incertidumbre sobre el suministro de DUBA, se paralizará la compra de modelos de camiones más nuevos; con tecnologías que reducen drásticamente las emisiones del tubo de escape, incluso de los que usan diésel convencional.

La NOM-044 exige que los vehículos pesados ​​nuevos operen solo con DUBA; entrará en vigor el próximo año. Su objetivo es reducir la contaminación del transporte terrestre que va desde el escolar hasta el de carga; especialmente del vasto volumen de importaciones estadounidenses que cruzan la frontera norte.

«Estamos a tan solo seis meses del vencimiento del plazo y se necesita congruencia entre las normas de combustibles y ambientales, y certeza para la planeación de producción en los siguientes meses», dice la misiva, firmada por asociaciones que incluyen a los fabricantes de camiones y a los transportistas.

La Semarnat no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la norma que ya fue aplazada en 2020. Pero en la carta solicitan posponerla «por insuficiencia en el suministro de DUBA».

Las asociaciones alegaron que un estudio que realizaron entre abril y mayo reveló una disminución de la disponibilidad del diésel más limpio en las estaciones de servicio de todo el país.

Según un muestreo aleatorio de 380 estaciones de suministro, alrededor del 73% vendió DUBA. Eso se compara con alrededor del 75% en 2019 y el 81% en 2018, según el documento. «Los resultados no son alentadores», dijeron.

La industria dice que el gobierno debe garantizar una disponibilidad del 100%. Además, señalan que hace menos de dos años la propia Secretaría de Energía admitió una distribución insuficiente del combustible incluso ante el regulador energético local, la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Una meta pobre para ayudar al medio ambiente

En comparación con el diésel convencional, el diésel con bajo contenido de azufre puede reducir los contaminantes del aire nocivos como el óxido de nitrógeno y las partículas diminutas en más de un 90%, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Ambos contaminantes contribuyen a enfermedades respiratorias y cardiovasculares mortales, así como a algunos cánceres.

En Estados Unidos, únicamente el DUBA podía ser comercializado para 2010; pero solo después de eso el gobierno ordenó que todos los vehículos pesados estuvieran equipados forzosamente con las tecnologías adecuadas para usarlo. La cadena de transporte de México quiere el mismo enfoque de dos pasos. 

Si el gobierno no modifica la normativa y el cronograma, el sector dice que se verá obligado a frenar bruscamente la compra de modelos más nuevos.

Eso significa que los camiones y buses existentes permanecerán en la carretera por más tiempo. Así se extenderá la edad promedio de 19 años de la gastada flota actual; además de un aumento involuntario de las emisiones.

Sin embargo, los modelos más nuevos que todavía usan diésel convencional pueden reducir las emisiones de óxido de nitrógeno en más de 80% y las partículas peligrosas a la mitad, en comparación con las emisiones de los camiones más antiguos, señalan las asociaciones.

A finales de 2019, el gobierno otorgó a Pemex una extensión de cinco años del plazo para dejar de producir diésel convencional y comercializar solo el DUBA.

Gracias a la prórroga, antes de 2025 la ley solo requiere que Pemex proporcione el diésel más limpio a aproximadamente una quinta parte de los municipios del país. Un detalle que, según la industria, subraya la falta de disponibilidad adecuada.

Con información de Reuters.

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