• Aunque un Mundial esta lleno de sorpresas durante su fase de grupos, en su fase de eliminación directa solo avanzan selecciones de la UEFA y la Conmebol.
  • Esto podría explicarse con ayuda de la “trampa del ingreso medio”, un término acuñado por macroeconomistas internacionales.
  • Los equipos europeos y sudamericanos se beneficiarían por el tamaño de su población, su riqueza y experiencia.
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Cada Mundial regala sorpresas. En la fase de grupos de Qatar 2022, Japón deleitó a los aficionados al derrotar a Alemania y España, Arabia Saudita venció a Argentina, Marruecos derribó a Bélgica y Corea del Sur le ganó a Portugal.

Incluso Brasil, la selección con más campeonatos mundiales en su palmarés, y Francia, el actual campeón, fueron derrotados por equipos de bajo ranking: Camerún y Túnez, respectivamente. Aunque hay que recordar que a esas alturas ambas selecciones ya habían clasificado para la ronda eliminatoria.

Y a raíz de las conmociones en la fase de grupos, surge la misma pregunta en cada Copa Mundial: ¿Estamos viendo finalmente el cambio de guardia en el futbol global?

Entonces comienza la fase de eliminación directa. En los últimos días, Estados Unidos cayó ante Países Bajos, Australia contra Argentina, Senegal ante Inglaterra, Japón cayó en penales contra Croacia y Corea del Sur fue goleada por Brasil.

El tema común es que los equipos que ganaron esos enfrentamientos son parte de dos confederaciones continentales históricamente dominantes: la UEFA, en Europa, y la CONMEBOL, en Sudamérica. 

Estas confederaciones, que gobiernan las ligas de futbol profesional en esos continentes, han suministrado a todos los semifinalistas de la Copa Mundial, menos uno, desde 1930. Ningún equipo de ninguna otra confederación ha llegado a la final.

Los propios ganadores del Mundial pertenecen a una élite que rara vez cambia. Lo más probable es que eso no cambie en Qatar 2022. De los ocho equipos que quedan en la competencia, cuatro (Brasil, Francia, Argentina e Inglaterra) son ya fueron campeones del mundo, dos (Países Bajos y Croacia) son finalistas perdedores y uno (Portugal) ya fue semifinalista.

Y luego está Marruecos.

Un juego de dos mitades (global)

Entonces, ¿por qué los equipos de África, Asia, Norteamérica, Centroamérica y el Caribe siguen siendo perdedores?

Abordé esta pregunta durante la última Copa Mundial en un artículo escrito con Melanie Krause de la Universidad de Hamburgo. Examinamos un conjunto de datos de más de 32,000 partidos internacionales de futbol jugados desde 1950 hasta 2014. Esto reveló dos resultados interesantes, aunque quizás también esperados.

Primero, las naciones a las que les va bien en la Copa Mundial tienden a compartir tres características:

  • Tienen una gran población: garantiza un gran grupo de talentos.
  • Son relativamente ricos: pueden darse el lujo de desarrollar el talento.
  • Han jugado futbol internacionalmente durante mundo tiempo: la experiencia importa.

Sin duda, a algunos países pequeños, pobres e inexpertos les va bien en ocasiones, y ser bendecidos con solo una o dos de estas ventajas también marca la diferencia.

En segundo lugar, con el tiempo hay convergencia. Es decir, los países más débiles de épocas anteriores han mejorado y el dominio de los equipos anteriormente fuertes ha disminuido.

Esto es de esperar. Algo similar ocurre en las economías globales con PIB per cápita. En general, la brecha entre países ricos y pobres ha disminuido a medida que las tecnologías se han extendido por todo el mundo.

De manera similar, el aprendizaje y la imitación hacen que converjan tanto el PIB per cápita como los resultados del futbol. En este deporte, ​​las naciones menos exitosas pueden cerrar la brecha adoptando las técnicas y el entrenamiento de las naciones de élite.

Jugando a ponerse al día

Entonces, ¿por qué los europeos y los sudamericanos se han mantenido dominantes en la Copa Mundial?

Krause y yo describimos esto como un ejemplo de la “trampa del ingreso medio”, un término acuñado por macroeconomistas internacionales. La idea es que las naciones en desarrollo comiencen a alcanzar a las naciones desarrolladas, pero luego se encuentran con obstáculos.

Las razones por las que esto puede suceder son multifacéticas, pero la versión simple es que estas economías con frecuencia se centran en la fabricación orientada a la exportación. Sin embargo, luego luchan por hacer la transición a economías de servicios impulsadas por la innovación.

Este argumento no está exento de detractores, pero ciertamente parece encajar en el futbol al ver cómo les ha ido a los países emergentes del pasado.

Cuando Camerún avanzó a los cuartos de final de Italia 1990 y tuvo la mala suerte de perder ante Inglaterra, fue visto como un punto de inflexión: evidenció que un país africano podía competir con la élite del futbol.

Hoy, las naciones africanas son tratadas con más respeto. El éxito de Japón no es tan sorprendente como habría sido hace 30 años, dada la cantidad de jugadores japoneses que juegan en las ligas europeas.

Asimismo, el ascenso de la Estados Unidos, quizás el único sector en donde realmente es una nación en desarrollo, ha levantado expectativas.

No obstante, el obstáculo para un mayor progreso parece claro. Europa, en particular, sigue dominando la competición en la que participa la mayoría de los futbolistas: el futbol de clubes. 

Los jugadores de naciones europeas juegan regularmente para clubes que incluyen a los mejores de todo el mundo, asegurándose de que siempre estén actualizados con los últimos desarrollos. Los clubes ricos también significan tener las mejores instalaciones.

Debido a sus lazos históricos con España, Italia y Portugal, Argentina y Brasil también están conectados a esta red.

Mover los postes de la portería

¿Qué significa todo esto para las etapas finales de Qatar 2022 y las posibilidades de Marruecos, la última posibilidad remota de este torneo?

Marruecos tiene pedigrí de Mundial, siendo el primer equipo africano en clasificar al torneo en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, participando en México 1970. 

En los últimos años, ha seguido un curso que puede resultar la mejor opción para los países con “trampa de ingresos medios”: acceder a la red de clubes de élite de Europa. La mayor parte del 11 inicial de Marruecos juega en clubes europeos. La proximidad física del país a Europa también es una ventaja.

Alcanzar los cuartos de final representa el mejor logro futbolístico de Marruecos, y es bien merecido dado que el equipo encabezó su grupo y derrotó a su vecino del norte, España, por penales en los octavos de final.

Una semifinal no está fuera del alcance de Marruecos. Sin embargo, avanzar más allá de una semifinal contra Francia o Inglaterra es poco probable. Incluso si lo hiciera, hay muchas posibilidades de que se enfrente a Brasil en la final, y vencer a ese equipo parece inverosímil, en el mejor de los casos.

Y esto resume el problema de los equipos atrapados en la “trampa de ingresos medios”: derrota a una nación de primer nivel y solo tendrás que enfrentarte a otra. Eventualmente, la probabilidad te abrumará.

Este artículo se publicó originalmente en inglés.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

*Stefan Szymanski es profesor de Gestión Deportiva en la Universidad de Michigan.

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