- Jennifer Kahn, de 34 años, se incorporó a Deskbird, una empresa de software para el empleo híbrido, en agosto de 2020.
- Aprovechó la política de trabajo a distancia de la empresa y decidió trabajar desde el extranjero.
- Estos son los consejos que te damos para que logres este objetivo.
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Hace poco menos de dos años empecé a trabajar en la startup Deskbird, que permite laborar a distancia y en el extranjero.
Los fundadores y algunos otros miembros del equipo tienen su sede en Múnich, Alemania, mientras que el resto está repartido por toda Europa.
Yo vivo en Suiza, pero Deskbird aprueba que sus empleados laboren desde cualquier parte del mundo.
Después de un par de meses trabajando ahí, reflexioné sobre que no tenía por qué quedarme en Zúrich. Así que busqué en Google el modo de estar en el extranjero viviendo con más gente y di con el concepto de coliving.
En enero de 2021, reservé mi primera estancia en un espacio de este tipo en Tenerife, España, donde la gente no solo busca trabajar junta en un espacio de coworking, sino que también vive en un departamento compartido.
Desde entonces, trabajé en Normandía, Francia, durante cuatro semanas; en Sofía, Bulgaria, durante una semana, y en Grecia durante dos semanas.
Ya he planeado tres viajes más, entre ellos trabajar en las Azores durante tres semanas en julio.
La comunidad de nómadas digitales en Europa y en el mundo está creciendo rápidamente. Muchos de ellos solo quieren probar esta forma de trabajar, como yo lo hice. Y la mayoría vuelve.
Estos son mis cinco consejos para trabajar a distancia desde el extranjero.
1. Estar al menos unos meses en el extranjero
La primera vez que me trasladé al extranjero para trabajar a distancia estuve dos meses fuera de mi país, y que creo que es una buena cantidad de tiempo para la primera vez que lo pruebas.
Puede llevar un poco adaptarse; siempre soy partidaria de tomarse su tiempo en un lugar nuevo. Algunas personas que he conocido viajando, solo iban a quedarse dos semanas, pero acabaron alargando su estancia.
Puede que pienses: «Esto no es para mí. Necesito mi vida cotidiana, mis rutinas». Y eso está bien.
2. Toma un tiempo a solas
Al principio, yo también me sentí un poco abrumada por toda la socialización.
Aprendí que tengo que alejarme y tener algo de tiempo para mí de vez en cuando.
Eso no es tan sencillo con el coliving, donde salir con la gente siempre parece la opción más fácil.
3. Mantén tus rutinas favoritas
Me di cuenta de lo importantes que son para mi ciertas rutinas. La reunión diaria a las 10:00 horas con mis compañeros de equipo es sagrada, al igual que mis clases de deporte.
También tengo un gran gimnasio en Zúrich que empezó a ofrecer transmisiones en directo cuando empezó la pandemia. Voy dos o tres veces por semana.
Me hace feliz poder seguir asistiendo a distancia y ver a la gente que conozco ahí.
4. Ten claro cómo trabajas mejor antes de viajar
Hay algunas preguntas importantes que debes responder antes de decidirte a viajar: ¿Qué método de trabajo me conviene más? ¿Qué tipo de entorno necesito para rendir al máximo? Para aquellos a los que les gusta tener mucha interacción en la oficina, un sitio de coworking local podría ser más adecuado.
Pero yo necesito más paz y tranquilidad. Los coworking son geniales, pero no funcionan para gente como yo, que tiene que hacer muchas llamadas.
En el espacio de coliving de Tenerife había salas de reuniones adicionales para hacer llamadas.
Pero yo siempre quiero estar disponible para alguno de mis compañeros, incluso en mi casa, así que suelo laborar desde mi habitación.
5. Asegúrate de que tu espacio de coliving tiene el equipo adecuado
Soy un gran fan de tener mi propio escritorio. Nunca he trabajado desde una silla de playa.
Como diseñadora de UX, también es útil tener una segunda pantalla, pero puedo arreglármelas con mi MacBook Pro si lo necesito. A menudo, los espacios de coliving las ofrecen.
Cuando llego a un nuevo lugar, quiero un espacio de trabajo fijo en el que pueda permanecer el resto de mi tiempo ahí.
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