• La carrera por conseguir baterías con mayor autonomía y duración provoca alianzas entre científicos y compañías de automoción.
  • Un grupo de investigadores en conjunto con Tesla presentaron una composición de baterías de litio con níquel y cobalto.
  • Esta podría llegar a una vida útil de 100 años bajo determinadas condiciones.
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La carrera por mejorar las baterías y buscar alternativas o complementos para el litio, especialmente para los coches eléctricos, es un campo de incesante actividad económica y científica. Buscan que tengan mayor capacidad de almacenamiento, potencia y duración. Pero los problemas económicos por el encarecimiento de materias primas como el níquel o el cobalto, no facilitan esta tarea.

Esto provoca que grandes compañías de movilidad eléctrica busquen alianzas con centros de investigación especializados en este campo. Es el caso de Tesla.

La empresa de Elon Musk y su incursión en el mundo académico ya le está dando frutos: una composición de batería de litio que podría durar 100 años. Esto como parte de su cátedra de investigación en baterías de larga duración, alta densidad de energía y bajo coste. El estudio lo realiza en conjunto con el Consejo de Investigación en Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá .

La batería contiene litio, níquel, manganeso, cobalto y grafito artificial. El equipo de investigadores la nombró NMC53.

Según las pruebas realizadas por los autores del trabajo académico su batería ofrece «una capacidad superior de retención» comparada con las de litio ferrofosfato (LFP). Los resultados se publicaron en la revista Journal of The Electrochemical Society.

«Estas baterías, particularmente las equilibradas y cargadas a 3.8 vatios, muestran mayor eficiencia, menos pérdida de capacidad y una densidad de energía mayor comparada con las LFP. Se proyecta que podrían alcanzar tiempos de vida útil de aproximadamente un siglo a una temperatura de 25ºC», asegura el equipo dirigido por Jeff Dahn.

El artículo también señala que esta mayor durabilidad podría beneficiar a otros usos del coche eléctrico, como la posibilidad de emplearlo como batería con cargadores bidireccionales.

«Las baterías de coches que sirvan como almacenaje pueden beneficiarse de este diseño; su coste por unidad respecto a su vida útil es superior comparada con las LFP», explican. Sin embargo, reconocen que se podría mejorar su coste utilizando material reciclado y cuando baje el precio del níquel y el cobalto.

Tesla, en busca de alternativas

La compañía de Elon Musk se ha convertido en una de las más activas del sector que buscan alternativas de composición de baterías. Hace año y medio presentó su nuevo diseño de celda 4680, compuesta con níquel y cobalto, que está construyendo la japonesa Panasonic pero no rechaza otras opciones.

De hecho, durante el primer trimestre la mitad de los más de 300,000 vehículos que produjo tenían baterías de LFP, que ofrecen un menor coste al no contener níquel ni cobalto. Estos materiales son los que más se están encareciendo en los últimos meses.

Las baterías de composición LFP apenas supusieron 3% del total del mercado en Norteamérica y 6% en la Unión Europea, pero en China ya alcanzan 44% del mercado, según datos de Benchmark Mineral Intelligence revelados por Reuters.

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