Aunque no sepas mucho de psicología positiva, es muy probable que conozcas a Tal-Ben Shahar, nada menos quien fuera el profesor de la clase más popular en la historia de Harvard, sobre felicidad, y quien siempre nos está invitando a crecer.
No puede ser para menos. Pese a que tengo años de conocerlo y seguirlo –porque es una leyenda viva–, Tal siempre logra sorprenderme en la forma como suele ponernos en camino de la felicidad a quienes lo escuchamos.
La semana pasada tuve la oportunidad de platicar con él en el Wellbeing 360º que organizamos en el Instituto de Ciencias de la Felicidad de la Universidad Tecmilenio y nuevamente nos dejó felizmente boquiabiertos.
Tal nos recordó, en una entrevista que puedes escuchar on demand, que la mayoría de las personas solemos concentrarnos en estudiar los problemas, en lugar de hallar las oportunidades en las adversidades y convertirlas en crecimiento y bienestar.
Por la alta demanda de sus cursos, él impartía su clase en un auditorio con un aforo superior a las 800 personas y siempre estaba lleno.
Nos contó que cuando pregunta a su auditorio si conoce el trastorno mental postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés de post-traumatic stress disorder) un gran número, en su mayoría psicólogos, levantan la mano. Inmediatamente vuelve a preguntar si, ahora, alguien conoce el crecimiento post-traumático (PTG o post traumatic growth) y rara vez alguien de los asistentes lo ha estudiado.
De alguna manera lo que Tal quiere decir con el ejercicio es que el común de los científicos investigamos los desórdenes que nos causan los traumas, pero rara vez nos ponemos a estudiar los elementos y condiciones que provocan que las personan experimenten crecimiento y desarrollo humano tras enfrentar una crisis.
A eso se dedica la psicología positiva y ese es el beneficio que podríamos obtener de estudiar el PTG.
Podemos encontrar las condiciones propicias para el crecimiento “sí, y es una gran sí”, si estamos conscientes de que la crisis que enfrentamos nos da la oportunidad de crecer y si sabemos poner las cosas en orden para que nuestro desarrollo se dé, nos dijo Tal.
La felicidad es un músculo que se debe desarrollar
Puso un ejemplo muy sencillo. Es como ir al gimnasio. Cuando acudimos a ejercitarnos con pesas nuestros músculos sufren el estrés, sus fibras se rompen, pero si lo hacemos adecuadamente y lo repetimos con constancia, lograremos no sólo estar más fuertes, sino que podremos enfrentarnos a sesiones cada vez más duras con mayor facilidad.
No pude evitar en pensar en mi maestro Martin Seligman, en la Universidad de Pennsylvania, considerado como uno de los fundadores de la psicología positiva y que también nos acompañó este año en el Wellbeing 360º.
Seligman, hasta finales del siglo pasado, era famoso por haber estudiado y entendido como nadie los temas relacionados con la depresión. Un día le sobrevino la idea de hacer exactamente lo contrario. En lugar de buscar las causas de la depresión y las terapias para superarla –una labor valiosísima para la humanidad–, por qué no mejor estudiar las condiciones que permiten a una quinta parte de la población ser felices sin importar las adversidades y condiciones que enfrentan en su entorno.
Así nació la psicología positiva, la materia que enseñó con tanto éxito Tal-Ben Shahar en Harvard, y que nos promete hacer crecer a las personas y en consecuencia mejorar el mundo, las organizaciones y las familias.
Algunas de las sugerencias que nos dio Tal para hacer posible el crecimiento post traumático, es el darnos permiso de hacernos humanos y dejar que ingrese la felicidad a nuestras vidas mediante tres formas saludables:
1. Soltar una lágrima cuando sea necesario
Por contradictorio que parezca, las investigaciones demuestran que las personas se sienten mejor después de llorar un rato. No importa si eres mujer, si eres hombre, si eres un niño o un adulto, hay que permitirnos llorar. Es decir, vivir con intensidad todas tus emociones.
2. Llevar un diario
Escribir sobre las experiencias difíciles que enfrentamos todos los días y hacer una síntesis sobre cómo las resolvemos, ha demostrado ser de gran ayuda para lograr el crecimiento.
3. Hablar
Hablar sobre estas crisis con un terapeuta, un coach o un amigo muy empático, con quien nos podamos abrir y compartir, también nos ayudará a crecer como seres humanos.
Así que debemos poner en la balanza qué camino tomamos como personas y como sociedad, especialmente en estos tiempos, para decidir si curamos las heridas post traumáticas y sufrimos el deterioro social (PTSD) o mejor nos preparamos para crecer (PTG).
Ahora que encaramos la pandemia, el maestro de la felicidad, Tal-Ben Shahar, desea, como yo también lo anhelo, que las personas, las familias, las escuelas, los gobiernos, las naciones adopten las rutas para crecer como seres humanos, la del PTG, una herramienta que la psicología positiva hoy pone en nuestras manos.
Correo: cienciasdelafelicidad@tecmilenio.mx
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