Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

Siempre me gusta estar al pendiente de cómo distintos sucesos afectan nuestra economía, hacer algunos pronósticos basados en la reflexión, y a partir de ello poder tomar acción pensada y aterrizada. Hoy quiero hablar de dos sucesos que en un inicio pudieran parecer desconectados, pero que en este texto abordaré porque se conectan, y explicar cómo pueden beneficiar o afectar tu bolsillo: el súper peso, y la amenaza de que, por primera vez en la historia, existe la posibilidad de que Estados Unidos no pague su deuda.

Sin duda puede ser una sorpresa, pero el peso, después de atravesar situaciones muy tensas, donde superó 23 pesos por dólar al inicio de la crisis por Covid-19, y mantenerse por 3 años entre 20 y 22 pesos, en el tipo de cambio hoy se posiciona como la mejor moneda emergente en los últimos meses: estamos en un mínimo que no se veía desde 2018, el cual al momento de escribir esto era de 18.44 pesos por dólar. 

Esto es resultado de muchos factores, muchos de ellos externos, pero que se combinan con decisiones del Banco de México y que mandan un mensaje positivo al exterior, haciendo que el país se mantenga como uno de los destinos más atractivos para el capital internacional, incluso hoy más que Estados Unidos.

“Wow wow wow, Simon, ¿qué acabas de decir?” Pues eso, una razón de la fuerza del peso actualmente es que lucimos bastante bien al exterior, por ejemplo, todo el tema de nearshoring da una visión positiva del país hacia el exterior; los mencionados movimientos en la tasa de interés, hacen que los rendimientos que da nuestro país sean más atractivos que  los de otros países de Latinoamérica y también a los que ofrece Estados Unidos actualmente combinado con la relación que existe entre el PIB y la deuda de país, tiene una mejor relación en México (40%) que en Estados Unidos (115%). 

Y eso me lleva al punto crucial que quiero tratar hoy: en Estados Unidos, desde enero de este 2023, se indicó que el país había alcanzado su límite de deuda, y de no levantar su techo de deuda, estaría incapacitado para cumplir sus compromisos. Esto es “normal”, y ahí entra en acción el congreso para aumentar este techo, situación que normalmente ha avanzado, siempre con condiciones y juego político, pero avanzado.

Hoy nos enfrentamos a un panorama donde la discusión está estancada, y se hace muy latente porque en la historia solo hemos visto cuatro veces (1995, 2011 y 2013), que la economía más importante del mundo pueda entrar en incumplimiento de deuda, pero nunca antes en un ambiente político tan contencioso.

Básicamente, todo nuestro sistema económico se fundamenta en la convicción de que existen lugares donde nunca va a faltar el dinero, países como Japón, Suiza, Inglaterra, y claro, los Estados Unidos. Países que siempre van a pagar sus cuentas. Las tasas de interés, las bolsas, las inversiones, se mueven mucho en sintonía con esta convicción, los inversionistas prefieren estos lugares sobre otros con mayor riesgo, países donde el dinero es más caro, justo porque es más riesgoso (por ejemplo países en Latinoamérica, que tienen historial incumpliendo con sus pagos, tienen tasas mucho más altas).

El límite para resolver esto, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso, está entre julio y septiembre, cuando se agotará la capacidad del gobierno para para endeudarse usando medidas extraordinarias, en el tercer trimestre de este año, el país más poderoso del mundo podría caer en incumplimiento de pagos, si los legisladores no permiten subir el techo de deuda. La situación de incertidumbre es tal que no se sabe cuánto y cuándo pagarán, ni la fecha en que podría resolverse.

Hoy, esto apoya a México como un mejor destino, y es un buen momento para comprar barato en dólares, por ejemplo, maquinaria o equipos valuados en dólares, inversiones en valores y bolsas del país del norte, o también de aprovechar la tasa de interés nacional y por ejemplo subir nuestro presupuesto de inversión en Cetes. Esto siempre en la confianza de que terminará arreglándose.

En el cortísimo plazo, de aquí a abril o mayo, no veo un mayor tema, veremos una tendencia positiva para México. Pero, ¿qué pasa si llegamos a junio sin claridad en esto? Empezaremos a ver mucho movimiento, sin duda una parte beneficiará en lo inmediato a países como México y Corea, como destinos más seguros. Pero si no se resuelve pronto estamos hablando de la pérdida de confianza en el mercado de capital más importante del mundo, y nuestro principal socio comercial.

Si nuestro socio comercial pierde credibilidad en el resto del mundo y las condiciones son más caras para ellos, esto terminará por impactar también a nuestra economía. Entonces, solo ver el beneficio inmediato de un buen tipo de cambio, nos puede hacer pasar por encima que esto puede agravarse y que ante una potencial tormenta, debemos estar preparados.

Si estás en una situación que te lo puedes permitir, aprovecha el dólar bajo; si no, visualiza tiempos difíciles para los siguientes meses y favorece tu inversión en México. La fecha límite es en junio, si para entonces no está resuelto, se van a generar algunas problemáticas internacionales ante las que debes prepararte: no volver todo tu capital líquido, pero sí ajustar el portafolio, aunque podremos hablar de ello más adelante.

Simon

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook , InstagramTwitter y LinkedIn

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión