- Con la llegada del streaming de música y video, la industria del entretenimiento cambió.
- Ahora, ya no hay necesidad de cargar tus discos o tener un librero lleno de películas si cuentas con internet.
- El consumó de contenidos online cambió para siempre la industria del entretenimiento.
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El streaming transformó la forma en la que consumimos los productos de la industria cultural: películas, series o música, entre otras. La llegada de la retransmisión online trajo consigo una serie de cambios significativos —tanto para el entretenimiento como para la vida cotidiana— de las personas que lo consumen.
A continuación, algunas de las formas en las que los servicios de contenido bajo demanda alteraron para siempre el panorama cultural:
El derrocamiento de los cines
Los primeros días de la pandemia fueron mortales para las salas de cine. Los cinéfilos de medio mundo no podían reunirse como antes, ya que el cine era una actividad de interior y muchos prefirieron evitarlo.
A nivel mundial, las salas de cine recaudaron 43,200 millones de dólares (mdd) en taquilla en 2019, según Hollywood Reporter; este citó datos de la Motion Picture Association (MPA). En 2020, las cifras se desplomaron hasta los 11,886 mdd.
En 2021, los datos de taquilla comenzaron a repuntar, alcanzando los 21,400 mdd; en lo que va de año, las salas de cine experimentaron un incremento de facturación de 365% respecto a 2021, según CNBC.
Sin embargo, la estrella de las salas de cine en la industria cultural ya se estaba apagando en los años previos a la pandemia.
En un informe de 2018, Deloitte estipuló que, en 2017, menos de 20% de las «grandes películas» fueron capaces de obtener ganancias; mientras que el público que acudía a las salas de cine iba en «tasa de crecimiento anual negativa» del año 2009 en adelante. Además, la consultora citó el aumento de los servicios de streaming como una de las razones del descenso.
A lo largo de los años, competidores como Netflix, HBO o Amazon Prime Video han socavado los ingresos de los cines al ofrecer al público contenido de calidad para que lo disfrute desde casa.
Fuente: Business Insider, Hollywood Reporter, Deloitte, CNBC.
Se acabaron los booklets de los discos
Para los fans más acérrimos de un artista musical, los booklets del álbum podían ser a veces un auténtico tesoro. Estos fragmentos de texto, que solían aparecer en las contraportadas o en las fundas interiores de los CD o vinilos, llegaron incluso a contar con su propia categoría en los Grammy a partir de la década de 1960.
Estos textos ofrecían contexto e información adicional sobre algunas grabaciones. Sin embargo, con la gran cantidad de personas que escuchan música a través de servicios como Spotify, se volvieron menos relevantes.
Según un artículo de The Balance Careers de 2020, las notas en los álbumes «cayeron en relevancia y en vigencia» cuando los casetes empezaron a superar a los discos de vinilo como formato musical predominante.
Fuente: The Balance Careers, The Recording Academy.
Pagos más bajos para los artistas musicales
No es ningún secreto que muchos artistas no son especialmente fans de Spotify. Taylor Swift, por ejemplo, retiró toda su producción musical del servicio de streaming de música. El fundador y vocalista de Talking Heads, David Byrne, explicó en un artículo en The Guardian las implicaciones que tenían plataformas como Spotify.
«Lo que está en juego no es la supervivencia de artistas como yo, sino la de artistas emergentes y la de aquellos que tienen solo unos pocos discos en su haber (como St Vincent, mi actual compañera de gira, que no es precisamente una desconocida)», señaló Byrne.
«Muchos músicos como ella, que parecen estar bien posicionados, ser conocidos y tener mucho talento; al final tendrán que buscar empleo en otra parte o cambiar lo que hacen para poder ganar más dinero«, denunció.
Esta situación tiene que ver, en parte, con cómo está estructurada la industria musical. Citigroup estipula que solo 12% de los cerca de 43,300 mdd que ingresó la industria musical en 2017 llegaron a manos de los propios artistas.
Por hablar en concreto de Spotify, la plataforma paga a los artistas una fracción de céntimo por cada reproducción; en función de las obligaciones contractuales que ambos hayan establecido. Esto hace que el streaming sea mucho menos lucrativo para los propios artistas que los lanzamientos tradicionales de discos físicos.
Fuente: The Verge, Business Insider, The Guardian, Citigroup, Business Insider.
Uno de los aspectos de la industria cultura como las regalías, desaparece
En el pasado, lo normal era que los actores pudiesen esperar algunos ingresos pasivos (o regalías) por haber participado alguna vez en un proyecto de éxito.
Incluso los intérpretes cuyos papeles fuesen «menores» —como Reece Thompson, que interpretó al «chico irlandés» sin nombre de Titanic— podían esperar regalías de las repeticiones en televisión. Estos pagos se hacían a los actores cada vez que se emitía una serie o una película en la que hubiesen trabajado.
Sin embargo, esas regalías parecen ser cosa del pasado para muchos actores, incluso para aquellos que se pueden considerar de éxito. Recientemente, la actriz de Euphoria, Sydney Sweeney, hablaba sobre cómo los actores que trabajan en series de plataformas de video bajo demanda ya no reciben esos ingresos.
Fuente: Business Insider, Business Insider.
Se acabaron las grandes bibliotecas de CD y DVD
Antes de que el streaming se afianzara, no era extraño encontrarse con alguien con un enorme estante de DVD o de discos en casa. Incluso, algunos en la guantera del coche.
En 2020, la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos constató que ese año los discos generaron cerca de 600 mdd en ventas, frente a los más de 13,000 mdd del año 1999.
A los DVD no les ha ido mejor. En 2005, las ventas de este formato superaron los 16,000 mdd. En 2018, esa cifra se redujo a 2,200 millones. Según CNBC, la fuerte caída se debe a la proliferación del streaming como manera de consumir series y películas.
La industria cultural recibe igual o más ingresos con las producciones para streaming contra el cine tradicional
Durante gran parte de la historia del audiovisual se tuvo que ir a la sala de cine para presenciar un espectáculo cinematográfico de calidad. Las películas clásicas de Hollywood estaban donde estaba el dinero.
El streaming alteró la percepción del público de dónde se consume el entretenimiento de calidad. En 2020, dos películas de Netflix —»Historia de un matrimonio» y «El irlandés»—, recibieron sendas nominaciones a los Oscar.
Por su parte, HBO inverte más de 20 mdd por episodio para su nueva serie, «La casa del dragón», el esperadísimo spin off de «Juego de tronos».
Fuente: Business Insider, The Ringer, GQ.
La industria cultural ya no depende de los éxitos de la televisión tradicional
El 21 de noviembre de 1980 fue un día histórico para la televisión. Ese día, 350 millones de personas encendieron la televisión para ver Dallas en horario de máxima audiencia.
Actualmente, con la llegada del streaming, estos fenómenos son cada vez más raros; ya que el público puede decidir cuándo consume las series que le interesan.
Así, cuando la cuarta temporada de la exitosa serie de Netflix «Stranger Things» vio la luz este 2022, la compañía midió su estreno por las visualizaciones que se produjeron durante el fin de semana en el que se estrenó; en lugar del momento en el que se puso a disposición del público.
Hollywood Reporter reseñó en 2019 que las cifras de Nielsen, consultora especializada en datos de audiencia, cayeron drásticamente en los últimos años. La razón es que tanto la televisión convencional como la avalancha de nuevos servicios de streaming se canibalizan mutuamente.
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