• La gente inteligente, con el paso del tiempo, renuncia a su puesto de trabajo.
  • Esto supone un grave problema para las empresas, quienes tienen dificultades para encontrar a nuevo personal.
  • Steve Jobs ofreció hace años un consejo a los empresarios que sufren esta fuga de talento.
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Las empresas tienen que hacer frente a una problemática que les amenaza cada día, que es la fuga de talento y esto lo sabía muy bien Steve Jobs, cofundador de Apple.

Esto se puede dar por varias causas: falta de motivación, ganas de emprender un negocio propio o simplemente el gusto por afrontar nuevos retos.

Algunos empleados, además, sienten que las compañías no sacan todo su potencial, de ahí que acaben abandonando su puesto de trabajo.

Steve Jobs, tenía una explicación para los jefes que sufren la marcha de buenos profesionales.

«No tiene sentido contratar a gente inteligente y decirles lo que tienen que hacer. Contratamos a personas inteligentes para que nos digan lo que tenemos que hacer», aconsejó Jobs.

Es decir, el empresario le «dio la vuelta» al concepto del talento en las organizaciones. Lo importante no es darles las tareas más complejas y sesudas, sino que ellos mismos implementen la estrategia a seguir.

Esta manera de entender la empresa coincide con el concepto de «trabajador del conocimiento» que acuñó el experto en gestión Peter Drucker en 1959.

Las tareas típicas de esta persona son planificar, organizar, analizar, probar, programar, investigar y difundir contenidos, y esto es principalmente lo que le diferencia de un empleado no cualificado.

Claves que deben seguir las empresas

Teniendo en cuenta la visión de Steve Jobs, es posible establecer tres consejos para llevar a cabo una mejor gestión del personal en el trabajo.

1. Participación en la toma de decisiones

Los trabajadores inteligentes deben participar de manera activa en la estrategia y el rumbo de la empresa, definiendo ciertas decisiones clave.

2. Cooperación

La compañía debe fomentar siempre la cooperación entre su personal, incluyendo aquí a los más brillantes para que no queden aislados.

3. Que los jefes escuchen

El líder tiene que escuchar más de lo que habla. De este modo, si se respeta la manera de trabajar de las personas, la organización acabará obteniendo un impacto positivo en su estrategia.

Siguiendo estas directrices, las firmas deberían ser capaces de mantener a sus empleados con mayor talento al menos durante unos años, sin sufrir esa fuga que tanto se teme en la gestión de personal.

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