José Salgado

José Salgado

Economía Espacial

Al puro estilo clickbait, he utilizado este título para compartir con los lectores la fascinación con el socavón de Puebla, o más específicamente el socavón de Santa María Zacatepec. Nada más increíble que un hoyo de 120 metros de diámetro que aparece en medio de tierras de cultivo y que además de que sigue creciendo, está lleno de agua. 

Apenas escuché de este fenómeno, imaginé que todos los satélites en órbita estarían apuntando a las coordenadas 19°7’33.22″ N 98°22’27.66″ W usando la tecnología espacial para descifrar el misterio.

Pasé casi tres días completos tratando de buscar las imágenes más actualizadas y de mejor resolución que pudieran indicar valores relativos a la humedad del suelo, topografía, temperatura y vegetación. Usé todos los sistemas de libre acceso por lo que los gobiernos de todo el mundo han pagado miles de millones de pesos, y todo lo que encontré fueron imágenes super pixeladas que eran casi imposibles de entender. Mi mejor resultado fue este:

socavon puebla | Business Insider Mexico
José Salgado

En la primera se alcanza a ver la circunferencia del socavón entre las nubes, la segunda representa la misma imagen capturada con un ancho de banda distinto que nos dice el índice de vegetación de un lugar, los colores son difíciles de interpretar porque las nubes disfrazan la realidad, pero vemos en rojo al socavón en medio del verde de los campos de cultivo, pero sustancialmente estas imágenes no nos dicen nada nuevo ni nos ayudan a entender el fenómeno, #totalfail. 

Hablamos del espacio como la próxima frontera y decimos que la era espacial ya está aquí, pero el acceso a una simple imagen satelital es casi imposible de lograr y menos de entender. Entonces hay dos opciones o la industria espacial está fracasando en hacer el espacio accesible a todos o el espacio no es tan accesible como lo muestran.

Yo pienso que son ambas. Uno de mis “colmos” favoritos sucede cuando estamos haciendo una videoconferencia y hablamos de de temas como la infraestructura lunar que se está construyendo para proveerla de internet de alta velocidad. De pronto la pantalla del orador se congela y dos minutos después se vuelve a conectar diciendo que su internet falló.

Y aunque eso sea solo un chiste, hay algunas verdades del espacio que son más macabras. El mes pasado, varios países del mundo se despertaron con la noticia de que el booster de un cohete chino podría caer en cualquier parte sin ningún control. Aunque me gustaría decir que esto es alarmista, la verdad es otra. China está desarrollando un extenso programa espacial a una velocidad increíble y el riesgo de colisión de otro booster es latente.

La realidad es que no hemos entendido el potencial del espacio, hace 50 años pisamos la luna y seguimos presumiendo al respecto pero no hemos hecho nada tan grandioso desde entonces. En este momento, países con grandes presupuestos quieren fincar bienes raíces en el espacio y utilizar esa presencia como un arma geopolítica.

El riesgo de apresurarse a desarrollar tecnologías que no entendemos es alto, la planta de energía nuclear en Chernobyl es un ejemplo de ello. La Unión Soviética construyó a paso acelerado el mayor número de plantas nucleares en el mundo y hoy ya todos conocemos el resultado.

Al final, nosotros, los usuarios y co-propietarios de espacio, quedamos en medio de poderes políticos, económicos y militares, de países caprichosos con bolsillos profundos. 

El nuevo administrador de la NASA (que es un ex-senador) declaró: “Es crítico que China, las naciones con programas espaciales y las entidades comerciales, actúen de manera responsable y transparente en el espacio, para afianzar la seguridad, estabilidad, y sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales”.

¿Suena bien, cierto? El problema es que los Estados Unidos no tienen la capacidad moral de hacer este tipo de declaraciones cuando están creando una milicia espacial, de la cual no se hacen públicos, los registros y sobre todo finanzas destinadas al desarrollo de tecnologías que pudieran ser usadas como armas. 

Todas las grandes empresas espaciales en Estados Unidos saben que si quieren subsistir, deben de vender sus servicios al departamento de defensa, quien gasta miles de millones de pesos en programas de lo que llaman “defensa”.

Además de esto, las declaraciones de la NASA respecto al cohete Chino son difíciles de tomar con seriedad, ya que en 1979 el laboratorio espacial conocido como Skylab, entró en la atmósfera terrestre sin control e impactó en el Oeste de Australia. Testimonios de los comandantes de la NASA en ese tiempo confirman que las últimas indicaciones que se le mandaron a la nave en descenso fueron para asegurarse que no cayera en territorio americano.

Para usar una analogía apropiada, si el potencial del espacio fuera un cohete, todavía no hemos siquiera comenzado la construcción, apenas estamos en la fase de diseño. Por ello es importante que poco a poco el espacio se vuelva un tema más común, porque estamos destinados a sobre explotarlo y contaminarlo, tal y como lo hacemos con la tierra. Y al igual que las nuevas generaciones reclaman con toda razón el mundo que les estamos dejando, tenemos que apurarnos a prevenir que esto suceda fuera de este planeta.

puebla socavon | Business Insider México
Brenda Peralta

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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