• La "Reina de los Piratas” Ching Shih, nació en 1775  y vivió sus primeros años del robo y el engaño para luego convertirse en trabajadora sexual.
  • Se convirtió pirata después de que un poderoso capitán le pidiera ser su esposo y ella aceptara con la condición de dividir todo al 50%
  • Al morir su esposo ella tomó su lugar e instauró una serie de reglas para mantener a raya a los más de 70,000 hombres que lideraba.
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“Y somos tan malos como un huracán, ¡todos brindando yo-ho!”. Si eres fan de películas como Piratas del Caribe, seguro sabes a qué canto nos referimos. Y, mientras varios hombres luchaban por controlar el Caribe y otros mares, una mujer era la más poderosa de la China Meridional: Ching Shih. 

Esta mujer, conocida como “la Reina de los Piratas”, nació en 1775 en la provincia de Cantón, China. Allí, Ching Shih vivió sus primeros años del robo y el engaño haciéndose llamar Shih Yang o Cheng I Sao, detalla National Geographic. 

De acuerdo con la BBC ella probablemente era una tanka —un grupo étnico que tradicionalmente vive en embarcaciones frente a las costas de Guangdong. Y detalló que en 1801, se ganaba la vida como trabajadora sexual en un burdel flotante, donde atendía a clientes ricos principalmente.

Una vez comenzó a tener clientes frecuentes, consiguió que le contaran secretos íntimos con los que posteriormente empezó a hacer negocio para ganar dinero e influencia.

Cómo Ching Shih pasó de trabajadora sexual a ser la pirata más temida de China

Ching Shih era más alta que las mujeres de su época, según los historiadores chinos, lo que la hacía destacar además de su belleza. Tanto así que el capitán pirata Zheng Yi, que de entre varias trabajadoras sexuales que había secuestrado, eligió pasar varias noches con ella y le pidió ser su esposa. 

Ante la propuesta, Shih fue astuta y le dijo que solo se casaría con él si compartían al 50% todo el botín y el mando sobre sus hombres, detalló la BBC. 

El pirata aceptó las condiciones de Ching Shih y ella pasó a ser llamarse Zheng Yi Sao, que significa «esposa de Zeng», relata El Confidencial. Durante los años siguientes,crecieron su flota de 200 a 1500 barcos mediante la creación de una confederación. Con esos 70,000 hombres se dedicaban a saquear impunemente pueblos costeros y a asaltar barcos, lo que afectó a las rutas marítimas internacionales.

También tomaron un aprendiz que adoptaron como su propio hijo: Zhang Bao Zai. 

No tenían rival pero en 1807, Zheng Yi falleció a los 42 años y es cuando Ching Shih vió la oportunidad de tomar el puesto de su ex esposo al frente de la confederación. 

Ching Shih o Zheng Yi Sao sabía que podrían verla vulnerable ahora que su esposo estaba muerto, por lo que buscó fortalecer su base de poder. Para ello, aseguró el apoyo de dos jefes de banda de Zheng Yi y asignó a su hijo adoptivo como líder del antiguo escuadrón de su ex pareja, la Flota de Bandera Roja. Posteriormente se casaría con él.

Además, para mantener a los piratas en orden impuso un código de leyes bajo las que los miembros podían ser ejecutados por cobardía, desobediencia o por robar más de lo que les correspondía de un botín.

Otros castigos que impuso fueron que si alguien violaba a una prisionera, se le cortaba la cabeza y se tiraba su cuerpo al mar. Si un miembro de la tripulación tenía sexo consentido con una prisionera pero en horas de trabajo, lo castigaban de la misma manera. También si alguien robaba del tesoro común, según El Español.

También se les podría cortar las orejas por estar ausentes sin autorización, intentaba desertar u otras infracciones menores. Aunado a ello, creó un sistema de pasaportes mediante el que los comerciantes de sal tenían que pagarle si querían evitar ser atacados. 

Mientras estuvo al frente de la organización su negocio creció y abarcaba desde Corea hasta la costa de Malasia, enfocándose en el comercio de sal de Guangdong. 

Su poder llegó a ser tal que, de 270 barcos de sal del gobierno, solo cuatro no estaban bajo su control.

Amnistía para todos

El gobierno chino intentó enfrentarse a su flota pero solo consiguieron que sus navíos acabaran en manos de piratas. Así que en 1809, solicitó a las fuerzas navales de Gran Bretaña y Portugal, pero tampoco lograron vencerlos.

Para ponerle solución el imperio chino ofreció la amnistía a Zheng Yi Sao a cambio de abandonar la piratería. La primera vez, Ching Shih rechazó la oferta puesto que  según su propio código de conducta, los desertores eran condenados a muerte.

Sin embargo, tiempo después accedió pero no solo firmó su amnistía, también pidió que se le diera a cada miembro de se su tripulación, detalla la BBC. Este acuerdo, según National Geographic, inlcuía una pensión proporcionada por el gobierno.

Su hijo adoptivo y esposo pasó el resto de su vida como funcionario del gobierno, mientras que ella, volvió a sus orígenes y se instaló en Cantón. Allí terminó sus días dirigiendo un burdel y una casa de apuestas. 

Falleció en 1844, a los 69 años.

Su historia sirvió como inspiración para personajes ficticios como la Matrona Ching de Piratas del Caribe: En el fin del mundo, según la BBC.

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