• El papel del lenguaje corporal a menudo se pasa por alto como una herramienta útil en la persuasión.
  • La simpatía es la clave para la persuasión: un estudio mostró que los jurados creen más en los expertos agradables que en los menos agradables.
  • Por ejemplo, inclinar la cabeza y señalar con los pies en una conversación muestra que estás comprometido.
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Soy exvicepresidente de recursos humanos de Microsoft y asesor de liderazgo, por lo que he tenido innumerables personas en entrevista de trabajo en mis más de 40 años de experiencia. 

A lo largo de mi carrera he comprobado claramente cuáles son algunas de las señales de alarma que hay que tener en cuenta cuando se está en una entrevista de trabajo para una empresa y por qué son importantes. 

1. Cualquier síntoma de mucha burocracia en una entrevista de trabajo

La primera señal a la que se debe prestar atención es al compromiso inicial del reclutador en la entrevista de trabajo.

En cuanto los reclutadores contactan con un candidato, estos pueden percibir si su reciprocidad en el interés es mutuo. 

Los indicadores más claros son si responden con prontitud a los correos electrónicos, si tardan mucho en contestar a las preguntas más relevantes o si tardan semanas en programar el seguimiento de la entrevista. 

También es cierto que estas situaciones pueden ser consecuencia de que el reclutador de personal tenga un exceso de trabajo y no haya podido atender a las peticiones de los candidatos. Sin embargo, sí puede ser señal de cierto desorden en la empresa o de un proceso complicado, con mucha supervisión y burocracia.

Ambas cosas en todo caso son preocupantes en la entrevista de trabajo.

Una señal de alarma paralela es la complejidad del proceso de contratación: si hay muchas rondas de entrevistas, si cada una de ellas supone una reunión diferente o si hay que superar un sinfín de pasos, pruebas, formularios y obstáculos. 

Si la contratación es tan engorrosa y compleja, es muy posible que el trabajo diario sea igual de retorcido y pesado.

Si el hecho de incorporarse es difícil, a menudo se esconde un entorno de trabajo profundamente burocrático que puede ser una pesadilla para vivir el día a día.

2. Un proceso de contratación hermético 

Lo ideal es que las personas que se encargan de hacer las entrevistas sean abiertas y sinceras a medida que avanza el proceso. 

Cuando el candidato pregunta por cómo va el proceso de contratación, las respuestas deben ser claras: «Vamos a hacer 2 rondas de entrevistas, la última con el responsable de contratación. Después se reunirá con el equipo para tomar una decisión. El periodo de entrevistas hasta que elijamos a una persona durará aproximadamente un total de 3 semanas».

Sin embargo, si se reciben respuestas vagas y con secretismo sobre cómo funciona el proceso, eso significa una de 2 cosas: que quieren ocultarlo por alguna razón que les deja en mala situación, o es un lío y no tienen la menor idea de cómo va a desarrollarse. 

Cualquiera de las dos es una señal de alarma y una red flag.

3. Si en la entrevista de trabajo se evitan detalles como el salario y los diferentes beneficios 

Otra red flag es que los responsables de contratación no sean comunicativos sobre el salario o las prestaciones del puesto. Las indicaciones más evidentes son si evitan las preguntas concretas o si responden diciendo que esa información se dará cuando se haya decidido al candidato.

Sí, el salario es siempre un tema de negociación. Hay muchos consejos sobre cómo puedes discutir tu salario con la empresa durante las entrevistas y quién es el primero que debe ceder. Ser cauteloso a la hora de hablar del sueldo no es necesariamente una señal de alarma, forma parte de la contratación.

Lo que sí es una red flag es la falta total de voluntad para hablar de rangos salariales, prestaciones, requisitos de trabajo a distancia o en la oficina y otras condiciones básicas del puesto. 

Ocultar esa información hasta que se haga la oferta de trabajo es una mala señal. Es probable que quieran retener a los solicitantes del puesto antes de mostrar la cara B de la empresa. O peor aún, no quieren que su débil posición se traslade al mercado laboral. Ambas cosas son preocupantes.

Si hay varias personas que contestan con respuestas idénticas y perfectas, significa que se han preocupado mucho por dar una imagen que probablemente no es la real.

Lo que los candidatos quieren escuchar son respuestas abiertas y auténticas de personas con las que quieren trabajar. 

4. Un reclutamiento desordenado 

Después del trabajo y del trato con los clientes, la selección de personal es uno de los pilares más importantes de una empresa de cara al exterior. Son su reputación ante el mundo laboral y ante los empleados potenciales.

Si las explicaciones de por qué la empresa se ha fijado en un candidato o sobre por qué les encantaría que se uniera a ellos es demasiado compleja, laboriosa o extraña, eso lo dice todo. Es una enorme señal de alarma.

Por último, si no se sale de una entrevista con la sensación de «realmente quiero trabajar con esta gente», eso un indicativo en sí mismo de que quizás no es lo que se está buscando. 

Hay que confiar en el instinto y si uno no se siente a gusto en la primera hora, imagínate durante meses o años siguientes.

Chris Williams fue vicepresidente de Recursos Humanos de Microsoft y es asesor de liderazgo, podcaster, creador de contenidos en TikTok y autor.

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