• Los satélites pueden localizar las fuentes de las columnas de metano, el segundo contaminante climático más grande.
  • La detección remota y la IA hacen posible identificar y reparar las fugas de metano más rápido.
  • La tecnología satelital está marcando el comienzo de una nueva era de responsabilidad climática.
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Durante cinco años, la empresa de servicios públicos de gas natural más grande de California recibió varias alertas críticas sobre escapes de metano en sus infraestructuras. Las fugas podrían haber pasado desapercibidas durante mucho más tiempo.

Las advertencias a Southern California Gas Company provinieron de los reguladores estatales, quienes entre 2016 y 2021 trabajaron con la NASA para identificar grandes columnas de metano de las industrias de petróleo y gas o de la agricultura utilizando aviones con sensores remotos de alta resolución.

En cuestión de días, Southern California Gas Company confirmó las fugas y arregló las tuberías. La empresa de servicios públicos también reemplazó una válvula en una estación compresora en pocos meses; esto limitó la cantidad de metano dañino que ingresaba a la atmósfera.

Para finales de 2023, los sensores remotos viajarán al espacio en dos satélites como parte de una nueva era de responsabilidad climática global. 

Los satélites ahora pueden identificar y cuantificar las fugas de metano en casi cualquier lugar y, en cuestión de días, las computadoras pueden calcular con inteligencia artificial (IA) la cantidad de emisiones que se escapan a la atmósfera. 

Esto permite a las empresas reparar las fugas más rápido y, lo que es igual de importante, expone a los países y las empresas que los científicos sospechan que informan menos de sus emisiones.

El metano es uno de los gases que aceleran el calentamiento global

Frenar el metano es una de las formas más rápidas de frenar el calentamiento global; si bien tiene 80 veces más poder de calentamiento que el dióxido de carbono, el metano solo permanece en la atmósfera alrededor de una década. El dióxido de carbono perdura durante siglos.

Pero detectar metano potente es mucho más desafiante. Las fugas son impredecibles y, por lo general, encontrarlas implica costosos estudios de campo con aeronaves y cámaras infrarrojas portátiles que hacen visible el gas incoloro. Ese enfoque solo ofrece una instantánea en el tiempo.

«En la última década, los satélites se han utilizado principalmente para cuantificar las emisiones a gran escala. Eso es importante, pero la otra clave son los datos oportunos y procesables para que los operadores puedan encontrar y corregir fugas y verificar que permanezcan reparadas. Ese es un gran cambio», aseguró Riley Duren, CEO de Carbon Mapper, que gestiona el lanzamiento. 

Este tipo de medidas ya evitó que 48,000 toneladas de metano ingresaran a la atmósfera ingresara a la atmósfera terrestre

La organización sin fines de lucro es una consecuencia de la California Methane Survey, que Duren comenzó cuando trabajaba en el JPL de la NASA. 

El proyecto de investigación anunció recientemente que evitó que 48,000 toneladas de metano ingresaran a la atmósfera desde el petróleo, el gas, los vertederos y las fosas de estiércol, el equivalente a sacar de circulación a casi 260,000 automóviles. 

Esa cifra podría más que duplicarse una vez que más vuelos de seguimiento revisen las acciones que han tomado las compañías.

Por su parte, SoCalGas aseguró que había reducido las llamadas emisiones de metano «fugitivo» 37% desde 2015; principalmente debido al monitoreo aéreo y terrestre más frecuente y a una fuerte disminución en la ventilación de gas durante el mantenimiento y las reparaciones.

Deanna Haines, gerente sénior de planificación y sostenibilidad ambiental de SoCalGas, dijo que los aviones mapean alrededor de dos tercios de los casi 161,000 kilómetros de tuberías de la empresa de servicios públicos en el transcurso de un año. Sin embargo, un satélite puede detectar fugas que ocurren entre esas pruebas.

«Un satélite puede tomar tres o cuatro fotos al día, por lo que encontrará cosas mucho más rápido y los datos serán más fiables», dijo Haines. «Cualquier par de ojos extra que ayuden a identidicar fugas más grandes es realmente importante». 

Este plan ofrece un vistazo al potencial de Carbon Mapper una vez que esté completamente implementado. La empresa no está sola. La compañía canadiense de monitoreo de emisiones GHGSat, tenía en mayo seis satélites del tamaño de un microondas en órbita alrededor de la Tierra; planea lanzar cuatro más para finales de 2023. 

Grandes compañías petroleras han contratado este tipo de tecnología para detectar fugas de metano

Grandes compañías como Shell, Chevron y TotalEnergies han contratado a GHGSat para reducir las fugas e investigar las emisiones de metano en el mar, donde tiene lugar casi el 30% de la producción de petróleo y gas. En los últimos años, GHGSat también ha identificado eventos de «superemisores» y lo ha notificado a los operadores.

El Environmental Defense Fund (EDF) también lanzará su propio satélite el próximo año. MethaneSAT abarcará regiones más amplias que representan más del 80% de la producción mundial de petróleo y gas.

Es una extensión del proyecto de investigación de años de duración de la organización sin fines de lucro que encontró que las emisiones de metano de la cadena de suministro de gas natural de Estados Unidos eran 60% más altas que las estimaciones del gobierno.

Mark Brownstein, vicepresidente sénior de energía de EDF, explicó que MethaneSAT puede detectar fuentes de gas más difusas que los satélites como los de la Agencia Espacial Europea (ESA). Un programa de computadora puede analizar automáticamente los datos en cuestión de días, en lugar de meses.

Los científicos ya han utilizando datos de satélites para identificar y medir fugas de metano y revelar que el problema está más extendido de lo que pensaban; sin embargo, la investigación puede llevar mucho tiempo. 

«Los datos oportunos son importantes», dijo Brownstein. «La idea es informar de una manera que lleve a la acción».

Brownstein agregó que MethaneSAT y la creciente constelación de satélites son similares a un fotógrafo con diferentes lentes de cámara. Combinados, pueden ayudar a rastrear cómo los países y las empresas se están desempeñando en los objetivos de reducción de emisiones.

Más de 100 países firmaron el Compromiso Global de Metano el año pasado durante la Convención sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. Los signatarios acordaron reducir las emisiones de metano 30% para finales de la década, aunque algunos de los mayores emisores, incluidos China, India y Rusia, aún no han firmado.

La ONU está agregando las emisiones de metano de satélites y otras fuentes en una base de datos global, comenzando con la industria energética. Esto permite rastrear quién cumple sus promesas y quién se está quedando atrás.

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