• Alejandra Karam es una sanadora que pasó de un trabajo en un corporativo a ser una emprendedora con ingresos de hasta siete cifras con su negocio de sanación.
  • Esta emprendedora buscaba crear una empresa que le diera su libertad, un sueño que ahora cumple.
  • Además, asegura que la sanación es un mercado que tuvo un auge, luego de los confinamientos que provocaron a las personas enfrentarse a su realidad.

Alejandra Karam es una sanadora que pasó de un trabajo en un corporativo —donde ganaba 12,000 pesos— a ser una emprendedora con ingresos de hasta siete cifras con su negocio de sanación.

Karam cuenta que la decisión de emprender fue por una simple razón: no le gustaba vivir limitada, “ni con un jefe, ingresos y horarios, esa limitación no me gusta”, por lo que crear una empresa que le diera libertad era un sueño, que ahora cumple.

Alejandra es la creadora del emprendimiento de sanación Mi Vida Iluminada que cuenta con casi 25,000 seguidores en Instagram y que tuvo un crecimiento siete veces mayor al año anterior. 

«Cómo sanar» una de las búsquedas más frecuentes en Google

Este crecimiento no es una coincidencia. Según Google las búsquedas a nivel mundial sobre «cómo sanar» y «afirmaciones» se dispararon este 2021. Según la emprendedora, esto fue porque el encierro hizo que las personas se enfrentaran a una realidad que no les gusta.

“Creo que (al) estar tanto tiempo en casa con nosotros, con nuestra familia, nuestra pareja, muchas personas se dieron cuenta que su realidad no les gustaba, porque ya no tenían las distracciones del día. Tenían el tiempo suficiente para darse cuenta que están viviendo una vida no amorosa”.

“El tema de la sanación te confronta tanto a situaciones o heridas que duelen tanto que uno siempre busca la forma de evadir ese dolor, de mirar ahí […] Ahora se normaliza que las personas vayan a terapia, que meditan, que van a cursos y esto va a consolidar este negocio que antes era de nicho”. 

Karam inició en el emprendimiento con círculos de mujeres y con ello encontró las bases para su siguiente proyecto

Para vivir el sueño, Karam tuvo que recorrer un camino de seis años que le enseñaron a sobreponerse del fracaso y a reconocer cuando se necesita ayuda. 

En un inicio sin contar con un nombre, página web o un logo, Alejandra y su socia lanzaron un proyecto en 2017 de “círculos de mujeres” presenciales, donde compartía sanación, que «eran realmente un hit» en diferentes ciudades del país.

«Muchas veces pensamos como emprendedores que necesitamos el nombre, el logo, colores, que la imagen de marca y este proyecto que fue muy abundante, nunca tuvo nada de eso. No necesitas realmente todo esto para iniciar», dijo. 

Con estas bases, Karam inició el proyecto de Mi Vida Iluminada. Sin embargo, reconoció que necesitaba ayuda para hacer crecer su nuevo proyecto. 

“Yo quería dar el siguiente paso, no quería hacer círculos toda la vida y lo que hice fue reconocer —que para mí es uno de los pasos más importantes que debe tener un emprendedor— que no tenía todas las repuestas y se vale pedir ayuda”, dijo .

Aprender a pedir ayuda, una clave para la emprendedora

El nombre de Mi Vida Iluminada, lo explica Karam como el hecho de que muchas veces se cree que las personas iluminadas son un ser perfecto sin errores, «cuando es totalmente lo contrario, el camino a la iluminación es diario, de errores y virtudes”, dijo.

Así fue como, Alejandra tuvo la ayuda de un coach de negocios que le dio la luz para saber hacia dónde podría dirigirse, que fueron cursos online, justo antes de la pandemia, “desde ahí  fue cuesta arriba”. 

No solo fue un coach de negocios, también Karam empezó a invertir en cursos financieros y en personas que le puedan enseñar a crear una empresa con objetivos específicos. 

“Una de las cosas que cambiaron todo fue reconocer que Mi Vida Iluminada no era un proyecto, era una empresa, que como empresa tiene objetivos económicos y financieros específicos, y creo que es algo que los emprendedores deben dejar de romantizar”. 

“Necesitaba que alguien me enseñara cómo vender esto, cómo manejar Instagram, cómo administrar el dinero”, agregó. 

«El emprendimiento te confronta»

Alejandra mencionó que otra cosa que le ayudó a crecer su empresa es dejar de pensar que el emprendedor debe hacer todo: “No tiene porqué ser así. Si tu emprendimiento te hace trabajar más de lo que te da, es momento de invertir en conocimiento, en alguien que te enseñe”. 

También, la sanadora asegura que el emprendimiento es un camino que confronta a cualquier persona con sus inseguridades. Te confronta con el ser responsable de ti y de tu vida, ya no tienes el pretexto del jefe, ‘es que no hay trabajo’, ya no tienes pretextos, son tus resultados y son tu responsabilidad”, dijo.

La filosofía de este negocio de sanación no solo es poder impactar a más personas, sino también “poder generar más trabajando menos” y es que la emprendedora asegura que otro gran aprendizaje fue saber que el éxito no significa más trabajo, sino tener tiempo para ella y para sus seres queridos. 

Una referencia de sanación

Alejandra niega ser un gurú y se considera un ser humano con muchos errores que está aprendiendo, al igual que todos, y más que gurú se ve como una referencia de sanación. 

“Debemos salirnos de ese pensamiento que las sanadoras no tenemos malos ratos, al contrario gracias a estos soy sanadora y hoy puedo disfrutar mi humanidad”. 

Para el siguiente año, Alejandra iniciará el formato de masterclass, retiros y poder estar en contacto presencial con las personas. Y por otro lado, espera tener más tiempo para ella.

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