• El Confidencial reveló que la sociedad instrumental con la que el rey emérito escondió presuntamente millones de euros también invirtió en valores del Ibex 35.
  • BBVA, Santander, Iberdrola, ACS, Ence, Abertis, Endesa, Acciona y Repsol, entre otras, fueron las compañías de referencia del monarca.
  • Ahora queda la duda de si Juan Carlos I aprovechó información confidencial y privilegiada por su cargo: ninguna de sus operaciones bursátiles registraron pérdidas.

El rey Juan Carlos reinaba, pero también invertía.

Es lo que ha revelado este martes El Confidencial en una exclusiva con la que se retrata el perfil trader del emérito. Según expone el medio, el monarca fue accionista durante cerca de 20 años de decenas de compañías que cotizan en el Ibex 35: BBVA, Santander, Iberdrola, ACS, Ence, Abertis, Endesa, Acciona y Repsol…

Lo fue a través de la sociedad instrumental con la que presuntamente el rey de España ocultó una fortuna de millones de euros en Suiza, la Fundación Zagatka. Mediante esta firma, Juan Carlos I ocultó presuntamente el cobro de comisiones opacas o el pago de vuelos privados, entre otros conceptos.

El rey recibía sobornos

El nombre del emérito aparece detrás de un entramado societario con ramificaciones en Liechtenstein y testaferros, según los nuevos documentos a los que accedió el periodista José María Olmo, quien firma esta información en El Confidencial.

En concreto, se tratan de extractos de las cuentas bancarias de la citada fundación en los bancos Credit Suisse y Lombard Odier. Fundación Zagatka fue constituida en 2003 por Álvaro de Orleans-Borbón, primo de Juan Carlos I y familiar de Felipe VI, el actual rey de España.

Según expone El Confidencial, todo dinero que percibía la fundación por las presuntas mordidas que percibía el rey como mediador, se invertía automáticamente en varios valores del Ibex 35. Si Juan Carlos I necesitaba echar mano al efectivo, la Fundación Zagatka hacía ventas parciales de sus valores.

Las operaciones bursátiles de este vehículo inversor se detuvieron, eso sí, en agosto de 2018: entonces estalló la investigación de la Fiscalía del cantón de Ginebra sobre el presunto lavado de dinero del rey en Suiza. Esta investigación también la asumió la fiscalía del Tribunal Supremo el pasado mes de julio, lo que provocó, entre otras cosas, que el monarca abandonase España con destino a los Emiratos Árabes.

Los valores en los que Juan Carlos I apostó

El nivel como inversor de Juan Carlos I fue frenético.

En enero de 2009, y a través de una cuenta en Credit Suisse, la Fundación Zagatka compró 35,000 títulos de Iberdrola por más de 235,000 euros. Menos de una semana después, la caja registró una inyección de liquidez por los dividendos de tres entidades bancarias.

Solo en unos días, el emérito percibió 1,519 euros por el dividendo de sus 15,000 acciones en Banco Popular; 5,203 euros por sus 38,000 participaciones en el BBVA y 6,300 euros por el dividendo de sus 62,500 títulos en el Santander.

Días después, la sociedad vendió 1,000 acciones de ACS por 33,188 euros.

Pero no solo con plusvalía el rey sacaba rendimiento a su fortuna: en diciembre de 2008 Fundación Zagatka compró 85,000 acciones de Ence por 223,000 euros que nueve meses después vendió por 254,938 euros, según detalla El Confidencial: así logró una rentabilidad del 14%.

El mismo año, 2009, el rey entró en Endesa con 13,600 acciones valoradas en cerca de 263,000 euros. Mes y medio después se deshizo de ellas por cerca de 310,000 euros.

La información privilegiada de un rey

Otros nombres que aparecen en la cartera de la sociedad del emérito, además de Banco Popular, BBVA, Santander, Iberdrola, ACS o Ence son otras firmas como Acciona, Repsol o Abertis.

Solo apenas dos años después, el rey volvió a operar con Ence: se deshizo de 200,000 acciones de la papelera y El Confidencial recuerda que en la compañía española Alberto Cortina y Alberto Alcocer, conocidos como ‘los Albertos’, tenían posiciones de referencia y eran próximos al emérito. 

«Este mantuvo durante su reinado una intensa agenda económica que le llevó a estar en contacto permanente con los máximos responsables de las principales cotizadas de España y pudo, por tanto, manejar información confidencial. Lo que no se sabía hasta hora era que el entonces jefe del Estado tenía intereses en alguna de esas compañías», destaca la información.

Según los documentos a los que accedió El Confidencial, ninguna operación de la sociedad instrumental se saldó con pérdidas.

El rey también operó, aparentemente, en firmas francesas, alemanas, británicas y suizas.

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