• Los restos, entre los que se cuenta un ancla, un cañón y lingotes de hierro usados como lastre, corresponden a un velero inglés de finales del siglo XVIII o inicios del XIX.
  • El pecio fue llamado "Manuel Polanco", en honor a un pescador octogenario que lo encontró e informó al INAH.
  • El INAH dijo que este hallazgo permite conocer más sobre los últimos 500 años de navegación en aguas americanas.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), localizaron vestigios de un naufragio que data de más de 200 años en aguas del estado de Quintana Roo.

Los restos, entre los que se cuenta un ancla, un cañón y lingotes de hierro usados como lastre, corresponden a un velero inglés de finales del siglo XVIII o inicios del XIX, según un comunicado.

«Los arqueólogos subacuáticos teorizan que los tripulantes de aquella embarcación hicieron un último esfuerzo para evitar la catástrofe», indicó el INAH.

INAH naufragio Quintana Roo
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Los especialistas llegaron a esa conclusión a partir del ancla, que habría sido lanzada al mar «con la intención de sujetarse a la barrera arrecifal», donde hasta hoy sigue ceñida.

Fue llamado «Manuel Polanco», en honor a un pescador octogenario que lo encontró e informó al INAH. 

Este sería el naufragio número 70 registrado en la Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro, una isla coralina oceánica localizada a unos 24 kilómetros de la costa del sur de Quintana Roo.

¿Qué significa el descubrimiento de este naufragio por el INAH?

Laura Carrillo Márquez, investigadora del INAH y responsable del Proyecto Banco Chinchorro, consideró que es difícil hablar de las dimensiones del velero, de su cargamento u otros detalles, pues la zona en la que se ubica es compleja.

«Yace directamente en la barrera arrecifal donde la corriente marina es fuerte», detalló la experta, citada en el comunicado.

Lo anterior, sumado a que el pecio está a escasos dos o tres metros de la superficie, hace que prácticamente no quede nada del casco de madera, pues se ha desintegrado con el paso de los siglos.

“Solo permanecen los elementos sólidos, muy concrecionados al arrecife”, describe Carrillo. Quedaron lingotes pig iron que se usaban como lastre, algunos tubos, un cañón de aproximadamente 2.5 metros de largo y un ancla «almirantazgo»; término que designa a las guías que emitía el reino inglés para los fabricantes de estas herramientas.

El INAH dijo que este hallazgo, sumado al de otros veleros, vapores, buques mercantes y remolcadores de distintas nacionalidades y épocas, permite conocer más sobre los últimos 500 años de navegación en aguas americanas.

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