- En agosto, Cuba levantó una prohibición a las empresas privadas vigente desde 1968.
- Esto permitió que empresarios como los hermanos García puedan mover su producción casera a una instalación más grande con casi 30 empleados.
- Hasta el momento 900 pequeñas y medianas empresas (pymes) se constituyeron desde septiembre.
Los emprendedores de Cuba Henry y Yendri García venden helados caseros en su pequeña ciudad de Bauta, en las afueras de La Habana, pero ahora están soñando en grande.
En agosto, Cuba levantó una prohibición a las empresas privadas vigente desde 1968 y permitió a los hermanos García, conocidos como «chicos de los helados», mover su producción casera a una instalación más grande con casi 30 empleados.
Hasta el momento en Cuba hay alrededor de 900 pequeñas y medianas empresas (pymes) que se han constituido desde septiembre, según al Ministerio de Economía.
«Hemos sido reconocidos como empresa y habrán oportunidades que anteriormente no se veían. Nosotros ya directamente podemos vender helados en la Zona de Desarrollo Mariel, a hoteles», dijo a Reuters Henry, uno de los hermanos.
Cuba apuesta a la creación de cientos de pymes
En una de las mayores transformaciones económicas desde Fidel Castro con la revolución de 1959, Cuba apuesta por la creación de cientos, incluso miles, de pequeñas empresas.
Esto para ayudar a la economía que se recupera de la pandemia, una inflación vertiginosa y las sanciones de Estados Unidos que sumaron al embargo de la era de la Guerra Fría.
Las nuevas reglas, dijo Henry, implican que ahora se puede operar con moneda extranjera, obtener crédito y vender helados a hoteles, tiendas estatales e incluso en línea.
«Mi sueño de toda la vida es tener una fábrica de helados y una empresa de tamaño industrial», dijo Henry.
Todavía quedan muchos obstáculos por superar para las pymes en Cuba, según economistas
Las regulaciones requieren empresas que pasen por el Estado como intermediario para dedicarse al comercio exterior, también prohíbe que empresarios sean propietarios de más de una empresa y hay un límite de solamente 100 empleados individuales.
«Hay deficiencias reales que espero que superen rápidamente», dijo el economista cubano Ricardo Torres, profesor invitado en la American University en Washington.
«Pero esto es muy positivo. Marca una nueva era. Se puede empezar a hablar de una economía mixta«, agregó.
Desde constructoras hasta restaurantes
Desde que el ministro de Economía anunció las medidas como parte de las reformas económicas del presidente Miguel Díaz-Canel en agosto, decenas de empresas empresas se han incorporado.
Esto les permite participar en el sistema estatal mayorista, aliarse con firmas estatales y buscar préstamos e inversores.
Los negocios abarcan desde la construcción hasta panaderías y reparación industrial de obras hidráulicas, entrega a domicilio online y producción de software.
Según el gobierno, alrededor de 40% son nuevas iniciativas mientras que el resto ya estaban en funcionamiento.
Pero existe un limbo legal y con derechos mucho más limitados como autónomos «cuentapropistas».
El gobierno ha dicho que espera aprobar miles de pymes más en los próximos meses, como restaurantes, bares y hostales.
Dforja es otra pequeña empresa que se beneficia de las reformas
La compañía, de seis personas, se enfoca en la restauración de muebles de hierro y madera, y busca aprovechar el mercado de exportación.
«Las reformas nos han permitido madurar y regularizar la entrada de materiales y venta de nuestro producto en coordinación con empresas estatales», dijo el propietario de Dforja, Luis Betancourt .
«Ahora tenemos que trabajar duro y crecer de una pequeña a mediana empresa», dijo.
Por primera vez hay apoyo del Estado, pero aún falta mucho
El entusiasmo y el coraje de Betancourt tras la crisis económica que ha provocado una caída de las importaciones del 40% y un aumento de la inflación, es compartido por siete emprendedores.
Los empresarios sostienen que por primera vez están experimentando apoyo estatal.
Sin embargo, quedan muchos obstáculos para el incipiente sector privado de Cuba.
La pandemia y las sanciones estadounidenses que limitan el acceso cubano a bienes y financiamiento, afecta profundamente los flujos de divisas «convertibles» necesarios para importar del exterior, donde el peso local no tiene valor, dijo Oscar Fernandez de «Habana Deshidratados», una empresa que procesa frutos secos.
«En nuestro caso, trabajando con una empresa estatal creada para ayudar a pequeñas empresas y una financiera extranjera, logramos comprar maquinaria en Europa para una nueva pequeña fábrica», señaló.
«Pero me temo que somos una excepción», apuntó sin más detalles.
Con información de Reuters
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