Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

Generalmente hablo de inversiones en empresas maduras y consolidadas, que puede realizarse a través de compra directa de acciones, fondos de inversión o ETFs; quizá ya tienes dominado este tema y ahora estás interesado en apostar a empresas emergentes en las que confías y ves alguna posibilidad de crecimiento.  Y por lo tanto el tema de hoy: invertir en startups.

Es un tema que no he tocado antes en este espacio, y no por falta de interés. Al inicio de esta colaboración (que está casi por cumplir su primer año) el objetivo que me planteé fue guiar a las personas sin experiencia en el mundo de las inversiones y la educación financiera. Ciertamente, la inversión en empresas de la naturaleza de las startups debe ser tomada con cuidado para alguien que va comenzando. 

Las startups son, en resumidas palabras, empresas de reciente creación con un fuerte componente tecnológico; basan su propuesta de mercado en una idea con un gran potencial de crecimiento. El ecosistema startup está fuertemente ligado al emprendedor, lo cual significa que estas empresas buscan diferentes fuentes de financiamiento para apoyar su idea y comenzar a crecer.

Hasta aquí todo en orden, ¿cierto? Pues bien, esto es sólo la punta del iceberg en cuanto a inversiones se refiere. Analicemos más a detalle.

¿Dónde está el riesgo?

Una startup, a pesar de su promesa de crecimiento, tiene un mayor nivel de riesgo. Esto no significa que sus ideas sean malas en sí mismas o que no tengan ningún futuro, al contrario, el margen de beneficio en una startup que empieza a crecer puede ser muy alto; pero en sí mismo su modelo no busca siempre generar una rentabilidad inmediata, sino un crecimiento rápido, y muchas se van quedando en el camino.

Todo el tiempo hay emprendedores que tienen nuevas ideas y buscan inversionistas para impulsarse, pero el capital de estos inversionistas es limitado, por lo que los distintos fondos de inversión típicamente invierten en una de 50 o hasta 100 oportunidades que evalúan.

Y aún si la startup consigue cerrar una ronda de inversión para llevar a cabo sus planes, el éxito sigue sin estar garantizado al mediano y largo plazo; esto para los inversionistas se traduce en una inversión de riesgo moderado-alto o alto, y si no tienes todavía la experiencia necesaria para hacer un análisis que te permita detectar una buena oportunidad, será difícil que des con una empresa que te represente un buen retorno.

Montos de inversión no accesibles para todos

Si el nivel de riesgo no te incomoda, un segundo factor a tomar en consideración es el monto destinado a este tipo de inversiones. Por lo general, los montos de inversión son bastante grandes, y además es común que estas cifras sean en dólares, por lo que hay una cierta barrera adicional para la participación en ellas.

Esto varía mucho dependiendo de la startup y del monto que esté buscando, pero puede ir desde 100,000 dólares hasta un millón, e incluso más. Por supuesto, uno como pequeño inversionista no puede participar en estas rondas de forma individual a menos que aporte un porcentaje significativo del monto total, lo cual te restringe la entrada, y llevar tu dinero a un fondo de VC, también tiene sus límites, necesitas un networth bastante importante y estar dispuesto a invertir [y estar dispuesto a perder] varios cientos de miles de dólares. El capital privado, los venture capital, son interesantes pero no son una opción viable para todo mundo. 

Entonces, ¿no hay forma alguna de invertir en startups para la gente de a pie? Sí que la hay: a través del crowdfunding. De momento no hay entidades que hayan obtenido su autorización por la CNBV que permitan invertir en startups, pero sí operan bajo el artículo 8º transitorio de la Ley Fintech mientras esperan su resolución; seguramente sabremos de algunas durante el transcurso de este cierre de año, por lo que te recomiendo estar pendiente de ellas si te interesa este instrumento financiero.

¿Cómo abordar las startups?

Considerando lo ya descrito, ¿cómo se deben tomar estas inversiones? Además de ser un inversionista con un perfil agresivo, que pueda y que se sienta cómodo con mayores niveles de riesgo, tienes que conocer bien el mercado para localizar buenas oportunidades.

Recordando la regla de oro del mundo inversor, debes buscar diversificar tu capital. Por ejemplo, si inviertes en 5 empresas de industrias diferentes, es posible que 4 de ellas no funcionen a corto plazo, pero si una de ellas lo consigue, podría compensar las pérdidas y dejarte un margen de ganancias aceptable. 

También debes considerar la etapa en la que se encuentra la startup: si está en su primera ronda de financiamiento (llamada seed o pre-seed), el riesgo es mucho mayor, pero si logra triunfar, el margen de rendimiento será bastante grande. Si por el contrario, se trata de una startup más madura y en pleno crecimiento que busca su Serie A o hasta Serie B, su riesgo es menor, pero los montos para participar se elevan bastante.

Además de asumir estos riesgos, es importante mantener en la cabeza que este instrumento no puede ser tu principal apuesta, sobre todo si inviertes para tu retiro o algo similar. Personalmente, recomiendo destinar un máximo del 10% de tu capital a esta opción, si es que te llama la atención.

Si aún estás descubriendo y probando con tus primeras inversiones, toma estos consejos como información útil para el futuro; si ya tienes más experiencia y deseas apostar a una empresa emergente de este tipo, sé conservador en tus predicciones. Estadísticamente, va a ser muy difícil que estés invirtiendo en el próximo Google o Amazon, así que no te dejes endulzar el oído por promesas de crecimiento muy por encima de las posibilidades del mercado.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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