• Cada vez existen más alternativas de entierro. Aunque la más conocida es la cremación, afloran otras más ecológicas como la acuamación.
  • A grandes rasgos, este método disuelve el cuerpo, licuando todo excepto los huesos, que luego se secan en un horno, se reducen a polvo y se entregan a los seres queridos.
  • Entre sus ventajas, utiliza un 90% menos de energía que la cremación y no produce químicos contaminantes.

Los entierros tradicionales son la opción más contaminante a la hora de dejar este mundo: implican árboles talados y una gran huella de carbono.

Según datos recogidos por Ecofuneral, en Estados Unidos la tierra se contamina cada año con 3 millones de litros de formaldehído empleado para embalsamar a los cuerpos.

Además se consumen 1,300 toneladas de cemento para las lápidas, así como 13,600 toneladas de acero y otros metales destinados a los féretros.

Hasta ahora, la alternativa más popular a la inhumación es la cremación, pero tampoco es ninguna panacea en términos medioambientales. 

Ahora hay opciones más amigables con el medio ambiente: entierros verdes o marinos, ataúdes que se descomponen, compost humano y urnas ecológicas.

De acuerdo con Natural Death Center, una cremación utiliza tanto gas y luz como un viaje de 800 km; asimismo, arroja más de 100 kilos de carbono

Acuamación: retornar al agua licuando tu cadáver

Del inglés aquamation, la acuamación es un método que se sirve de la hidrólisis alcalina para deshacerse de los restos humanos o animales.

El proceso también recibe los nombres de biocremación, resomación, cremación sin llama y cremación con agua. 

Funerarias Alechi

Desde Interesting Engineering explican cómo funciona este procedimiento:

El cadáver se pone en el interior de un recipiente presurizado lleno de una mezcla de agua e hidróxido de potasio y posteriormente se calienta a temperaturas entre 90 y hasta 150 °C, presurizándose para evitar que hierva.

A medida que se incrementa la presión, la solución alcalina rompe suavemente la materia orgánica durante varias horas, aproximadamente 4.

El proceso licua todos los tejidos del organismo a excepción de los huesos, que se secan en un horno.

Los huesos se reducen a polvo y son entregados a los seres queridos en una urna. El volumen de cenizas duplica al del horno crematorio convencional.

Una menor huella de carbono cuando mueres

Aunque deja un 32% más de restos orgánicos en comparación con la cremación, la huella ecológica de la acuamación es mucho menor.

Según datos de Bio-Response Solutions, una empresa estadounidense especializada en este procedimiento, no se emiten gases de efecto invernadero nocivos y se emplea un 90% de energía que con la cremación.

Desde Funerarias Alecchi explican que «los tejidos blandos de proteínas y grasas del cuerpo se reducen a un subproducto de un efluente marrón estéril compuesto de minerales, sales, aminoácidos, jabón y agua». 

¿A dónde va el agua que se utiliza en el procedimiento?

El líquido estéril se drena y vuelve reciclado a la tierra mediante los sistemas de tratamiento local de aguas: es una mezcla inocua de compuestos orgánicos como sales o aminoácidos que puede liberarse en vías fluviales o utilizarse como fertilizante.

Además de usar una octava parte de la energía que requiere la cremación, entre las ventajas de la acuamación destaca que permite reciclar los implantes médicos, evitar la contaminación química y reducir los combustibles fósiles. 

El proceso se ha modernizado desde la década de los noventa, y lleva dos décadas siendo usado tanto para cadáveres humanos como para mascotas. 

«En otros países que abarca un escaso 3% de participación en el mercado, comparado con un 52% de la cremación», anotan desde Funerarias Alecchi, recalcando que se espera un incremento de su peso en los próximos años.

A Desmond Mpilo Tutu se le realizó la acuamación

Existen ejemplos como el del clérigo anglicano sudafricano Desmond Mpilo Tutu, que recibió el Premio Nobel de la Paz por su importancia en la oposición al apartheid en Sudáfrica en 1984. 

Fallecido el 26 de diciembre de 2021, dejó elegido el método de la acuamación para su funeral, y falleció el pasado 26 de diciembre de 2021.

Para los que prefieran opciones más extravagantes de entierro, existen compañías que transforman las cenizas de un ser querido en un reluciente diamante azul o que te transforman directamente en abono, haciendo justicia al dicho de «polvo eres y en polvo te convertirás», pero en versión sostenible. 

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