• La depresión es un trastorno común que tiene muchas caras.
  • Algunas personas que la padecen se mantienen activas en su vida profesional y personal.
  • Los expertos advierten del riesgo de hablar de la “depresión con alta funcionalidad", ya que provocaría que sea vista como una enfermedad mental menos grave.
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Hoy más de 280 millones de personas en el mundo tienen depresión, de aduerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS); es decir, 3.8% de la población mundial.

Asimismo, la incidencia en adultos es de 5% y se dispara hasta 5.7% en mayores de 60 años.

La depresión es más habitual de lo que mucha gente piensa. No es algo que debe tomarse a la ligera. Cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave, “puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio”, alertó la OMS.

Sin embargo, cada persona es un mundo y cada depresión puede ser diferente. Hay quienes, incluso, se alejan del estereotipo que existe de una persona tirada en la cama sin poder afrontar el día.

“La depresión es una palabra con muchos significados”, puntualizó un artículo de investigación de Harvard. Desde un estado de ánimo pasajero de tristeza o desánimo hasta una condición de miseria inconsolable, pensamientos suicidas e incluso delirios, así como síntomas físicos graves.

El término “depresión de alta funcionalidad” se refiere a las personas que pueden desempeñar su trabajo, atender sus tareas diarias o incluso sonreír en eventos sociales. Pero estas conductas oculta la realidad: una angustia mental mantenida en el tiempo. 

¿Qué es la depresión de alta funcionalidad?

El uso del concepto de depresión de alta funcionalidad se ha extendido, aunque actualmente no es un diagnóstico o trastorno clínico. El “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: la clasificación de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría”, no la reconoce como tal.

Más bien se trata de un término coloquial que refiere a quien sigue sus rutinas y mantiene relaciones sociales a pesar de la apatía y el malestar mental que afronta. Algunos profesionales de la salud mental ni siquiera están de acuerdo con utilizarlo, ya que creen que contribuye a estigmatizar la enfermedad o restarle gravedad. 

Hay quien considera que en realidad la depresión de alta funcionalidad podría considerarse una forma de trastorno depresivo persistente (PDD). Se diferencia de un cuadro grave de depresión en que los síntomas son más leves, pero se mantienen de crónicamente (por más de dos años), lo que puede dificultar el diagnóstico.

Sea como sea, la depresión de alta funcionalidad subraya la necesidad de entender las muchas caras que puede mostrar esta enfermedad. La manera de experimentar los síntomas de depresión puede variar en función de la persona, hasta el punto de pasar desapercibida para su entorno. 

“La depresión puede inhibir el deseo de actividad y acción, pero las personas de alta funcionalidad tienden a seguir adelante en un esfuerzo por tener éxito en sus metas”, explicó a Healthline Mayra Méndez, coordinadora de servicios de salud mental en el hospital de la Providencia de San Juan en Santa Mónica, California.

“El impulso por lograrlo a menudo sustenta la acción y mueve a las personas de alto funcionamiento a hacer las cosas”. 

¿Quién tiene más riesgo de experimentarla?

La psicóloga Woody Cooper dijo a The Washington Post que estos rasgo de depresión se identifican en “personalidades tipo A”; es decir, personas con tendencia a mostrar ambición, competitividad e implicación laboral.

La tendencia al perfeccionismo, la necesidad de complacer a la gente o ansiar ser percibido como fuerte y capaz también pueden incrementar el riesgo de experimentarla.

La depresión de alta funcionalidad también se ha detectado en comunidades racializadas. Esto es porque suelen encontrar mayores barreras para recibir tratamiento de salud mental por la disponibilidad y el estigma cultural que supone la depresión, señaló Cooper.

Señales para detectar la depresión con alta funcionalidad

La depresión suele asociarse con un sentimiento inmenso de tristeza paralizante. Sin embargo, aunque el bajo ánimo es un signo común, pueden prevalecer otros. Por ejemplo, la pérdida del interés en las actividades cotidianas, irritabilidad o sensación general de ineptitud.

La Clínica Mayo explicó que si tienes trastorno depresivo persistente, “es posible que te resulte difícil sentirte optimista, incluso en ocasiones felices. Puede que te describan como pesimista o negativo, que crean que te quejas todo el tiempo o que eres incapaz de divertirte”.

Dado que la depresión con alta funcionalidad no está reconocida como un trastorno como tal, no existen síntomas clínicos asociados. Estos pueden asemejarse a los asociados al trastorno depresivo persistente.

Para detectar la depresión con alta funcionalidad se puede observar si la persona muestra al menos dos de los siguientes síntomas durante al menos dos años:

  • Cambios en el apetito
  • Dormir demasiado o padecer insomnio
  • Fatiga extrema
  • Baja autoestima
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones o disminución de la actividad, eficacia y productividad
  • Sentimientos de desesperanza, inutilidad o culpa

Que los síntomas no sean limitantes no quiere decir que no deban ser tratados. Las personas con este tipo de depresión son más propensas a desarrollar un trastorno depresivo grave en algún momento de su vida. 

“La depresión es depresión”, sentenció Cooper.

“El hecho de que algunas personas tengan rasgos de personalidad que las hagan más capaces de funcionar no debería hacer que sea menos probable que las tomen en serio. Me temo que eso es lo que puede pasar si empezamos a ver realmente la ‘depresión de alto funcionamiento’ cada vez más”, subrayó.

Otra de las razones por las que el término puede ser engañoso, aclaró Matthew Rudorfer, jefe de programa del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, es porque “no tiene en cuenta el esfuerzo que se necesita para funcionar”.

Quien se haya identificado con estos síntomas o experimente cualquier grado de angustia mental debería apoyarse en sus familiares y amigos, sobre todo en momentos de crisis. También debe acudir a la consulta de un profesional.

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