Acaba de concluir el Buen Fin y sin conocerse todavía las cifras de las ventas de este año, supongo que a muchas tiendas les habrá ido bien. Espero de verdad que tú también hayas adquirido algo que necesitabas mucho a un buen precio, o bien, que te hayas podido dar un pequeño lujo para el que hayas ahorrado durante algún tiempo, y que gracias a un descuento o promoción, hayas aprovechado.
Independientemente de si hayas comprado, o no, durante esta fecha (o bien, que estés esperando promociones como el Cyber Monday), me parece prudente tomarnos un momento para reflexionar nuestros hábitos de consumo. Parte de un buen plan de inversión es tener los gastos bien acotados, y si lees con frecuencia este espacio, sabrás que no soy alguien que le diga a la gente qué hacer con su dinero, pero a quien sí le interesa sumar para promover hábitos positivos alrededor de nuestras finanzas.
Gastar dinero, es una acción que por sí misma, nos hace sentir bien. Compramos cosas, que a veces no necesitamos, sólo por la sensación de bienestar o satisfacción que nos brinda hacerlo. Todos, en mayor o menor medida, hemos comprado algo por mero impulso; este hábito puede crecer y ser un problema si buscas grandes objetivos financieros, incluso podrías llegar a claudicar por pensar que “nunca tienes dinero” o nunca vas a lograr tener una cantidad determinada.
Por eso, hoy quisiera que exploremos un poco más este tema y ofrecer algunas reflexiones, que espero te puedan ser útiles en esta situación.
Priorizar, la base de todo
La toma de decisiones es un tema curioso: a veces no nos toma ni un segundo decidir entre dos opciones, mientras que otras parecen muy complicadas, aunque no lo sean. Trasladando esto al terreno financiero, es muy común encontrar gente que sin pensarlo dos veces decide que va a comprarse un auto (ojo, estoy hablando de la toma de la decisión, no de la compra en sí), pero que al cuestionarlos sobre su ahorro para el retiro, te dicen que no han planificado nada y no tienen idea de cuándo empezar a hacerlo.
No quiero que veas esto como una crítica a quienes prefieren comprar un vehículo antes de ahorrar para otra cosa; al contrario, si tienes la posibilidad de hacerlo, adelante. Mi punto es que necesitamos priorizar en qué estamos gastando el dinero y cómo nos va beneficiar en el largo plazo para hacer un uso inteligente de él.
Satisfacer un gusto inmediato nos brinda ese mismo placer inmediato, y por ello mucha gente se inclina por eso; aunque sepan que a largo plazo la otra opción puede ser más rentable y benéfica, no ven el sentido de preocuparse mucho por el futuro. Siguiendo con el ejemplo anterior, si salieras a la calle a preguntar a la gente si prefieren un auto nuevo por un valor de $500 mil pesos, o bien, un fondo para el retiro que multiplicará el valor de esos $500 mil pesos dentro de 20 años, no dudo que muchos se inclinarían por el auto.
Todo depende de las prioridades de cada persona, y queda en ti decidir qué es lo mejor para ti.
Piénsalo 2, 3… o las veces que sean necesarias
El Buen Fin es una temporada en que muchas personas hacen compras con un fuerte gasto de su dinero, y para hacer esto, lo ideal sería reflexionar con tiempo sobre la compra. La clave siempre es moderación, pocas cosas en la vida son verdaderas oportunidades que nunca se van a volver a presentar, en especial en temas que tienen que ver con comprar algo, por ello es muy importante tomarse tiempo para reflexionar.
Siempre, no sólo en temporada de descuentos, si vas a hacer un gasto que represente, digamos, la mitad de tu salario mensual: no lo hagas. Piénsalo, ve a hacer el resto de tus tareas en el día y luego a dormir. Deja pasar unos días, y no trates de convencerte de por qué comprar algo, mejor trata de estudiar claramente por qué no lo requieres, si después de un tiempo, siendo honesto contigo, tomarás una mejor decisión.
Es normal ser bombardeado por anuncios en todos lados, anunciado promociones del Buen Fin, anticipándose a las compras de navidad y año nuevo, y en general a todas las fiestas que se vienen. Toma toda esta información y procésala bien: quizá sí haya una promoción que te conviene, pero debes planificarla y separarla del resto.
Analiza cuidadosamente
Para prepararte ante otras fechas, como el mencionado Cyber Monday, o las compras navideñas, hay una serie de consejos que considero básicos para no realizar compras impulsivas:
- Evalúa. Repasa los consejos anteriores y pregúntate a ti mismo “¿En verdad lo necesito? ¿Es un capricho o una necesidad? ¿Puedo costearlo sin que afecte mis finanzas?”.
- Evalúa. Repasa los consejos anteriores y pregúntate a ti mismo “¿En verdad lo necesito? ¿Es un capricho o una necesidad? ¿Puedo costearlo sin que afecte mis finanzas?”.
- Evalúa. Repasa los consejos anteriores y pregúntate a ti mismo “¿En verdad lo necesito? ¿Es un capricho o una necesidad? ¿Puedo costearlo sin que afecte mis finanzas?”.
- Evalúa. Repasa los consejos anteriores y pregúntate a ti mismo “¿En verdad lo necesito? ¿Es un capricho o una necesidad? ¿Puedo costearlo sin que afecte mis finanzas?”.
- Evalúa. Repasa los consejos anteriores y pregúntate a ti mismo “¿En verdad lo necesito? ¿Es un capricho o una necesidad? ¿Puedo costearlo sin que afecte mis finanzas?”.
Por último, sólo a manera de recordatorio, quisiera mencionarte que en todo esto nunca debes dejar de lado tu plan financiero. Las inversiones no pueden ser una opción, sino parte de tu rutina, pues gran parte de tus decisiones se verán afectadas por el dinero que le destines a ellas.
Si pasaste por alguna situación en donde hiciste una compra de la que después no estuviste convencido, te invito a repasar estos consejos para tomar mejores decisiones a futuro. Es mejor aprender a controlar estos gastos ahora, que no hacerlo nunca y quedarse en un círculo de consumo que no rinda frutos para tu futuro.
Cuéntame qué opinas, me dará mucho gusto contar con tus comentarios y qué más harías para cuidar tu dinero y tus finanzas.
Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.