Ericka Treviño Calderón

Ericka Treviño Calderón

Es conocimiento general que, al momento de contratar un servicio, comprar un producto o incluso comenzar a trabajar te piden que firmes un contrato.

Día con día incrementa el número de personas y micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que deciden utilizar la figura del contrato para proteger sus intereses al hacer negocios, dejando en claro los derechos y obligaciones de las partes.

Hoy en día, muchas personas buscan viciar este instrumento jurídico para beneficiarse a costa del otro, por lo que debes tener cuidado antes de firmar. Ahora bien, ¿cómo puedes saber si un contrato es confiable?

¿Para qué es el contrato?

La ley define al contrato como el acuerdo de voluntades para producir o transferir derechos y obligaciones. Para su existencia se necesitan dos elementos esenciales 1) el consentimiento de los contratantes y 2) el objeto.

Lo primero que deberás revisar es la cláusula del objeto, es aquella que te establece cual será el producto, servicio o propósito por el cuál se está celebrando el contrato. Comúnmente se llega a estipular en la primera cláusula, y en ciertos casos se incluyen anexos para establecer especificaciones.

Recuerda, es importante que se delimite el objeto del contrato pues a raíz de este se exige el cumplimiento de las obligaciones que las partes tienen. Para que un contrato se considere existente deberás revisar que el objeto 1) exista en la naturaleza; 2) sea determinable; y, 3 esté en el comercio, es decir debe de ser lícito y alienable (que se pueda vender o ceder).

Por ejemplo, sería inexistente un contrato donde te venden una porción del océano Atlántico pues este es inalienable (no es susceptible a pertenecer a una persona), ese sería simplemente un engaño de parte del contratante.

¿Con quién harás negocios?

Aún y cuando cada contrato tiene una estructura diferente, el Código Civil Federal establece ciertos elementos de validez que todo contrato debe tener para no caer en la nulidad y que pueda seguir surtiendo sus efectos, entre ellos está la capacidad de las partes y la ausencia de vicios.

Lo segundo que deberás revisar en tu contrato, son las declaraciones o generalidades, comúnmente se encuentran al inicio de este. En esa sección podrás cerciórate si la otra parte cuenta con la capacidad de ejercicio, es decir que la persona física sea mayor de edad y tenga el pleno uso de sus facultades mentales, o que el representante legal de la persona moral tenga el poder para obligarse en nombre de ella.

¿A qué te estás obligando en el contrato?

Ahora bien, ya que sabes que la finalidad del contrato es lícita y que el contratante tiene la capacidad de obligarse al cumplimiento del contrato, deberás saber a que te estás obligando tú.

Las obligaciones varían según el tipo de contrato; en un arrendamiento sería el pago y uso adecuado del bien arrendado, en una prestación de servicios sería la forma en la que se realizarían las actividades, etcétera…

Deberás leerlas a detalle y entenderlas. Por ejemplo, si se llegan a estipular plazos necesitarás saber si los días son hábiles o naturales.

En caso de no estar de acuerdo con alguna obligación, deberás negociarlo, ya que el incumplimiento de ellas puede causar 1) la terminación anticipada del contrato; 2) el pago de daños y perjuicios; 3) la rescisión, es decir dejaría sin efectos el contrato.

Por otra parte, se recomienda que si el contrato no es instantáneo, como lo es una compraventa de un celular al contado, se incluya una cláusula de caso fortuito y fuerza mayor. El último año nos ha enseñado que podemos caer en incumplimiento con nuestras obligaciones por un imprevisto de la naturaleza.

Por ende, si tu contrato es de larga duración se recomienda incluir una cláusula de caso fortuito y fuerza mayor con la que te proteges en caso de estar impedido de cumplir con tus obligaciones por un cierto periodo de tiempo.

Imagina que celebras un contrato para la prestación de un servicio tecnológico, pero a raíz de un huracán te ha sido imposible realizarlo por falta de electricidad. En este caso particular, la cláusula de caso fortuito y fuerza mayor previene que caigas en incumplimiento de tus obligaciones, por un imprevisto de la naturaleza.

¿Y si no es lo que esperaba?

Deberás de revisar que tu contrato tenga una salida en caso de no ser lo que esperabas, esto se conoce como la cláusula de terminación anticipada. Generalmente se da la opción a las partes para terminar lo convenido antes de tiempo sin incurrir en alguna responsabilidad pecuniaria (monetaria), con la condición de que se avise con anticipación a la otra parte.

Antes de firmar un contrato deberás de responder tres simples palabras: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo?, con esto podrás saber el objeto del contrato, quien se está obligando y como lo debes de cumplir.

Tal y como se mencionó anteriormente, un contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas, así que antes de aceptarlo debes de cerciorarte que realmente se refleje tu voluntad en él, de tal forma evitarás que otros se aprovechen de tu desconocimiento.

Correo: erickalucia981020@gmail.com

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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