• A semanas de que concluya el 2022 es el momento perfecto para pensar en los propósitos para el 2023, dice Alejandro Dabdoub.
  • Según el autor, para identificar oportunidades dentro del complejo y cambiante entorno al que nos enfrentamos, se debe buscar en el sector que mejor se conoce.
  • También dice que lo importante es no quedarse en la inacción y ejecutar con planeación y visión estratégica.
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A todas luces el 2023 se vislumbra como un año turbio desde el punto de vista económico, pero esto no se traduce en que nos debemos quedar de manos cruzadas a esperar qué destino nos depara el movimiento de la marea; todo lo contrario. A semanas de que concluya el 2022 es el momento perfecto para pensar en los propósitos para el 2023, esos que pueden sembrar las semillas de los frutos que recogeremos en el siguiente lustro.

Como inversionista siempre he sido partidario de que durante los momentos más complicados surgen oportunidades, y este caso no será la excepción, sólo es necesario adaptarse para encontrar las mejores opciones y diversificar los riesgos. Así que desde ya debemos comenzar a analizar el contexto en el que nos desenvolvemos para identificar esas oportunidades y sacarles partido.

El momento complicado está a la vuelta de la esquina. A mediados de año, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, comentó que quedaban de seis a nueve meses de poder adquisitivo dentro de los consumidores estadounidenses, lapso que está por acabarse. Esto se explica porque la deuda de los consumidores alcanzaba un récord de 16 billones de dólares, un techo que no puede crecer mucho más; mientras que el ahorro estaba en su punto más bajo en catorce años, un cóctel que llama a pensar que se viene una desaceleración del consumo. 

Cuando a lo anterior se suman los últimos tres incrementos sobre la tasa de interés de referencia que ha hecho la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) para llevarla a 3.25%, queda claro que seguirá creciendo la presión por parte de las autoridades monetarias por enfriar el consumo, para con ello lograr su objetivo de desacelerar la inflación.

Pero ¿dónde se pueden ver esas oportunidades de las que hablo dentro del complejo y cambiante entorno al que nos enfrentamos? Pues cada uno las puede encontrar en el sector que más conoce o se siente más cómodo.

En el sector inmobiliario hay dos escenarios que veo muy claro. El primero de ellos está relacionado con el incremento en las tasas de interés hipotecarias y el impacto de su costo para las familias. Hace un año este indicador se ubicaba ligeramente por encima del 3% en promedio, hoy supera el 7%, un alza de más de 100% que en algunos casos no puede ser asumida por muchas familias.

Por ejemplo, por una vivienda de 300 mil dólares hace poco más de un año el costo financiero era de 750 dólares mensuales, y hoy supera los 1,600 dólares al mes, una carga que muchas familias no pueden soportar.

Este escenario va a generar en los siguientes meses remates en muchas unidades que pueden ser una oportunidad para inversionistas, y también para las familias afectadas. Al adquirir una de estas hipotecas a un precio relativamente bajo, al lado de la tendencia alcistas que hay en el mercado, no sólo permitiría diversificar el patrimonio familiar, sino que además se puede generar un acuerdo de arrendamiento con los residentes para que no se vean obligados a abandonar su hogar.

Este es un ejemplo de una situación que se va a presentar en el mercado de bienes raíces en el país vecino, y que si se comienza a planificar nos puede colocar en una situación ventajosa para diversificar patrimonio, generar un flujo constante de efectivo (renta) que se puede ajustar en el corto plazo y con ello protegernos de la inflación. Asimismo, se estaría ayudando a estas familias afectadas por la situación económica actual.

Los inmuebles multifamiliares ofrecen una ventaja similar cuando se habla del ajuste del ingreso para protegernos de la inflación, en vista de la duración de los contratos de arrendamiento. Adicionalmente, para la siguiente recesión se espera que esta clase de activos tenga un comportamiento favorable debido al déficit de casi 5 millones de viviendas que hay en Estados Unidos para satisfacer la demanda, los altos costos para la adquisición de nuevas unidades, y por razones demográficas como el poco interés de baby boomers y millennials por adquirir préstamos a largo plazo, mientras que a la Generación X se le dificulta lograr los ahorros necesarios para adquirir una vivienda. Es decir, las condiciones están dadas para que se mantenga alta demanda en este segmento.

Otros activos como las criptomonedas o los valores empresariales también se encuentran en un momento delicado y la perspectiva es que se mantengan a la baja. Este grupo también representa una oportunidad, pues la economía es cíclica y en muchos casos estos activos se revalorizarán en el tiempo.

Por ejemplo, las criptomonedas actualmente atraviesan su tercer criptoinvierno, y en las dos ocasiones previas el valor de este tipo de activos no sólo se recuperó en el mediano- largo plazo, sino que su cotización se multiplicó. Hace cinco años el precio del Bitcoin, por ejemplo, se ubicaba por debajo de los 10 mil dólares, en este lapso llegó a cotizarse por encima de los 65 mil dólares (en dos ocasiones), y durante las últimas semanas se ha ubicado en torno a los 20 mil dólares por unidad.

El uso de las criptomonedas se va a hacer más común en los siguientes años, por lo que su demanda, y con ello su valor, volverá a crecer. Esto es una oportunidad para quienes pensamos en el mediano y largo plazo, y quizás en estos momentos de tantas incertidumbres externas el mejor propósito que nos podemos poner es prepararnos para sembrar los frutos que recogeremos en el siguiente lustro. 

Las oportunidades existen en todos los sectores, cada quien tendrá más experiencia y confianza en uno u otro, lo importante es no quedarse en la inacción y ejecutar. Todo desde la planeación, la visión estratégica y por supuesto el mejor interés para nuestro patrimonio y familias.

Alejandro Dabdoub Smutny cuenta con casi 20 años como inversionista y empresario en Estados Unidos. Además, es autor del libro «Ganar: El arte de invertir en Estados Unidos».

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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