- Zara demandó a Thiliko, un vendedor de Shopify, por hacer pasar las prendas de la firma como suyas a un precio superior falsificando etiquetas.
- Pero no era la primera vez que Zara se veía en una situación difícil por el etiquetado, otra persona consiguió ropa gratis por nueve meses.
- Lo anecdótico de la denuncia, sin embargo, pone sobre la mesa el futuro del etiquetado impreso frente a los códigos QR.
- ¿Ya conoces nuestra cuenta de Instagram? Síguenos.
Zara presentó una demanda contra Thiliko, un vendedor de la plataforma Shopify. La cadena española dice que el comerciante retiraba las etiquetas de su ropa y las sustituía con las suyas.
El precio llegaba a ser hasta siete veces mayor al original de la firma estrella de Inditex, informó Sourcing Journal.
Las pruebas judiciales muestran a una modelo luciendo un pantalón con un precio de 59 dólares en Zara, junto a una «versión» de Thiliko con una etiqueta de 258 dólares.
Lo mismo sucedió con un vestido cuyo precio original es de 49 dólares y que en Shopify se dispara hasta los 328 dólares. En total, la demanda de Zara por infracción de derechos de autor acumula más de 30 casos.
El equipo de abogados de Zara detallaron en la demanda que estas acciones no solo incurren en una práctica comercial ilegal. Además incluyen etiquetas que muestran el cuidado de las prendas, el contenido de fibra y el país de origen. Esto, insisten, infringe hasta cuatro leyes federales.
Las etiquetas en la ropa ya le habían causado problemas a Zara
Con un modus operandi distinto pero también con las etiquetas como telón de fondo, una mujer logró estafar a Zara y llevarse ropa gratis durante nueve meses.
Ella compraba online y en tiendas físicas ropa que posteriormente procedía a devolver. El problema es que antes intercambiaba las etiquetas para hacer pasar una prenda vieja por una nueva, quedándose la segunda sin costo alguno.
Lo más impactante es que la joven sabía que los códigos en las etiquetas de la ropa revelan el color pero no el tipo de prenda.
De esta manera, cuando la cajera pasaba el lector para hacer la devolución no sonaban las alarmas. Si la etiqueta interior correspondía a un pantalón azul, ella entrega un pantalón azul.
La condenaron a seis meses de prisión por estafa continua y le prohibieron entrar en las tiendas de la cadena durante un año.
El incierto futuro del etiquetado impreso
Más allá de lo anecdótico del caso, la coyuntura digital hace que las etiquetas den paso a un código QR. Este revela toda la historia vital de la prenda, incluso si la reciclaron y cuántas veces.
«La mecánica del etiquetado es anticuada. Nos basamos en conceptos y tecnologías que eran disruptivos durante la administración Eisenhower», sostiene Steve Lamar, presidente y director general de American Apparel and Footwear Association.
En este momento, todas las etiquetas de ropa del mundo medirían lo mismo que 12 viajes a la luna de ida y vuelta.
Sin embargo, poco a poco, la industria ha tratado de dar pasos firmes hacia las etiquetas digitales. Uno de los motivos es la necesidad de conocer el historial de una prenda, más allá de los cuidados que requiera.
Sin embargo, esto abre una nueva coyuntura para la propia industria del etiquetado impreso. Avery Dennison es un conocido fabricante y señala que el camino ya es otro.
«Creemos que, en última instancia, cada prenda de vestir y cada bien de consumo tendrá asignado un identificador digital», dijo.
No obstante, las dudas sobre su impacto persisten. «Si se pusiera simplemente un código QR, habría que dar por hecho que todo el mundo acceso a un dispositivo inteligente para acceder a esa información».
En Europa esperan poner en vigor un pasaporte de productos a partir de 2025.
Este servirá para rastrear el contenido y origen de todos los productos de consumo mediante un código QR o de barras. En su lanzamiento, sin embargo, los pasaportes digitales seguirán incluyendo etiquetas impresas, lo que en cierto modo frustra el propósito digital.
Mientras que en Estados Unidos, persisten las dudas sobre si el cambio de la normativa federal en cuanto etiquetado puede ejecutarla la Comisión Federal de Comercio (FTC) o si requeriría una ley del Congreso persisten.
Con todo, parece que será el Viejo Continente quien decidirá el cuándo, el cómo y el porqué del etiquetado del futuro.
TAMBIÉN LEE: Quién ganará y quién perderá más en la industria de publicidad en 2023
