- La Copa Mundial de la FIFA 2022, organizada por Qatar, arrancó este domingo.
- Qatar tiene un historial de violaciones de los derechos humanos, incluyendo leyes anti-LGBTQ y contra las mujeres .
- Los líderes corporativos que anuncian o patrocinan el Mundial deberían hacer más para promover el cambio.
- ¿Ya conoces nuestra cuenta en Instagram? Síguenos.
Se llama el hermoso juego. Pero esta vez, el futbol no se verá tan bien.
Mientras millones se preparan para ver la Copa Mundial, menos parecen preparados para enfrentar las contradicciones entre lo que nos decimos a nosotros mismos sobre el poder de los deportes para unir y la realidad de los intereses comerciales rapaces que a menudo van en contra del bien común.
El Mundial de 2022 se juega, de manera polémica, en Qatar y en un contexto que incluye la muerte de quizás miles de trabajadores migrantes que construyeron los ocho estadios del torneo y otras instalaciones, denuncias de soborno y un país anfitrión que a menudo subyuga a mujeres y prohibe la homosexualidad.
Las 32 naciones que compiten por el codiciado título están enfocadas en ganar. Además, las grandes marcas están gastando enormes sumas de dinero para exhibir sus logotipos durante el torneo de un mes.
Los equipos, las marcas y muchos otros están siguiendo la corriente para alinear sus intereses.
“¡Por favor, concentrémonos ahora en el futbol!”, dice una carta reciente a los equipos del Mundial firmada por Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
“Tendremos dos millones de personas viniendo de todo el mundo y mostraremos que la humanidad puede vivir junta en paz”, dijo en una conferencia de prensa el mes pasado.
Durante muchos años, los deportes han jugado un papel importante en la diplomacia. Sin embargo, la Copa Mundial de este año no es uno de esos momentos de paz que cambian el mundo.
Es ridículo que los líderes pretendan que lo sea. Se les pide a los espectadores y atletas que se “comprometan” con los derechos LGBTQ, se olviden de las muertes de trabajadores migrantes y no participen en protestas.
La positividad tóxica de esto es opresiva.
Aunque una cosa es pedirles a los espectadores que miren, sonrían y animen, otra es asumir que son estúpidos y que no saben lo que sucede en el mundo.
En lugar de fingir que no hay un elefante en el cuarto, los líderes corporativos deberían usar esto como un momento de enseñanza. No obstante, con demasiada frecuencia, el resultado final tiene la última palabra.
A pesar del entorno en el que los derechos de las mujeres, las personas LGBTQ y los manifestantes ocupan el segundo lugar, las principales marcas —desde Adidas y Visa hasta Coca-Cola— se han presentado para patrocinar el evento.
Otras marcas, como Budweiser, compraron acuerdos de asociación multimillonarios. El rey de las cervezas aceptará las reglas establecidas por el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, y otros líderes gubernamentales porque la compañía espera obtener ganancias masivas.
Los aficionados del futbol ven lo que está pasando en el Mundial de Qatar 2022
Una encuesta informal de 40 de mis amigos, aunque ciertamente no científicamente sólida, proporcionó un vistazo de las opiniones de la gente: 27 dijeron que estaban enojados de que Qatar fuera sede del Mundial; y 10 dijeron que no sabían sobre los problemas de derechos humanos del país. Sólo tres dijeron que sabían, pero que no les importaba.
La gente seguirá sintonizando el torneo. Buscarán un breve respiro de una economía preocupante, una amenaza siempre presente de despidos, una pandemia persistente y una crisis climática. Después de todo, yo lo veré
No estoy sola. Se prevé que la audiencia global alcance los 5,000 millones de espectadores, un promedio de 227.27 millones al día.
El dinero, no la justicia social, es la prioridad. Eso no es nada nuevo porque las apuestas financieras son considerables.
Las ventas de anuncios del Mundial de la FIFA 2022 de Telemundo para su transmisión en español alcanzaron “ingresos récord”, dijo un portavoz. Se proyecta que la propia FIFA supere su objetivo de ingresos de 6,400 millones para su ciclo 2019-2022, de acuerdo con Bloomberg.
Budweiser dijo que esperaba vender 62 millones de cervezas durante el torneo, un aumento potencial del 13.5% en las ventas. Eso fue antes de que la FIFA anunciara que no se venderá alcohol en los estadios que albergaran los partidos.
Adidas, Visa, Coca-Cola y Budweiser no respondieron de inmediato a la solicitud de comentarios de Insider.
Figuras de la música —como Dua Lipa y la exintegrante de “Spice Girls” Mel C— renunciaron al evento, pero incluso sus voces son débiles en medio de la emoción.
El futbolista australiano Josh Cavallo, que es abiertamente gay y jugará en el Mundial, se pronunció en contra de que Qatar organice el evento y en apoyo de los derechos LGBTQ.
En un acto de protesta más sutil, la Selección de Futbol Estadounidense cambió su logotipo para mostrar la bandera del arcoíris.
“La Copa Mundial de Qatar es una broma más grande y repugnante de lo que suelen ser las Copas Mundiales. Yo, por mi parte, no estaré mirando”, tuiteó un usuario de Twitter llamado Bry .
Un colaborador de un periódico universitario en Iowa pidió a otros que boicotearan el torneo.
“Un boicot dejaría en claro a las naciones que no pueden ganar dinero a costa de los trabajadores maltratados y mostraría a las empresas que no pueden ganar dinero patrocinando tales eventos”, escribió.
Para algunos, no hay nada de qué preocuparse. Khalid Salman, el embajador de la Copa Mundial 2022 de Qatar y exfutbolista, dijo que la homosexualidad es un “daño en la mente” en una entrevista con la emisora alemana ZDF a principios de este mes.
Entonces, mientras los líderes corporativos y algunas celebridades se mantienen mayormente callados, la posibilidad de un mayor daño a la comunidad LGBTQ, entre otras, crece en Qatar, de acuerdo con Human Rights Watch .
El Mundial de Qatar 2022 es un intento cínico de lavado deportivo. Los boicots de los espectadores pueden no ser la respuesta, pero tampoco lo es el silencio.
AHORA LEE: ¿Quién ganará el Mundial de Qatar 2022? Esto predice la Universidad de Oxford
TAMBIÉN LEE: Rumbo al Mundial Qatar 2022: Las claves para entender la evolución del streaming de eventos deportivos
