• La cuarta temporada de “Stranger Things” se sumó a la tendencia de alargar la duración de los episodios de series streaming.
  • Esta es una estrategia con ventajas y algunos inconvenientes.
  • Más minutos de reproducción suponen más tiempo de entretenimiento, lo que repercute en la fidelización del usuario.
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La cuarta temporada de Stranger Things resultó más grande en varios sentidos. No solo los protagonistas crecieron. El aumento de presupuesto y de las ambiciones de Netflix es evidente.

Sin embargo, la extensión de sus episodios es el elemento que ha llamado más la atención. Los episodios de ambos volúmenes superan los 60 minutos y tiene un final de temporada de más de dos horas. 

Hasta la fecha, los hermanos Duffer solo habían alargado la duración habitual de los episodios de su serie (45-50 minutos) en dos finales de temporada: el de la segunda (1 hora, 02 minutos) y el de la tercera (1 hora y 16 min). 

No se trata de una tendencia aislada. Diversas plataformas están apostando por extender la duración de sus episodios más allá de los 60 minutos, tras años en los que la fórmula era lo contrario: series con menos capítulos y más cortos, que se podían ver en un abrir y cerrar de ojos. 

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Las plataformas de streaming quieren adaptarse a las nuevas audiencias

El contenido digital lleva cerca de una década trabajando para adaptarse a la nueva sociedad del entretenimiento, acostumbrada al picoteo y al consumo rápido. Las plataformas de streaming realizaron una aportación básica en este sentido. 

Su producción original apostó, en una primera etapa, por la compresión de los formatos televisivos tradicionales, dando lugar a una ficción más concentrada y rápida, a la medida de un espectador que inclinaba de manera natural hacia el maratón como fórmula de consumo por defecto. 

Además de la comodidad que suponía para el usuario, la ausencia de una parrilla con pauta publicitaria que predeterminara la duración de los espacios permitió a varios creadores experimentar y comprimir las fórmulas narrativas.

Con esto buscaron impulsar ese consumo voraz a la que conduce la disponibilidad de todos los episodios de una temporada de golpe. 

Ese modelo parece estar cambiando ya que, además de un aumento de plataformas que apuestan por la espera semanal, los episodios se están alargando. 

Inventing AnnaThe Book of Boba FettPachinkoThe Gilded AgeThe Marvelous Mrs. Maisel… en las plataformas encontramos ejemplos de series con capítulos que comienzan a superar la barrera estándar de los 60 minutos.

¿Cuál es el objetivo de los episodios largos en plataformas de streaming (todavía) sin publicidad?

Durante la edad de oro de la televisión, que un programa de éxito tuviese un episodio más largo servía un doble propósito. Por un lado, fidelizaba al fan, al darle más minutos de contacto con sus personajes favoritos. Por el otro, rentabilizaba más el show, al ofrecer más espacio para la contratación publicitaria. 

No obstante, en un ecosistema (todavía) sin publicidad, ¿qué sentido tiene alargar los episodios? 

En primer lugar, alarga el ciclo de consumo de una serie de una manera más amigable que la entrega semanal.

El aumento de la duración de los episodios tiende a reducir la intensidad del consumo. Es decir, el ratio de episodios vistos por sesión. Los capítulos cortos son una pasarela para los maratones, mientras que los largos levantan la barrera a la hora y de verlos de golpe.

Esto permite extender la vida de la serie en la conversación, y, por lo tanto, que surjan más puntos de contacto con más audiencia potencial.

Los episodios más largos quieren remediar uno de los grandes problemas que planteaba el modelo fast-fiction: la escasa visibilidad del contenido tras el primer fin de semana de estreno. 

Además, garantizan más tiempo de contacto con el programa y, por tanto, mejora el engagement con la plataforma.

Más minutos de reproducción se traducen en más tiempo de entretenimiento, lo que repercute en la fidelización con el cliente. Que el contacto con la plataforma sea mayor refuerza la percepción de uso, factor clave en un momento como el actual. 

El aumento de la competencia y la presión de la inflación ha vuelto al usuario más consciente de que el uso real del servicio es lo único que justifica su pago. 

Comparativa de minutos acumulados de “Obi-Wan Kenobi” vs. “Stranger Things” el primer fin de semana de estreno (en Estados Unidos).
Comparativa de minutos acumulados de “Obi-Wan Kenobi” vs. “Stranger Things” el primer fin de semana de estreno (en Estados Unidos) | Nielsen

Los episodios más largos ayudan a conocer el éxito de una serie, según los nuevos estándares de medición del streaming

Otra de las razones que explican la tendencia a alargar la duración de los episodios es que resulta más favorable a la hora de valorar el éxito de una serie, de acuerdo con los nuevos estándares de medición de audiencia.

Aunque no existe una metodología única y universal, las fórmulas que emplean la acumulación de tiempos de reproducción están popularizándose rápidamente. 

El aumento de la duración de los capítulos beneficia la foto final, tanto en el caso de la métrica de Nielsen en Estados Unidos (que acumula minutos de consumo sobre la base de un panel) como de la que emplea Netflix en su Top 10 (que acumula horas de reproducción totales en la plataforma). 

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Ranking de horas acumuladas por el Vol I de la cuarta temporada de “Stranger Things” en sus primeros 28 días tras su estreno | Netflix

Basta un fijarse en Stranger Things para darse cuenta.

El promedio de duración de las tres primeras temporadas de “Stranger Things” rondaba los 50 minutos. Esto, para una entrega de nueve episodios, daba como resultado 450 minutos (7.5 horas) de reproducción.

Con la cuarta temporada, las cifras se duplican. Los nueve episodios de la cuarta temporada se traducen en 831 minutos (13.85 horas) de reproducción.

Esto confiere a la serie más músculo para posicionarse como un éxito, ya que lo que premian los nuevos indicadores es el tiempo dedicado a ver ese contenido. 

La jugada de aumentar la duración tiene sus ventajas, pero no está exenta de riesgos. Los episodios largos pueden plantear problemas a la hora de adaptarse a las versiones con publicidad de las plataformas, ya que los anuncios incrementarán todavía más la duración. 

Además, alargar la duración puede resultar un incentivo con productos conocidos o basados en grandes propiedades intelectuales. Sin embargo, en fase de descubrimiento puede topar con una barrera psicológica del usuario: la de no querer invertir tanto tiempo en algo tan largo.

Y eso, tras años de acomodación a una fórmula de entretenimiento flexible, puede suponer un verdadero reto en términos de retener su atención. 

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