Hace dos años, creímos que nuestro principal evento anual, el Wellbeing 360, se cancelaría irremediablemente por los retos que nos imponía la pandemia; había muy pocas oportunidades para realizarlo.
En medio de ese estrés, una ventanita nos ofreció una fuente luz: las transmisiones por internet, una tecnología ya bien desarrollada, pero todavía de uso limitado en la gran mayoría de las organizaciones, podría ayudarnos a salvar lo planeado.
Asumir aquel riesgo nos permitió dar un salto: de 2,000 personas que lográbamos reunir en un auditorio, ese 2020 pudimos llevar los temas sobre la felicidad a más de 40,000 espectadores en 80 países.
Nuestra preocupación y misión de llevar mejores hábitos de bienestar a las organizaciones y a las personas se vio compensada con un éxito que partió del miedo y el estrés. Lo que parecía una barrera insuperable se convirtió en un cambio.
La pandemia del coronavirus nos llenó de retos distintos, los sigue provocando, y hoy encaramos la vida practicando hábitos que hace 24 meses nos hubieran parecido una locura.
Por ejemplo, el uso de las tecnologías en la educación tuvo un avance de unos 10 años; es decir, sin la emergencia sanitaria lo que hoy es tan cotidiano hubiera tardado una década en aplicarse. Lo mismo pasó con los esquemas laborales y el teletrabajo.
Así puedes enfrentar mejor los retos
Nuestra percepción de la realidad tiene todo que ver con los retos. Un material maravilloso para entender este tema es el que escribe la doctora Kelly McGonigal sobre el lado positivo del estrés.
Hacernos conscientes y entender que la descarga de adrenalina es una energía temporal adicional para la acción, y que puede ser valiosa para enfrentar con éxito cualquier reto, puede llevarnos a alcanzar nuestras metas de una forma más eficiente y emocionante.
Es valioso recordar, por ejemplo, que esa hormona acelera el ritmo cardiaco y dilata las arterias, lo que lleva más sangre al cuerpo. Nuestro cerebro, bien provisto de flujo sanguíneo, está más despierto y atento a lo que nos sucede; percibimos más información a través de los sentidos, las pupilas se dilatan, el oído se agudiza; nuestros músculos están listos para salir corriendo o defendernos.
Claro que estamos hablando de un estrés temporal, provocado por nuestro interés por enfrentar retos, que debemos acompañarlo de periodos de recuperación. Otra cosa es el crónico, aquel al cual muchas veces nos referimos cuando hablamos del estrés que no podemos detener.
Usar el estrés a favor de las acciones necesarias puede hacerlo una herramienta muy útil.
Recuerda es la energía extra que nos da la fuerza y velocidad física y mental para resolver los retos que se nos presentan, que nos permite percibir las oportunidades en medio de la adversidad (adminístralo con cuidado).
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