- La ONG El Caracol brinda apoyo a personas sin hogar para combatir el Covid-19 en Ciudad de México.
- El fundador de El Caracol, Luis Enrique Hernández, alerta que la violencia en contra de la población sin hogar ha aumentado en medio de la pandemia.
- Tras visitar unas 48 poblaciones callejeras desde que empezó el confinamiento, la ONG afirma que el Covid-19 no ha llegado a las calles.
Al verlos llegar vestidos con monos rojos, coloridos botines militares y el rostro cubierto con cubrebocas y viseras; personas sin hogar de Ciudad de México los llaman «astronautas».
«Nos dicen que parecemos (los personajes) de la Casa de Papel, que parecemos bomberos, cazafantasmas», dice sonriendo Karen Martínez, de 28 años, minutos antes de empezar su misión.
Con termómetros tipo pistola y mochilas con decenas de bolsas de gel antibacterial, jabón líquido y cubrebocas, van por la ciudad para ayudar a las personas que viven en situación de calle.
No solo los reparten. Enseñan cómo utilizarlos a las personas sin hogar que son más vulnerables por el abandono y la indiferencia han crecido por el nuevo coronavirus.
Completan el comando otros cuatro psicólogos veinteañeros al mando de Luis Enrique Hernández, de 50 años y fundador de El Caracol, ONG que desde 1994 protege a poblaciones callejeras de la capital.
Violencia contra personas sin casa ha aumentado en Ciudad de México
En medio del cierre generalizado de servicios, otras personas sin hogar como Hermelinda, de 36 años, se llevan la peor parte.
Postrada en una destartalada silla de ruedas, con las piernas temblorosas y el cuerpo maltrecho, Herme, como la llaman cariñosamente, tiene mirada perdida pero dulce.
Hernández le ayuda a desinfectarse las manos con agua y gel. Normalmente, la lleva tres veces por semana a la ONG para que pueda bañarse y alimentarse, además de someterla a revisión médica.
El activista denuncia que personas como ella están «sufriendo más la pandemia», pues «el gobierno (…) los agrede».
Según testimonios que recopila, «los estragos» ya son visibles. «Ha aumentado la violencia contra la población (callejera), la policía los ha agredido más, les han quitado a sus hijos», afirma.
Covid-19 aún no llega a la población sin hogar
El Caracol les brinda más que eso. Desde ayudarlos a denunciar violaciones de sus derechos hasta conseguirles vivienda, solventada con los fondos que recaudan.
Tras visitar unas 48 poblaciones callejeras desde que empezó el confinamiento, a finales de marzo, el comando percibe que la COVID-19 aún no llegó a la calle, pero temen cuando suceda.
«No sé que va a pasar. El tema de la discriminación los coloca en mucha vulnerabilidad porque tienen difícil acceso a los servicios de salud», advierte Hernández.
Mientras tanto, junto a su joven equipo, intenta protegerlos al máximo. «Nos vemos, carnal, cuídate hermano, cuídense mucho», les dice cálidamente al terminar su recorrido.
Con información de AFP
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