- La pandemia provocó que los hábitos de consumo se modificaran.
- De acuerdo con The Cocktail Analysis, esto está relacionado con nuestra economía personal y maneras en las que manejamos el dinero.
- Estos son los tres perfiles que nacieron con el Covid-19, que aún está entre nosotros.
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La pandemia de Covid-19 afectó la manera de consumo de la población y las actitudes para analizar y tomar decisiones sobre la economía personal.
De acuerdo con un estudio de The Cocktail Analysis, son tres ejes los que delimitan cómo las personas perciben estos temas en una era donde las actividades se retoman a paso lento.
Te mostramos cómo actúan las personas de cada rubro, así como sus características elementales.
¿Cuáles son las actitudes de consumo tras la pandemia?
1. Inestable
Este rubro, de acuerdo con la investigación «Los retos del sector bancario en México 2022» de The Cocktail Analysis, representa el 25% de la muestra.
Se trata de personas adultas entre los 35 y 44 años, cuya principal característica es tener niveles socioeconómicos de la D hasta la E, es decir, pobreza a pobreza extrema.
De ellas, solo 63% tiene poco a nulo conocimiento financiero. Además, no cuentan con «un plan B para ahorrar y consciente de que debe controlar mejor sus gastos. Sabe que está obligado a buscar alternativas de fuentes de ingresos y considera que es muy probable que tenga que acudir a préstamos o créditos», expone el análisis.
2. Despreocupación
Se trata de perfiles masculinos y conforman el 43% del ejercicio. Tienen ingresos intermedios y, de ellos 86% son bancarizados. El 56% cuenta con más de una cuenta bancaria.
Es una de las actitudes de consumo tras la pandemia que más aprovecha la contratación de tarjetas de crédito y 18% son clientes de neobancos.
«Evitan pensar en temas económicos ya que sienten cierta seguridad en su situación económica. Sin embargo, no controlan bien sus gastos y ve viable la vinculación con bancos, buscando nuevas oportunidades», precisa The Cocktail Analysis.
3. Precaución
Esta es la agrupación precavida y abarca el 32%. Se trata de mujeres con ingresos intermedios; 80% están bancarizadas. De ellas, la mitad solo tiene una cuenta bancaria.
«Se preocupan por la situación económica pero con cierta estabilidad. Saben controlar sus gastos y tienen un plan de ahorro. En este perfil no figuran los créditos como una opción», expone el estudio.
Pero hay un rasgo que comparten las tres actitudes tras la pandemia: son menos sociales, prefieren el hogar y son recelosas ante el futuro.
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