El criptoinvierno se acerca; sin embargo, lejos de lo que muchos podrían pensar no es el fin de las criptomonedas. Este es un periodo de ajuste que se ha visto en distintos momentos de la corta vida de estos activos; tiene que ver con la adopción y movimientos regulatorios de las mismas.
Como en todos los activos lo más importante es que haya tendencias de precios (alcistas o bajistas); pues esto es lo que permite crear estrategias de inversión. En un criptoinvierno estas tendencias dejan de ser tan marcadas y alejan a inversionistas con altos apetitos de riesgo.
En las últimas semanas se han presentado dos situaciones que han sacudido el mundo de las criptomonedas (una que no debería y otra que sí):
- Elon Musk expresó que prefería alejarse de Bitcoin por el consumo energético tan grande que tenía; que esto no se alineaba con la visión de Tesla. Para los inversionistas debería valer muy poco lo que piense Elon Musk del tema. Sin embargo, como hemos visto en otros activos, los inversionistas con poca experiencia y pequeñas inversiones son cada vez más; representan una fuerza que puede distorsionar el mercado. Lo que sí es importante es que cada vez son más las personas las que reconocen que el bitcoin no es amigable con el medioambiente —algo de la que hablé en una columna pasada; entusiastas del bitcoin me criticaron duramente—.
- El Banco Central de China, ha endurecido las restricciones a las criptomonedas. Las restricciones han llegado a tal punto que prohíbe que firmas le presten servicios a entidades relacionadas con las criptos; y ha sido mucho más específico en los servicios que no pueden estar relacionados con cripto.
¿Qué endurece a este criptoinvierno?
La posición del banco central chino siempre ha sido hostil frente a las criptomonedas, pero esta vez endurece y hace más difícil que los mineros de Bitcoin que operan en ese país puedan convertir sus ganancias al Yuan. China es el país que lidera la minería de Bitcoins, lo cual naturalmente tiene un impacto en el precio porque pone en entredicho la capacidad de minar las operaciones de Bitcoin con la misma agilidad con la que actualmente se hace.
Estas dos condiciones están enfriando el mercado de criptoactivos y algunos analistas y opinólogos profesionales (como yo) creen que se puede repetir el comportamiento de finales de 2018, en donde hubo una fuerte caída de precios que se fue recuperando en la medida que había más certidumbre regulatoria, casos de uso reales, y modelos de negocio alrededor de las cripto fundamentados en el uso de su tecnología y no en los tuits de algún influencer.
Como siempre es importante invertir en un activo, basado en los fundamentos que sostienen e influencian el valor de ese activo. La sobredemanda de un activo derivada del entusiasmo (con un análisis pobre) siempre termina dando pobres resultados. A leer con detenimiento los papers detrás de cada protocolo y a seguir con detenimiento los casos de uso de esas tecnologías, pues hay mucho valor en blockchain y la descentralización.
Ojalá que este invierno ayude a construir inversionistas más rigurosos y análiticos.
(Reitero que esto NO constituye ninguna recomendación de inversión o liquidación de ningún tipo de activos)
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