Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

Según diversas fuentes, el número de mexicanos que están en el esquema de la subcontratación ronda los 4.7 millones y hay quienes aseguran que son casi 7 millones.

Cual sea el número, el asunto es que resulta difícil entender que López Obrador piensa con detalle en el impacto de sus declaraciones, cuando lo impulsa solo desde el argumento de que hay ‘coyotes’ que abusan del mercado del outsourcing, sin considerar la aportación que tiene esta figura en generación de empleos.

La subcontratación es un aspecto establecido en las leyes mexicanas y es un tema en el cual han trabajado los 628 legisladores, diputados y senadores de todas las fuerzas políticas en México país. ¿Se elimina ese trabajo, y puede desaparecer de un momento a otro esta figura sin considerar lo que representan en cuanto a contrataciones?

El tema es vigilar y sancionar cuando haga falta

La Ley Federal del Trabajo (LFT) define la subcontratación laboral desde el 2012 en su artículo 15-A, como aquella “por medio del cual un patrón denominado contratista ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a favor de un contratante, persona física o moral, la cual fija las tareas del contratista y lo supervisa en el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras contratadas”.

Bajo esta descripción, consta que existen en la Ley elementos para regular esta actividad. Pero la entrada económica que representa esta industria es lo suficientemente atractiva para que muchas empresas en el país busquen desempeñarse ofreciendo este servicio, ofreciendo mecanismos ilegales para quedarse con más ingresos, a costa de incumplir con prestaciones legales y en prejuicio del empleado.

Las acciones asociadas a la regulación de la subcontratación, entonces, deben asociarse a contrarrestar las malas prácticas, bajo una adecuada supervisión, vigilancia y sanción. Pero la eliminación sin pensar pertinentemente en los impactos da lugar a escenarios como los siguientes, que comparte Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios del para el Empleo Formal (CEEF).

  • En los últimos cinco años, esta modalidad de empleabilidad creció 37% en México, lo que representa hoy empleo para 4 millones 128,912 colaboradores. La subcontratación representa 13% del personal ocupado en el país, de acuerdo con cifras recientes del Censo Económico del INEGI 2019. ¿Qué sucederá con estos empleos?
  • De estas 4.5 millones de personas subcontratadas, al eliminar esta figura, únicamente el 20% se quedaría en los centros de trabajo y el 80% se movería a la informalidad. 
  • Si existen los elementos legales para sancionar la subcontratación con malas prácticas, porqué no concentrar el debate en ello, en lugar de desparecer ‘de tajo’ una figura que generar ingresos para el país, le aporta competitividad al ser un esquema mediante el cual empresas a nivel global atraen personal.

Lanzar una propuesta de este tipo, independiente a pensar en el impacto en generación de empleos, hace pensar que,  de nueva cuenta, el presidente vive en su propio mundo, sin entender la complejidad de un mercado laboral que no solo está en aprietos por el impacto económico de una pandemia, sino también por una generación de empleos que no despega.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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