Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

Previo a la pandemia ya se hablaba de desarrollar otras destrezas en los profesionales. Claro, el escenario era otro: el impulsor del cambio era la automatización y el hecho de que organismos, como el Foro Económico Mundial, auguraran la perdida de 7 millones de empleos durante los próximos cinco años como producto de las transformaciones de la economía mundial por la cuarta revolución (4.0).

Pero tras la pandemia el asunto es otro. Ante la reducción de puestos de trabajo el ‘enemigo’ no es un robot, sino uno mismo con la imposibilidad de no saber cómo agregar valor al trabajo, y conservarlo, por falta de ciertas habilidades. Estamos ante las puertas de una nueva batalla: la de aquellos que tienen las competencias para ayudar a que su empresa salga de la premura económica, o bien, siga creciendo, contra las personas que no saben cómo integrarse ante lo que el mercado demanda. Es supervivencia laboral. Para estar en esta sintonía el camino es reaprender, incluso, aspectos que no consideramos esenciales en nuestra vida profesional

¿Cuáles son competencias que marcan la diferencia?

Se dará una división entre los que tienen las habilidades correctas contra los que no las tienen. Así lo resume Héctor Márquez, director de Relaciones Institucionales de ManpowerGroup México y Centroamérica. La firma de capital humano que representa realizó el informe Lo que los trabajadores quieren, que incluye la opinión de 8,000 personas, en ocho países, sobre el futuro de los colaboradores en varios rubros.

Con lo que respecta a habilidades, el informe revela una inequidad no solo en el sentido de tener o no las competencias para emplearse. Arroja que aquellos con habilidades más demandas por las empresas y el mercado podrán negociar mejor sus decisiones salariales, trabajar de forma remota, evitar los desplazamientos y permanecer seguros en casa.

Por el contrario, aquellos con habilidades en declive necesitarán trasladarse al lugar de trabajo y están sujetos a una exposición aún mayor. La batuta la tendrán quienes estén mejor preparados para comunicar, saber priorizar, tomar la iniciativa, ser resilientes. Esto es la parte ‘soft’, pero en el aspecto técnico las oportunidades crecerán para aquellos que se actualicen en   ciberseguridad, transformación de negocio y  ventas, señala Márquez.  

El 56% de los encuestados por esa firma aseguró que es más probable que los trabajadores de Tecnologías de la Información (TI) y de servicios financieros esperen una mejor vida laboral después de una crisis, en comparación con los de manufactura, perfil que puede llegar a sustituirse por una máquina. Y aunque depende del área en la que se desempeñe la persona, es una realidad que un escenario donde la gente compra desde su hogar, y  socializa, trabaja y aprende a través de plataformas, pues habrá un repunte sobre los perfiles que entiendan sobre revolución tecnológica.

Pero no cualquier persona; es aquella que sepa apalancarse de la tecnología con un sentido humano, de comunicar, de interpretar, de saber en qué términos cierra una venta con su jefe o con un cliente gestionándose en plataformas y no de manera presencial.

¿Y por qué se les llamada las competencias del futuro?  

Muchos profesionales se cuestionan por qué vender es algo que debería saber si estudió sociología, comunicación, psicología y no administración, por ejemplo.

El meollo con estas competencias es que es un tipo de conocimiento que puedes llevar de una empresa a otra, de un sector a otra industria, y son útiles a largo de toda la carrera profesional, cuenta Fernando Vargas, consultor del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional.

A ninguna empresa le estorba que su empleado tenga ciertas técnicas de atención al cliente, aun y cuando ese cliente sea otro colaborador con el que necesita tener buena comunicación para llegar en tiempo y forma a los resultados que se esperan.

Continuamente, instancias como la Organización Internacional del Trabajo han alertado sobre no avanzar de la manera requerida para tener a personas empleables en el futuro. Uno de los riesgos que el profesional busque colocarse en el mercado de trabajo queriendo un salario alto pero con ‘calificaciones medias’, y esto, en un escenario post pandemia y de alta competencia, no se ve como una fórmula viable. La regla es reunir ‘calificaciones altas’ (habilidades técnicas y socio emocionales de calidad) para percibir un ingreso alto.

El informe de Manpower lo resume de la siguiente manera, y esperemos sea una alerta escuchada por escuelas, buscadores de trabajo y reclutadores: hay una creciente demanda de habilidades de poder y esas son las competencias blandas, las que marcan la diferencia entre uno y otro empleado.

Si el trabajador (a) hoy tiene que ser maestro, empleado, padres y/o cuidadores, buen colega, etcétera, etcétera, más vale que esto lo haga entendiendo cómo gestionar sus emociones, apartándose de la inteligencia de clúster que solo permite ver una relación de trabajo como regular o pésima.  Ojo, de esto trata la resiliencia.  

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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