- Ella eligió llamarse Zyanya Nicté Ha, un nombre que significa "siempre princesa".
- Tras pasar casi 30 años siendo identificada socialmente como hombre, y gozando de "membresía" masculina, se enfrentó con discriminación laboral.
- Actualmente ofrece consultorías para garantizar espacios de trabajo diversos.
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Ella eligió llamarse Zyanya Nicté Ha. Quería un nombre que remitiera a México, su lugar de nacimiento, y la historia de la princesa maya Sac Nicté la interpeló. Junto, su nombre significa “siempre princesa” o “siempre Nicté”, y se ha convertido en una forma de celebrar y compartir su identidad.
Nicté Chávez pasó casi 30 años de su vida siendo identificada socialmente como hombre. En esos zapatos escaló en el sector de recursos humanos, donde asegura que siempre fue escuchada con autoridad porque tenía “membresía en el mundo de los hombres”. Sin embargo, cuando se reconoció como mujer trans, la actitud de sus colegas cambió.
“Me parecía coherente que si estaba hablando de la implementación de normas de no discriminación e inclusión laboral, yo como gerente de área pudiera salir del clóset sin mayores complicaciones”, cuenta Nicté, psicóloga y consultora en temas de recursos humanos.
Sin embargo, las cosas no salieron como ella pensaba. “Yo solo llegaba en flats (al trabajo), pero me dijeron ‘¿sabes qué, Nicté? Esta es una empresa mexicana, familiar, el director no comulga con la diversidad y no quiere ver ‘gays joteando en la empresa’, entonces considera la decisión que estás tomando’. Dos semanas después me quedo sin empleo”, cuenta a Business Insider México.
Fue entonces que, motivada por su necesidad de capitalizarse, comenzó a hacer pública su historia.
Un videojuego con distintos grados de dificultad
En su conferencia “Retos laborales de una mujer trans”, Nicté Chávez hace una analogía entre los grados de dificultad de un videojuego y los privilegios para distintos grupos de población.
“Antes (de la transición), yo estaba jugando en modo fácil; de pronto se vienen sobre mí las interseccionalidades: soy mujer en un país con una gran brecha salarial por género; a eso súmale que soy una mujer diversa porque soy lesbiana y que soy una mujer trans”. ¿El resultado? Pasó de jugar en “modo fácil” a tener que dominar el “modo experto” en distintos aspectos de su vida.
Su caso no es único. De acuerdo con una iniciativa de la Cámara de Diputados para otorgar incentivos fiscales a las empresas que sumen talento diverso, “una persona de la comunidad LGBT+ puede pasar en promedio 10 meses buscando empleo”. Además, aunque 41% de las personas trans cuentan con estudios superiores, su tasa de desempleo rebasa el 90%.
Sobre este punto, ella considera que existe un factor de desconocimiento, pues “la edad promedio en las empresas va de los 30 a los 35 años”; es decir, se compone por generaciones en donde no había suficiente información para desmontar la idea de que solo existen dos géneros, y había más desconocimiento sobre las personas trans y no binarias.
En ese contexto, asegura que es un reto entrar de lleno al tema de la diversidad y que en ocasiones las iniciativas para hacerlo no están bien fundamentadas, ni exponen los términos correctamente.
“Hay un mundo lleno de buenas intenciones que en el camino se pierden por no saber aterrizar y un porcentaje de gente que se quiere aprovechar de la comunidad”, dice Nicté.
La lucha por construir empresas diversas
Muchas empresas buscan adoptar una imagen de diversidad sin que esto permee realmente en su cultura laboral, asegura Nicté. Por ello, en su trabajo como consultora promueve la creación de estrategias de inclusión apalancada en los líderes.
“Si eres un líder, tu objetivo es enfocarte en los resultados. Y si el mejor talento disponible es una persona trans, ¿qué te importa su orientación sexual o su identidad de género?”, dice en el foro «Inclusión y equidad laboral para mujeres diversas» de Pride Connection y AT&T México.
No obstante, sabe que la cultura machista en muchas oficinas obstaculiza que la voz de las mujeres y las personas LGBT+ sea escuchada. “Existe una membresía no dicha de lo que implica ser hombre o ser mujer y en el mundo laboral está muy marcado”.
Esta situación ha vuelto su trabajo más complicado, pero su convicción por abrir más espacios a las personas diversas la ha proyectado en distintos ámbitos. Actualmente, Nicté Chávez es reconocida como una de las 100 personas líderes de la comunidad LGBT por el MIT Sloane y es una Top Voice de LinkedIn, plataforma donde potencia su principal mensaje: es necesario eliminar prejuicios y tener más empatía para promover la llegada de talento diverso al mundo laboral.
Este texto pertenece al especial Sobre Nosotras, historias de mujeres que reflejan la vida de cientos de voces mexicanas.
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