• Las grandes tecnológicas y fintech se abren paso y dejan a un lado a la banca tradicional, incapaz de seguirles el ritmo en innovación.
  • Los pagos con teléfono celular ha llegado para quedarse y algunos de los analistas afirman que se convertirá en el principal medio de pago.
  • "Con la aceleración de los pagos móviles y las compañías no tradicionales, es de crítica importancia que las entidades elaboren una estrategia para permanecer en la parte del negocio de pagos que está orientada al cliente", considera Moody's.

La banca tradicional se está quedando a un lado a medida que aumentan los nuevos medios de pago, liderados por grandes tecnológicas o fintech. Si bien el coronavirus obligó a las entidades a ponerse las pilas en cuanto a digitalización, la influencia de estos nuevos actores en los medios de pago va en aumento.

Un informe reciente de Moody’s sostiene que la tecnología relegará a la banca tradicional «al asiento de atrás», debido a los cambios en el consumo y a la comodidad de otras compañías. Los pagos son solo la primera incursión, pero ya hay pequeñas compañías fintech que ofrecen servicios de inversión atractivos para los usuarios.

Moody’s prevé que los bancos se vean afectados a la hora de atraer y retener clientes, que sus ingresos derivados de los servicios de pago disminuyan y que las entidades necesiten a largo plazo pagar más para retener los depósitos.

Asimismo, señala que esta competencia traiga consigo una mayor consolidación del sector bancario en muchas regiones del mundo, dadas las enormes inversiones necesarias para mantenerse al día en cuanto a tecnologías digitalizadas.

«Los bancos corren el riesgo de perder gran parte de la interacción con los clientes y de ser relegados a un rol más discreto en la fabricación de productos financieros, una actividad menos visible y de menor margen», sostiene el citado informe. También señala que las grandes tecnológicas cuentan con una amplia base de clientes; mejor experiencia de usuario y están enfocadas en esto a largo plazo y recursos significativos; por lo que sus servicios son difíciles de imitar para los bancos.

La incursión tanto de las fintech como de las grandes tecnológicas ha surtido efecto en los bancos, que han mejorado la usabilidad de las aplicaciones; la experiencia del usuario y la posibilidad de una banca conectada, explica Marc Sansó, profesor de EAE Business School y CEO de Elsebits. «Es la primera vez que la banca tiene una competencia real, que le está quitando cuota de mercado», defiende.

Sansó añade que este contexto «les ha hecho avanzar en cinco años lo que no habían avanzado en 25». «El principal problema de la banca es de estructura de costos. Es un sector que ahora mismo no es rentable (…). En el cual algunas de las nuevas tecnologías están aún en fase de prueba y error. El cambio es mucho más profundo».

No obstante, los ciudadanos aún tienen reparos en cuanto a la entrada de las tecnológicas en el sector; especialmente respecto a la privacidad y la gestión de los datos. «Los bancos siguen siendo líderes en cuanto a lo que se refiere a la protección de datos de sus clientes. Gracias a los criterios legales y de compliance a los que los bancos siempre han dado prioridad», explica Darío García, analista de XTB. «Las nuevas tecnologías son más dinámicas y pueden adaptarse a cualquier requerimiento que pueda exigir el mercado, incluso la legislación».

El smartphone, clave para los pagos fintech en los próximos años

El uso del smartphone para pagar es una tendencia al alza y ha venido para quedarse. Tanto es así, que algunos analistas consultados por Business Insider España consideran que, tarde o temprano, se convertirá en el mayor medio de pago de países desarrollados. Su uso ha crecido durante la pandemia, ya que no es necesario teclear el pin y eso evita tocar el datáfono.

La compañía de procesamiento de pago Worldpay prevé que la mitad de las compras se harán por este medio dentro de 3 años, algo que ya es normal en China. Ni siquiera se necesita tener tarjetas bancarias: el pago se hace mediante códigos QR y las apps se vinculan a las cuentas del banco. Esta modalidad se conoce como «pago móvil presencial», para distinguirla de otros tipos. El país ha experimentado una rápida innovación, liderada por Alipay y Weixin Pay, posible gracias al rápido crecimiento del comercio electrónico, reportó Moody’s.

Ambas apps concentran 80% del mercado chino, mientras que los grandes bancos han sido lentos a la hora de digitalizar sus productos y servicios. Sus propietarias, Ant Group —propiedad de Alibaba— y Tencent, respectivamente, son algunas de las compañías más valoradas del mundo. De hecho, la primera compañía protagonizará en noviembre la mayor salida a bolsa de la historia: espera levantar 29,000 millones de euros. 

Moody’s apunta que si bien en China este medio tiene una gran penetración, no es así en países como Italia, México o España, donde se usa más el efectivo.Moody’s apunta que si bien en China este medio tiene una gran penetración, no es así en países como Italia, México o España, donde se usa más el efectivo.Moody’s apunta que si bien en China este medio tiene una gran penetración, no es así en países como Italia, México o España, donde se usa más el efectivo.Moody’s apunta que si bien en China este medio tiene una gran penetración, no es así en países como Italia, México o España, donde se usa más el efectivo.

La innovación en este aspecto se centra en los monederos digitales, interactuando directamente con el consumidor y optimizando su experiencia. «Con la aceleración de los pagos móviles y las compañías no tradicionales, es de crítica importancia que las entidades elaboren una estrategia para permanecer en la parte del negocio de pagos que está orientada al cliente», considera Moody’s. 

El analista de IG Market, Sergio Ávila, coincide y añade que el sector no puede dejar de lado esta actividad; cuanto más avance el tiempo, más difícil será competir con las compañías no tradicionales. «Las grandes empresas tecnológicas saben que los medios de pago son una parte estratégica del sector financiero. Por ello, desarrollan su actividad en servicios que puedan suponer un mayor valor añadido en sus negocios, el pago y el crédito sirve como fuente alternativa de ingresos», destaca Ávila.

Los acuerdos con compañías fintech más pequeñas podrían ser una de las formas de acelerar sus esfuerzos hacia este nuevo ecosistema. Si bien esto supondría ceder una parte del control y erosionar el reconocimiento de la marca del banco titular, así como la confianza que se ha creado en él, reconoce Moody’s.

Otras operaciones financieras, también afectadas

«A medida que la atención de los consumidores migra a formatos digitales, creemos que los competidores no tradicionales usarán los pagos para hacer una incursión en la venta de otros productos y servicios financieros», explica el informe. 

Los medios de pago son solo el primer paso, pero ya hay una gran variedad de fintech que se están adentrando en otro tipo de servicios, como el trading. 

«Los inversores a través de entidades bancarias siguen asumiendo costes encima de la media del sector, debido a sus costes fijos; mientras que otras entidades permiten realizar las mismas operaciones financieras a un menor coste. O al menos a un menor coste imputable al cliente», explica García.

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