• La agencia calificadora recorta la nota de México y Pemex un peldaño y mantiene la perspectiva negativa.
  • El banco estadounidense JP Morgan recorta a -7% su pronóstico del Producto Interno Bruto de México, el más sombrío hasta ahora.
  • Las tres noticias cayeron en una tarde y sus efectos nublan el panorama económico de México.
  • ¿Consecuencias? Sí, que van desde mayor desempleo hasta debilidad del peso mexicano frente al dólar.

México recibió en una sola tarde tres noticias que nublan el panorama de su economía al menos para este año: recorte de nota del país y de Pemex, más el pronóstico de crecimiento del PIB más severo.

Como rosario, el jueves llegaron decisiones que impactan la economía nacional y con efectos para los mexicanos.

La primera: S&P baja nota a México

Primero llegó la agencia calificadora S&P que bajó la nota de la deuda soberana un peldaño a BBB desde un previo de BBB+.

«Prevemos un impacto pronunciado sobre la economía mexicana derivado de la combinación de shocks del Covid-19 -en México y en Estados Unidos, su principal socio comercial- y de la caída en los precios internacionales del petróleo», dijo.

Las agencias calificadoras evalúan las economías de países y empresas para determinar el riesgo que hay para quienes les prestan dinero de que no les paguen. Al bajar la nota, el costo de endeudarse ya sea para la empresa o un país se eleva pues se percibe que tiene menor capacidad de pago.

Con este recorte, la deuda del país queda a dos escaños de distancia de la categoría considerada como «basura», en un momento marcado por la contingencia sanitaria mundial del coronavirus.

Cuando la nota está en el terreno basura o especulativo es más mucho más costoso para un país conseguir deuda y existen inversionistas que están obligados a deshacerse de deuda en ese nivel.

La segunda: JP Morgan ve caída de 7%

Luego vino el banco JP Morgan que recortó su estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) — el valor de los bienes que produce el país y la forma de medir el crecimiento — nada más y nada menos que a -7%.

Sí, una caída de la economía de 7% para 2020 desde un pronóstico previo de apenas hace una semana de -1.8%.

«Conforme las noticias negativas continúan fluyendo a lo largo del mundo, seguimos navegando en territorios inexplorados, parece que la leve recesión que esperábamos se convertirá en una profunda recesión con graves choques ocurriendo simultáneamente» dijo JP Morgan.

Los pronósticos dan señales de hacia dónde va el rumbo de la economía y tomar medidas y acciones para intentar revertir sus efectos en caso de consumarse.

La tercera: S&P recorta ahora nota de Pemex

Y regresó S&P que como se esperaba bajó la calificación de Pemex bajó la calificación de Pemex de BBB+ a BBB, tras disminuir la nota del país por la contingencia del coronavirus.

«En este contexto, vemos un espacio limitado para que Pemex mejore sus muy débiles métricas crediticias en el corto plazo. Además, las bajas perspectivas de generación de flujo de efectivo y un período prolongado de condiciones financieras adversas podrían ajustar gradualmente la liquidez de la compañía», dijo la calificadora en un comunicado.

El gobierno federal ha apostado al apoyo de la petrolera para que se recupere la producción de crudo y con ello mejoren los ingresos que reciba por esta vía, que si bien ya no son su principal fuente sí representaron en 2019 el 10% de los ingresos públicos, de acuerdo con cifras de Hacienda.

Los tributarios representaron 71.4%.

Pemex, ¿camino al bono basura?

La baja en la nota de Pemex por S&P la acerca un poco más a caer en grado especulativo o “basura”.

Cuando eso pasa, los inversionistas que tienen deuda de Pemex (que le han prestado) se ven obligados a retirarse y deshacerse con esa deuda, pues el riesgo de que la empresa no pueda pagarles es mayor.

Fitch, otra calificadora de las tres principales en el mundo, ya tiene a Pemex en ese grado especulativo. Si otra calificadora -ya sea S&P o Moody’s- la pone en ese mismo nivel, se concretará un escenario adverso para la petrolera.

“Se darían salidas de capitales del país y el peso se depreciaría aún más”, advierte Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE.

La depreciación del peso hace que el precio del dólar se dispare. Una moneda débil eleva el riesgo de que las importaciones de México sean más caras pues se pagan en dólares.

Ello puede provocar que los productos importados que consuman los mexicanos eleven su precio, lo que afecta el gasto de los hogares.

Las consecuencias de una contracción económica

Una consecuencia de una contracción de la actividad económica es la pérdida de empleos.

Sobre todo si esta crisis que enfrenta no solo México sino el mundo no es solo financiera como pasó en 2008-2009 sino que atraviesa otros sectores de la actividad económica.

Por ejemplo, la producción de manufacturas se ha visto afectada pues el coronavirus empezó en China, país donde los paros de actividades productivas interrumpieron el envío de insumo a otras partes del mundo -como México- para elaborar diversos artículos como vehículos.

Las medidas de distanciamiento físico y reducción de la movilidad afectan otro sector: el consumo. Con gente en casa disminuye la adquisición de productos y servicios. Ejemplo: con el cierre de cines o algunos restaurantes disminuyen las ventas de estos negocios y con ello el dinero en su caja.

Con menos gente en las calles, los comercios informales que venden dulces o alimentos preparados, por ejemplo, ven reducido el número de sus clientes.

Se espera que crezca el desempleo

Con una economía en números rojos, es previsible que se pierdan empleos. ¿Cuántos? En la economía formal -que sus empleados cuentan con seguridad social- puede perderse unos 875,000 puestos de trabajo en un escenario con una contracción del PIB de alrededor de 5% y sin medidas para enfrentarla, de acuerdo con un cálculo del IDIC.

En el mundo se calcula que esta crisis sanitaria y económica puede desaparecer unos 25 millones de puestos de trabajo en el peor escenario, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT).

Por otro lado, con una economía que no crece los ingresos públicos que obtiene el gobierno para atender sus planes y políticas corren el riesgo de disminuir.

¿Por qué? El gobierno obtiene ingresos a través de la recaudación de impuestos que llegan por la vía de las empresas y el consumo. Con las compañías en apuros y los consumidores sin empleo o recortando gastos esa recaudación puede disminuir.

Con información de Reuters

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