- Maureen Herman se mudó a Nashville para laborar en la industria musical.
- Sin embargo, había un pequeño problema: no tenía experiencia en este ramo.
- Esta es la historia de cómo falsificó su currículum.
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Este artículo se basa en una conversación con Maureen Herman, escritora de 56 años que vive en Chicago y que hizo trampa con su currículum. El texto ha sido editado para una mejor extensión y claridad.
Cuando tenía 29 años, conseguí un trabajo como productora de un video musical para una estrella de country gracias a que envié un currículum que hice a medida para ese trabajo.
¿El único problema? Gran parte de lo que contaba en él era un poco exagerado o directamente una mentira descarada.
Fui a la entrevista con un maletín de cuero que parecía más caro de lo que realmente era e imprimí mi impecable (pero falso) documento en papel de lino.
Llevé preparado un presupuesto para el video musical que había copiado casi por completo de un ejemplo que encontré en internet.
Al final de la reunión, me ofrecieron el empleo. Salí de ahí y fui a donde me esperaba mi amigo; cuando se lo conté, no dejábamos de reír. No podía creer que lo hubiera conseguido.
Fue el típico escenario de «fíngelo hasta que lo consigas»
En el 2000 me acababa de mudar a Nashville y esperaba abrirme camino en la industria musical.
Un amigo me habló de un trabajo en producción de video y me animó a presentarme.
Me interesaba la profesión, pero no sabía cómo meterme en ella: no tenía título, ni experiencia, ni la más mínima idea de lo que era producir un material de ese tipo.
Pero eso no me frenó. Sabía que podía arreglármelas y sacar el trabajo adelante si me lo daban.
Una de las razones por las que mentí en mi currículum era porque no había podido terminar mi carrera universitaria por problemas económicos y personales.
Siempre quise acabarla, pero nunca encontraba el momento ni los recursos para hacerlo.
Hoy en día, si no tienes un título universitario, tienes que encontrar otras maneras de superar ese estigma. Pero esta exigencia es arbitraria.
Debe existir una vía de acceso en ciertos empleos para las personas que están dispuestas a aprender al tiempo que realizan sus funciones o que tienen experiencia previa en lugar de exigir un mero papel.
Yo solía poner mi título universitario en mi currículum, aunque no indicaba la fecha en la que supuestamente terminé los estudios, estaba implícito que lo había hecho. Nunca nadie lo comprobó, ni me llamó para decirme que había mentido.
Mentir en mi currículum funcionó para mí, pero no lo volvería a hacer en 2023
Aunque exageré todas las cualidades y estudios en mi currículum, hice un gran trabajo produciendo el video musical.
Sin tener experiencia, me gustaba tanto lo que hacía que se vio reflejado en el resultado. Ese primer material fue seleccionado por Country Music Television y tuvo una buena recepción.
Contar con ese crédito y esa primera experiencia me ayudó a conseguir mi siguiente trabajo dirigiendo un piloto para VH1; después de este puesto continuaron llegando oportunidades profesionales.
Este empleo me abrió más puertas y me demostré a mí misma que era capaz de hacer un gran proyecto con un gran presupuesto.
Siempre les digo a personas más jóvenes que soliciten trabajos para los que se sientan poco cualificados.
Sin embargo, ahora me doy cuenta de que en los años 2000 era más fácil salirte con la tuya con mentiras como estas, antes de que existiese LinkedIn y de que todo el mundo pudiese buscarte en Google.
Para mí, esa primera experiencia me enseñó a no dejar que las normas arcaicas me impidieran perseguir mis sueños.
Años después de falsificar mi currículum por primera vez para conseguir ese trabajo, estaba en una reunión de alcohólicos anónimos, un programa de ayuda en el que la gente puede expresarse libremente.
Me acuerdo que en una de las reuniones, una persona estaba hablando de la necesidad de ser honestos. Entonces narró: «excepto cuando se trata de tu currículum». Me eché a reír. Puedo decir que estoy de acuerdo.
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