• Los delitos contra el medio ambiente y la corrupción en venta de insumos médicos han incrementado el lavado de dinero ligado a estas actividades, advirtieron expertos.
  • En el marco de un Congreso de Prevención de Lavado de Dinero, los expertos plantearon soluciones integrales de la mano de las industrias, ya que muchos delitos corren a la par de actividades legales como la tala de árboles.
  • La crisis del Covid-19 también generó amenazas en cuanto a lavado de dinero y delitos fiscales, especialmente en América Latina, agregaron los expertos en el evento organizado por Thomson Reuters.

El lavado de dinero relacionado a crímenes contra el medio ambiente y corrupción en la venta de insumos médicos, en medio de la pandemia por Covid-19, aumentó durante el último año, advirtieron expertos durante el Cuarto Congreso Internacional de Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo, organizado por Thomson Reuters.

«Estos delitos (ambientales) son lo que nosotros denominamos de bajo riesgo y alta ganancia para los criminales», advirtió Elisa de Anda Madrazo, vicepresidenta del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).

«Es decir, los criminales han encontrado en estos delitos ambientales un nicho que les permite tener grandes ganancias. Esto en comparación con el riesgo relativamente bajo que tienen de ser perseguidos y enjuiciados», detalló la directiva.

Entre estos delitos se encuentra el comercio ilegal de animales silvestres, la tala de arboles ilegal e incluso el tráfico de migrantes. Muchas poblaciones se han visto en la necesidad de trasladarse debido al impacto económico del cambio climático o desastres naturales. Esto puede generar ingresos de entre 10,000 y 50,000 dólares a los criminales por cada persona que logran cruzar por una frontera.

Uno de los principales problemas para combatir el lavado de dinero es que estas actividades ocurren a la par de negocios legales. Por ello, es complicado buscar soluciones integrales en las cadenas de producción de varias industrias, «desde el inicio que es normalmente donde se mezclan los recursos lícitos e ilícitos», dijo la experta.

«Por ejemplo, la tala que es lícita y que es ilícita, o los minerales que fueron explotados lícitos con los que fueron explotados ilícitamente. Es por ello que tenemos que acercarnos con actores de la industria que tradicionalmente no están en las conversaciones de GAFI. Entre ellos se encuentran exportadores de estos materiales; los que ayudan a comercializarlos; y las industrias financieras que les permiten estas transacciones internacionales», añadió.

Irregularidades en insumos médicos y aumento de operaciones ilícitas por medio de ciberataques

Además de los ilícitos contra el medio ambiente, también se observó que la crisis del Covid-19 generó amenazas en cuanto a lavado de dinero y delitos fiscales, especialmente en América Latina. Esto es preocupante, ya que las autoridades tienen que atender una problemática fiscal en medio de la crisis sanitaria que puso en peligro a millones de seres humanos.

«Es una cosa increíble que frente a la amenaza tan importante a la humanidad que significa la pandemia haya gente, en especial los criminales, que aprovechen esta situación para maximizar sus ganancias; maximizar sus ingresos y cometer nuevos actos», señaló Esteban Fullin, secretario ejecutivo del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica en la conferencia.

El experto indicó que el problema que más preocupó a su organismo fue la corrupción en la región. Aumentaron los casos en los que empresas aumentaban más de 10 veces el costo de insumos necesarios para la pandemia como bolsas para cadáveres; sobreprecio en equipos de protección como tapabocas y otro tipo de material médico para atender la contingencia tan básicos como jeringas.

«Por el otro lado hubo muchísima falsificación de medicamentos, de pruebas, de material médico de baja calidad. Obviamente también encontramos en la región como amenaza de lavado de activos, muchísimos fraudes financieros con estafas y extorsión de inversiones fraudulentas», añadió Fullin.

Asimismo, una nueva tendencia que también se observó un aumento de casos fueron los ciberdelitos. Especialmente cuando se disparó la utilización remota de instituciones financieras durante el confinamiento sanitario. Muchas personas carecían de la educación necesaria para prevenir ataques, como «phishing» y «ransomware».

De esta forma, la crisis sanitaria disminuyó la vigilancia en diversas áreas como la explotación de recursos naturales. Lo que permitió a grupos delictivos aumentar su actividad en áreas que debieron haber estado protegidas por las autoridades, indicó el experto.

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