- Un nuevo estudio revela que la migración de usuarios de Twitter a otras redes sociales, no para de crecer.
- Las plataformas similares a Twitter se muestran cada vez más interesantes para los usuarios, que optan por alternativas como Mastodon.
- La red social descentralizada suma millón y medio de usuarios nuevos cada mes.
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Un estudio publicado el viernes ayuda a contextualizar los cambios que están experimentando muchos usuarios de Twitter a medida que el resto de redes sociales compiten por su atención. Este movimiento ha sido bautizado por los propios consumidores como #TwitterMigration, un hashtag que hace referencia a los usuarios de la plataforma que se van a otras comunidades online.
Twitter siempre ha sido una compañía caótica, pero lo ha sido todavía más tras la turbulenta adquisición de Elon Musk. Desde que el multimillonario cerró el acuerdo de compra por valor de 44,000 millones de dólares (mdd), se ha dedicado a compartir teorías conspiranoicas, los discursos de odio han campado a sus anchas y lo más probable es que los usuarios tengan que pagar por tener su cuenta verificada.
En respuesta a las maniobras de Musk, algunos usuarios mantienen sus cuentas y se hacen nuevos perfiles en otras plataformas o directamente abandonan Twitter.
Un informe elaborado por la firma de consultoría política Dewey Square Group refleja esta «migración».
Si la gente se va, ¿a dónde se va?
El director y jefe de proyecto de Dewey Digital, la división de medios de comunicación de Dewey Square Group, Tim Chambers, cuenta a Business Insider que su equipo quería entender qué era exactamente lo que estaba provocando la migración.
«Al ver los recientes acontecimientos que ocurrieron tras la compra de Elon Musk y la especie de caos que se produjo en Twitter, para nosotros era realmente importante averiguar: ‘Si la gente se va, ¿a dónde va?'», explica Chambers.
El equipo de Dewey Digital utilizó las cifras oficiales de Twitter y obtuvo conclusiones basándose en los usuarios que han añadido cuentas a otras redes sociales en sus biografías; tuits pidiendo a la gente que les siguiera en otras plataformas y descargas de aplicaciones.
El equipo de investigación descubrió que Mastodon —la «red social que no está a la venta», según su propia página web— está creciendo, en promedio, 1.5 millones de usuarios mensuales.
Desde que se produjo la adquisición de Musk, más de 90,000 usuarios han añadido sus cuentas de Mastodon a sus perfiles de Twitter; estas han sido mencionadas cerca de 200,000 veces en los últimos 30 días, según Dewey Digital.
«Esta cifra es, con mucha diferencia, la más alta de todas las redes sociales emergentes», indica el informe de la consultora.
Mastodon fue creado en 2016 por Eugen Rochko, un desarrollador de software alemán. En una entrevista con la revista Time, este joven de 29 años afirmó que empezó a programar Mastodon tras enfadarse con Twitter.
«Pensaba que poder expresarme online con mis amigos a través de mensajes cortos era muy importante tanto para mí como para el resto de personas; y que esa labor tal vez no debería estar en manos de una sola compañía», expresó Rochko.
Su plataforma es una red social gratuita y de código abierto que está descentralizada; esto significa que no existe un servidor individual, una empresa o una persona que la dirija. «En general, estaba relacionado con el sentimiento de desconfianza hacia el control vertical que ejercía Twitter», señaló el desarrollador alemán.
El 6 de noviembre, Rochko tooteó —la versión de Mastodon de tuitear— que la red social había alcanzado 1 millón 28,362 usuarios activos mensuales. «Un dato muy bueno», reconoció el fundador. Twitter cuenta con cerca de 240 millones de usuarios totales.
«Esto demuestra lo fácil que es migrar a otra plataforma»
La corresponsal de Vanity Fair y presentadora de podcast, Molly Jong-Fast, reconoce que recientemente se pasó a Mastodon. Al preguntarle cuáles son las diferencias con Twitter, declara a Business Insider que «no es tan sencilla y fácil de usar, pero es 44,000 millones de dólares más barata».
«Esto demuestra lo fácil que es migrar a otra plataforma. Creo que esa es la lección que hay que sacar de Mastodon», asegura Jong-Fast. La corresponsal de Vanity Fair cuenta con un millón de seguidores en Twitter y explica que, aunque no tiene planes de dejar esta aplicación, lo hará si Musk continúa por el camino que lleva.
En los días posteriores a la toma de posesión de Musk, los trolls inundaron Twitter, con decenas de miles de tuits que incitaban al odio racial y discursos discriminatorios. «Prefiero no apoyar causas nefastas, así que en cuanto haya una buena alternativa, allí que me iré», reconoce Jong-Fast.
El escritor y periodista, Adam Davidson, tiene cuenta en Mastodon desde hace 4 años, pero ha empezado a usarlo más activamente en las últimas semanas. En entrevista sugiere que Twitter estaba empezando a sacar lo peor de él y que quería explorar otras alternativas: «Twitter fundamentalmente monetiza el compromiso, y siento que esto [Mastodon] se basa realmente en la conversación».
Davidson creó un servidor para periodistas en Mastodon que ya ha superado los 1,000 usuarios activos. Al crear el servidor, cerca de 200 trolls se inscribieron y empezaron a lanzar mensajes de odio hacia los miembros del grupo; sin embargo, como administrador, el periodista pudo moderar el discurso y bloqueó a estos usuarios para que no pudiesen publicar.
El periodista indica que otro reto que ha detectado es que algunos administradores de servidores se dirigen a él con la preocupación de que los periodistas exploten la red social en busca de historias o de fuentes para sus textos, algo que ocurre con frecuencia en Twitter. «Desde el principio en Mastodon ha habido muchos académicos, muchos activistas y no tantos periodistas», afirma Davidson.
Aunque ha habido algunos contratiempos, Davidson asegura que, en general, Mastodon proporciona una serie de ventajas que Twitter actualmente no ofrece, como la posibilidad de que dos expertos mantengan conversaciones entre sí sin que en las respuestas se genere la hostilidad que se ha normalizado en la plataforma de Musk.
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