• "Renunciar en silencio" puede significar hacer tus tareas sin preocuparte demasiado.
  • Dejar todo por rabia implica irse repentinamente después de que se hayan acumulado frustraciones en el trabajo.
  • Lo ideal es pensar bien el paso a seguir en tu vida profesional.
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Hubo una época en la que renunciar a tu trabajo significaba tener una conversación incómoda con tu jefe y avisarte con dos semanas de anticipación.

Pero los tiempos han cambiado. Dejar tu cargo adquirió muchas connotaciones nuevas (y confusas, si tienes más de 30 años como yo), que incluyen hacerlo en paz, con rabia o salir «a la antigua» para buscar otra oportunidad.

Así que si te sientes atrapado en el trabajo, tienes opciones. Y saber que tienes estas posibilidades, más allá de permanecer miserable o arriesgar tu sustento al irte, puede ser liberador.

A continuación encontrarás varias situaciones; alguna de ellas puede ser la tuya. 

Sin duda, la carrera de cada persona es única y es posible que los siguientes consejos no se apliquen perfectamente para ti, pero considera esto como una guía general para renunciar.

Antes de comenzar, averigua por qué piensas en renunciar a tu trabajo

Averigua por qué odias tu trabajo. ¿Tu jefe es grosero? ¿Tus tareas son aburridas? ¿Tu horario es impredecible?

Cuando entrevisté a Gretchen Rubin , la autora de «El proyecto de la felicidad«, dijo: «Una vez que identificas la naturaleza precisa de lo que te está enloqueciendo, a menudo es mucho más fácil arreglarlo de lo que crees». 

Podría decirse que un jefe grosero y tareas aburridas son más fáciles de abordar que una «gota nebulosa» de miseria.

También tendrás una mejor idea de qué tipo de «renuncia silenciosa» (si corresponde) tiene más sentido.

1. Considera renunciar tranquilamente si tienes otras prioridades en este momento

En 2022, publiqué un libro para ayudar a las personas profesionales que se sienten atrapados en sus carreras pero que, de manera realista, no pueden hacer un gran cambio. 

Varias me comentaron que su relación con el empleo había cambiado a lo largo de sus trayectorias; estaban más dispuestos a invertir en ellas durante las diferentes etapas de la vida.

Un hombre con un niño pequeño comentó que solía ser más «ambicioso» profesionalmente e interesado en las oportunidades de establecer contactos que lo ayudarían a avanzar en su carrera. 

Ahora está más inclinado a pasar tiempo con su familia fuera del horario laboral, incluso si eso significa perder algunas de esas oportunidades.

Este hombre hace lo que se requiere de él en su empleo, que ha ocupado durante más de una década y que tiene generosas políticas de prestaciones y labores remotas, pero rara vez hay más que eso. 

Según algunas definiciones, ese enfoque mínimo es el epítome para renunciar en paz.

2. Renuncia por rabia si tu trabajo está dañando tu salud mental

Se considera profesional darle a tu empleador al menos un aviso antes de irte. 

Pero si este trabajo está causando o exacerbando problemas como la ansiedad o la depresión, es posible que no valga la pena adherirse a esas normas.

Rahkim Sabree, un empresario, escribió para Insider que renunció a su empleo como gerente de programas bancarios cuando «comenzó a afectar mi salud mental: estaba enojado, ansioso, insatisfecho e infeliz».

Del mismo modo, si estás desempeñándote en un entorno tóxico donde el liderazgo tolera la falta de respeto, las decisiones poco éticas y los comportamientos excluyentes, es posible que estés mejor en otro lugar.

3. Analiza buscar un nuevo empleo si estás frustrado y tienes un desempeño deficiente

¿Cómo se manifiesta tu frustración?

Como me indicó Toni Thompson, vicepresidente de estrategia y operaciones de personal de Etsy y exvicepresidente sénior de personal y talento de The Muse, en una entrevista con Insider, no debes permanecer en tu cargo actual si «de repente no estás haciendo un buen trabajo y te has convertido en un mal compañero de equipo y en un mal empleado porque estás muy frustrado». 

De esa manera, ponderó Thompson, aún dejarás una impresión positiva en tu empleador en caso de que alguna vez quieras colaborar ahí nuevamente o pedirle una recomendación.

Cualquiera que sea la opción que elijas, recuerda que eventualmente puedes tomar una decisión diferente. 

Encuentra el enfoque que funcione por ahora y vuelve a evaluar en unos meses para ver lo que has aprendido sobre tu trabajo y acerca de ti mismo.

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