• A medida que Tesla avanzó en sus objetivos, muchos empleados se ganaron la ira de su jefe, Elon Musk.
  • Musk solía maldecir a los ejecutivos y a los trabajadores de menor rango y abandonaba las reuniones.
  • Las anécdotas proceden del nuevo libro Power Play: Tesla, Elon Musk, and the Bet of the Century.

«No tengo tiempo para esto», grita Elon Musk al salir enfadado de una reunión sobre la inminente salida a bolsa de Tesla. Corre el año 2010.

«¡Tengo que lanzar ese maldito cohete!».

Es uno de los muchos acalorados episodios que se detallan en un nuevo libro que sale a la venta el martes y que documenta el ascenso de 18 años de Tesla, un camino que convirtió una insignificante empresa emergente en el fabricante de automóviles más valioso del planeta.

El libro se llama «Power Play: Tesla, Elon Musk, and the Bet of the Century» («Juego de poder: Tesla, Elon Musk y la apuesta del siglo»), escrito por Tim Higgins, periodista de The Wall Street Journal.

Higgings arroja luz sobre los cortocircuitos del impulsivo consejero delegado de SpaceX y Tesla y su costumbre de descargar su ira con cualquier persona, desde trabajadores hasta extraños y altos ejecutivos, que consideraba una amenaza para el crecimiento de Tesla. 

El libro relata que Elon Musk se enojaba sin motivo aparente

Alrededor de 2010, mientras Tesla desarrollaba su primer coche para el gran público, el Model S, los ingenieros del proyecto hacían de vez en cuando el trayecto que unía Los Ángeles y Silicon Valley a bordo del jet privado de Musk.

En uno de esos viajes, un ingeniero recuerda haber preguntado a Musk su opinión sobre la suspensión del coche: ¿debería ser deportiva, como un BMW, o cómoda, como un Lexus?

«Voy a vender un montón de coches, así que cualquier suspensión que necesite para poder vender un montón de coches, esa es la suspensión que quiero», respondió Musk, según el ingeniero. 

Musk también se hizo una reputación por explotar a los altos ejecutivos

Antes de cada reunión semanal del comité ejecutivo, los miembros bromeaban sobre los planes de almuerzo de Musk.

«¿A quién devorará esta semana?», se preguntaban, según Higgins.

En concreto, el CEO de Tesla se sentía cada vez más frustrado con Peter Rawlinson, que dirigía el desarrollo del Model S.

En una ocasión, Musk se elevó sobre el ingeniero jefe y le gritó «¡No te creo!», mientras apuntaba con un dedo al pecho de Rawlinson, según el libro.

Rawlinson renunció y más tarde fundó Lucid Motors, su propia empresa de coches eléctricos.

La mecha de Musk se acortó tras 2016, mientras la compañía luchaba por desarrollar y fabricar el Model 3, un coche más asequible que, por otra parte, amenazaba con quebrar al fabricante de automóviles. 

Los empleados de Tesla contaron a Higgins que esa la época en que las erupciones de Musk se volvieron cada vez más impredecibles, indiscriminadas y públicas.

Ahora, reprendía a los empleados de cualquier rango, y no a puerta cerrada, como solía hacer.

Una noche, según el libro, Musk llamó a un grupo de ingenieros encargados de hacer funcionar la cadena de montaje del Model 3 a una sala de conferencias.

Les dijo que su trabajo era «una completa basura» y les pidió: «Díganme quiénes son y qué diablos están haciendo para arreglar mi línea». 

Un ingeniero renunció en el acto. 

Los arrebatos de Musk se extendieron más allá de su propio personal

Cuando un grupo de presión de concesionarios se acercó a Musk para que abandonara el modelo de venta directa de Tesla por uno que implicara a los establecimientos tradicionales de venta de coches, Musk interrumpió la reunión, según el libro. 

«Voy a gastar 1,000 millones de dólares en anular las leyes que protegen las franquicias de concesionarios en Estados Unidos», recuerdan que dijo Musk.

Entonces, Musk abandonó abruptamente la sala y cerró la puerta tras de sí, gritando: «¡Saquen a esos tipos de aquí!», dice el libro.

Tesla no ha contestado a la petición de comentarios al respecto de este libro realizadas por Business Insider.

Elon Musk ha puesto en duda la veracidad de algunas anécdotas específicas en Twitter diciendo que el libro es falso y aburrido.

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