He estado inmersa en temas de recursos y de capital humano por muchos años y si algo me queda claro es que la personalización -en cuanto a escuchar las necesidades y las motivaciones de los colaboradores- no siempre se toma en serio.
Los directores y los responsables de recursos humanos repiten la frase: “las personas son primero”. Pienso que una cosa es parecer ‘responsable’ de lo que pasa con los empleados y otra es realmente poner el foco en las personas y contribuir en su desarrollo.
Hablo desde la experiencia personal /laboral cuando digo que sigo escuchando frases como: “búscate a una persona que dé el mismo curso a todos y con esto cumplimos con la cuota de capacitación”.
Pienso que con lo sucedido a partir de la pandemia no nos queda de otra, aunque la mente de jefe controlador quiera dominar, que comprender que las personas anhelamos por sobre muchas cosas tener un sentido de pertenencia.
En más de nueve meses de confinamiento se han perdido empleos, hay una disminución de salarios, pérdida de la salud. Si algo puede hacer que no perdamos la cabeza de la ansiedad es que en lo laboral tengamos un jefe u colegas empáticos y le recordemos a la gente qué representa su trabajo.
Además, esto es algo que los empleados solicitan a los gritos: 79% en el país dice que su deseo este año es ‘formar parte de algo más grande en el trabajo’, y por supuesto, seguir en su empleo, de acuerdo con cifras del informe Tendencias de Capital Humano Deloitte 2020.
Para hacer frente a esto de recordar mi propósito, es importante poder optimizar el poder que tiene cada persona, conectando a unas con otras, y para ello la tecnología es gran aliada, en especial en el confinamiento.
¿Eres un curioso profesional?
En las escuelas se habla de cómo pasar de las clases generalizadas y la capacitación colectiva en un salón a lecciones personalizadas. En el campo del trabajo también debiéramos aplicar este principio, aquí el desafío es que los jefes se concentren en ubicar las capacidades y los intereses de las personas, y que eso ayude a colocarlos en diferentes roles no es una solo función, dice Tom Haak, director del HR Trend Institute.
Por otra parte, seguramente a ti como a mí, nos enseñaron que aplicar a un trabajo es contratarte para hacer solo cierto tipo de tareas. ¿Y dónde queda el interés por incorporar conocimientos que apliques en otras áreas?, ¿cuándo fue la última vez que te sentiste un profesional curioso?
Celebro la frase de Haak, quien participó en el Congreso de Innovación Educativa, organizado por el Tecnológico de Monterrey, sobre que la personalización en la vida de un empleado tiene tanto potencial como la persona decida querer extender sus conocimientos a nuevas áreas.
No se trata solo de decir: me capacité ciertas horas para hace mejor cierto trabajo. El chiste es entrenarse en aquello no imaginado y que puede representar una beta.
Las lecciones del 2020 para armar tu plan de carrera en 2021
Pensando en la reflexión de Haak, enlisto las siguientes lecciones que me dejó la pandemia, y que pretendo te motiven para pensar ¿qué tipo de profesional y hacía donde quieres o necesitas – si hoy no cuentas con un empleo- encaminar tu re entrenamiento profesional para renovar tu perfil?
- La tendencia tras la pandemia será hablar de roles y habilidades para hacer tareas. Necesitamos reentrenar nuestra mente para pasar de trabajos a roles, la diferencia entre ambos en que el primero se trata solo de cumplir con lo que te piden, mientras lo segundo es aprender a poner en prácticas tus habilidades ganadas con los años de experiencia en múltiples tareas en un o más áreas. Haak, por ejemplo, habla de cubrir más de cuatro roles en un solo puesto.
- Mi segunda lección es re descubrir mis fortalezas, es decir, aquellas competencias que tengo de manera innata y he moldeado de la mejor manera posible a través del entorno, la experiencia, etcétera. Cada persona puede tener más de 40 fortalezas, pensemos en identificar las cinco representativas y para ello recomiendo la encuesta sobre el tema, en la página de Via Institute (www.viacharacter.org).
- Antes de cerrar el año, me encargará de anotar cual es el aprendizaje que me hace empleable de por vida. Hay que responder a la pregunta ¿soy a prueba de los cambios por automatización, pandemia y otros fenómenos? Haz una selección de cinco habilidades, como: creatividad, curiosidad, resolución de problemas complejos, colaboración y flexibilidad colectiva.
Si te fijas, desde hace algunos años la mayoría de los trabajos incluyen en su reclutamiento que el candidato registre un grupo de habilidades, no solo la parte técnica.
La resiliencia, clave para armar un plan de carrera
Quizá esté de más recordar, pero es valioso, que lo relevante en estos días es demostrar una personalidad resiliente, porque las personas orientadas de esta manera ayudan a las organizaciones a entrar en un perfil de adaptación.
- Que no nos tomen desprevenidos, mi última lección, es que lograr un desempeño destacado, como colaborador, y que, por consiguiente impacte en la organización, requiere contar con un plan, saber a dónde se quiere llegar y por qué. Las conversaciones de carrera, las retroalimentaciones periódicas, el trabajo uno a uno con mentores o especialistas en ciertas competencias es clave en la construcción de este plan.
Haz tus objetivos SMART para tu plan de carrera el próximo año
Aprender a crear objetivos SMART-S (específicos, realistas, medibles) es un primer paso para crear un plan para impulsar la carrera. Sin embargo, solo 13% de los empleados reconoce trazar y escribir objetivos para maximizar su potencial a corto plazo, arrojó la encuesta Impacto de los Objetivos Smart, de la consultora Leadership IQ.
Este cierre y comienzo de año, es un buen momento para hacer una lista de objetivos de este tipo, que por sus siglas en inglés significa:
– Específico. Esto implica ser detallista en explicar en qué consiste esa meta y qué recursos tienes o no para alcanzarla.
– Medible. Si un objetivo no arrojará resultados medibles, disminuye su posibilidad de cumplirse.
– Alcanzable. Se refiere a la posibilidad de cumplir la meta sin que genere frustración.
– Realista. Lo propuesta debe alinearse a tu perfil, lo que quieres en lo personal y profesional para sentir que hay desarrollo.
– Tiempo. Hay que poner una fecha de cumplimiento y revisar mensualmente el avance.
– Compartido. Una vez que sepas lo que anhelas para el siguiente año (un ascenso, por ejemplo) hay que compartir esto con otras personas, como la red de contactos profesional, para cumplir la meta.
Una propuesta es empezar 2021 con este ejercicio de objetivos, para que tengas claro con qué herramientas cuentas o para cumplir ciertas metas.
Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.