• Enfermos de cáncer, diabetes o enfermedades crónico degenerativas han quedado al margen de la atención de los hospitales ante la saturación.
  • Pero también existen aquellos que por miedo al contagio, han dejado de acudir a recibir atención.
  • Ante una segunda ola de contagios, el Foro Económico Mundial establece que no debe perderse de vista esta población porque podría convertirse en otra crisis.

Hay historias olvidadas en medio del Covid-19. Son futuras madres, pacientes con cáncer, personas que viven con una enfermedad rara o requieren cirugías de rutina.

Hay daños colaterales del Covid-19, no sólo las víctimas directas, también son quienes no reciben atención ante la saturación de los sistemas de salud del mundo.

En un texto del Foro Económico Mundial, Lynsey Chediak, asegura que al priorizar la prevención de la propagación del nuevo coronavirus, se ha dejado globalmente, y sin querer, a aquellos que ya viven al borde de la vida y la muerte todos los días: personas con problemas de salud crónicos.

“Para las personas que viven con cáncer o una enfermedad rara, los hospitales que cierran sus puertas a cualquier cosa que no sea Covid-19 es un problema, y ​​no puede volver a ocurrir en un segundo cierre”, asegura al referirse al rebrote que están experimentando algunos países.

Dijo que este es el momento de abordar una tercera ola cada vez mayor: la pérdida acelerada de personas que luchan con la enfermedad no Covid.

“Debemos tomar medidas inmediatas para evitar escenarios continuos en los que el riesgo potencial para la salud de cerrar la atención por una enfermedad que no es Covid-19 es mayor al riesgo asociado con la posible contracción de Covid-19”, aseguro en el artículo.

Los enfermos que no tienen coronavirus: el miedo de atenderse y contagiarse

El miedo también juega un rol clave. De acuerdo con el Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia, 70% de las personas están algo preocupadas por ir a un centro de salud por temor a contraer Covid-19.

El control de enfermedades ha disminuido, las salas de emergencia han visto una caída de 50% de sus visitas, es decir, un número significativo de personas están esperando demasiado tiempo para buscar tratamiento, que puede conducir a daños a largo plazo y la muerte prematura, dice Lynsey Chediak.

Las afecciones agudas y mortales como ataques cardíacos , derrames cerebrales y apendicitis también se encuentran en niveles bajos de hospitalizaciones de todos los tiempos, aunque no es probable que la ocurrencia de estas afecciones en la población general disminuya.

“La dinámica de vivir con cualquier enfermedad y una pandemia se caracteriza por el aislamiento, la incertidumbre y las necesidades compartidas, necesidades como la conexión; innovación; reutilización acelerada de fármacos, ensayos clínicos y nuevas vacunas; marcos regulatorios dedicados y ágiles; interacción coordinada de múltiples partes interesadas; intervención aguda y continua; comunicación clara y consistente y uso del lenguaje; y una respuesta mundial de salud pública”, dice la autora del artículo.

No podemos considerar solo la respuesta Covid-19 como «esencial» y el tratamiento para las personas que viven con otras enfermedades como «no esencial». Se necesitan desesperadamente soluciones creativas para garantizar que la población mundial pueda acceder a la atención médica básica, crisis o no, finalizó.

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