• Las restricciones eurocéntricas dificultan que las mujeres de color participen en los Juegos Olímpicos.
  • Los historiadores dicen que estas reglas son los subproductos persistentes del racismo y el sexismo dentro de los Juegos Olímpicos.
  • Aunque los Juegos Olímpicos se están volviendo más inclusivos, son las propios atletas las que están impulsando este cambio.

Este año, las atletas olímpicas de color no fueron noticia por sus increíbles hazañas deportivas o sus victorias, sino por los obstáculos que se interponían en su camino.

World Athletics, el organismo rector del atletismo a nivel mundial, prohibió que dos mujeres namibias participaran en varias carreras; ello por su “alto nivel natural de testosterona”, dijo el Comité Olímpico Nacional de Namibia.

Los legisladores republicanos reprendieron a la lanzadora de martillos Gwen Berry por rechazar la bandera de Estados Unidos.

La Agencia Antidopaje de dicho país anunció una prohibición de 30 días para la velocista Sha’Carri Richardson. La atleta dio positivo por consumo de marihuana, a pesar de la poca evidencia de que la sustancia tenga un impacto medible en el rendimiento.

Y el organismo rector de los deportes acuáticos prohibió el uso de un gorro de baño diseñado para adaptarse al cabello natural de las personas de color.

Estos incidentes, dicen los historiadores del deporte, subrayan el profundo racismo y sexismo arraigados en los Juegos Olímpicos.

Las políticas y restricciones en sí mismas no son racistas ni sexistas, dijo Cat M. Ariail, profesora de historia en la Universidad Estatal de Middle Tennessee. 

Sin embargo, cuando se aplican, a menudo tienen implicaciones racistas y sexistas que obstaculizan la capacidad de las mujeres afrodescendientes para participar plenamente en los Juegos Olímpicos.

Estas políticas obligan a las mujeres de color a alterar o adaptarse a sus necesidades biológicas o experiencias sociales de maneras que las personas blancas no tienen que vivir.

La doble moral entre escoger a tu país o la experiencia que has vivido en él

mujeres de color
Kirby Lee-USA TODAY Sports

Berry enfrentó fuertes críticas por alejarse de la bandera de Estados Unidos en junio cuando el himno nacional resonaba a través de los altavoces. 

Legisladores republicanos de renombre —como el senador Ted Cruz y el representante Dan Crenshaw— amplificaron esa crítica, acusándola indirectamente de odiar a Estados Unidos o pidiendo fervientemente su expulsión de los Juegos Olímpicos.

La lanzadora de martillo esperaba que sonara el himno nacional mientras ella y las otras atletas se marchaban. En cambio, se escuchó mientras estaban en el podio

Fue entonces cuando Berry se volvió hacia las gradas y comenzó a agitar una camiseta que decía “Atleta activista” sobre su cabeza. El Partido Republicano aprovechó la protesta pacífica, caracterizándola como una abrasión a la democracia y al espíritu de las Olimpiadas.

En respuesta a la reacción violenta, Berry dijo que los comentarios muestran un compromiso con el “patriotismo sobre la moralidad básica”, argumentando que el público valora más el respeto al país que tomar una posición en contra de su historia racista. 

Berry y algunos escritores sugirieron que esto intenta presionarla para elegir entre el país y su experiencia de vida como una mujer de color en los Estados Unidos.

“La sociedad estadounidense, con su racismo y sexismo profundamente arraigados, dificulta que una mujer afrodescendiente se convierta en una atleta de élite”, dijo Ariail a Insider. 

“Cuando supera las probabilidades y alcanza tales alturas, las diversas políticas y prácticas de las organizaciones deportivas —muchas de las cuales no son racistas/sexistas en la superficie, pero tienen efectos racistas/sexistas— a menudo le dificultan desarrollar su potencial”, agregó.

La relación entre la marihuana y el racismo

Sha'Carri Richardson
REUTERS/David W Cerny

Richardson asumió la responsabilidad por consumir marihuana, diciendo que lo hizo para hacer frente al repentino aviso de la muerte de su madre biológica, una noticia devastadora que le dio un periodista. 

La decisión conmocionó a Estados Unidos y muchas personas cuestionaron la legalidad de la prohibición.

La marihuana es legal en más de una docena de estados en dicho país. Su uso medicinal es legal en muchos más. Richardson lo usó en Oregon, uno de los estados donde es legal. 

Los estudios han encontrado que la marihuana no afecta el rendimiento, pero está en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

“Es una droga (cuyo) uso se ha asociado durante mucho tiempo con las personas de color, lo que, a su vez, la ha asociado con una ‘inmoralidad’ que se cree que es incompatible con la pureza moral que imponen las organizaciones deportivas olímpicas e internacionales en atletas”, dijo Ariail.

Los Juegos Olímpicos siempre han tenido un problema con las mujeres de color

Simone Biles
REUTERS/Dylan Martinez

Estos incidentes no son la primera vez que los Juegos Olímpicos han desanimado la participación de las mujeres de color. La historia de las Olimpiadas, dicen los historiadores del deporte, está plagada de ejemplos de racismo y sexismo.

La gimnasta Simone Biles habló el año pasado sobre el racismo que ha experimentado como atleta olímpica. 

“Estaba en una escena mundial y fue noticia que otra gimnasta dijo que si nos pintábamos la piel de negro, tal vez todos ganaríamos porque la derroté por la medalla y se enojó”, dijo en el programa “TODAY Show”. 

“Y esa (fue) realmente la noticia, en lugar de que yo ganara por el mundo”, añadió.

La primera vez que las mujeres afrodescendiente participaron en los Juegos Olímpicos fue en Los Ángeles 1932, según Linda K. Fuller, una académica que ha escrito varios libros sobre la intersección de los deportes y el género. 

Desde la década de 1930, los comentaristas deportivos han descrito a las mujeres de color con términos racistas, refiriéndose a ellas como “monos bailarines”, por ejemplo, dijo Fuller. 

En las décadas de 1950 y 1960, la reconocida velocista Wilma Rudolph fue llamada la “Gacela Negra”, comentó Fuller, añadiendo que el comentario aislaba su feminidad e identidad.

El racismo en los Juegos Olímpicos continúa

A pesar del racismo persistente, las mujeres de color olímpicas han seguido logrando increíbles hazañas atléticas. 

No obstante, hoy continúan lidiando con políticas racistas y sexistas destinadas a defender una visión eurocéntrica de los Juegos Olímpicos, señalaron Ariail y Fuller.

Así como las políticas racistas son intrínsecas a los Juegos Olímpicos, también lo es una historia de activismo y protesta. 

Por ejemplo, en 1968 Tommie Smith y John Carlos levantaron los puños para protestar contra el racismo en Estados Unidos, también mientras sonaba el himno nacional de fondo.  

Los atletas no estadounidenses también han protestado contra la injusticia durante la temporada olímpica.

La gimnasta checoslovaca Věra Čáslavská se apartó de la bandera soviética en 1968 para protestar contra la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia.

Ese contexto histórico hace que la demostración de Berry en el podio parezca mucho menos inusual.

Un impulso por la inclusión

mujeres de color
Action Images/Reuters

Desde la Ley de Derechos Civiles de 1964, los Juegos Olímpicos se han vuelto lentamente más inclusivos, de acuerdo con Fuller.

Aún así, el racismo y el sexismo siguen vivos. 

En 2012, un presentador de la NBC elogió los logros de la gimnasta Gabby Douglas durante una transmisión, para que después sus comentarios fueran seguidos por un anuncio de un mono haciendo gimnasia. El público criticó rápidamente al comercial y el momento en el que fue lanzado.

Los ejemplos más recientes de mujeres de color excluidas de la competencia provocan la ira tanto de los atletas olímpicos como del público.

Esto se debe a que, de alguna manera, las políticas representan una continuación de estos matices racistas y sexistas que aún están presentes en los Juegos Olímpicos.

Pero son los atletas, y específicamente las deportistas de color, quienes están impulsando la inclusión dentro de los Juegos Olímpicos.

“El éxito de las mujeres afroamericanas, encabezado por Wilma Rudolph en 1960, sirvió de inspiración para las mujeres de color en otros países, especialmente en las naciones africanas recientemente descolonizadas”, dijo Ariail.

A través de una fuerte combinación de protesta y victoria, las mujeres de color como Wilma Rudolph, Serena Williams, Biles, etc. fomentan la diversificación de las Olimpiadas.

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