• Los intereses y el pago del servicio de la deuda ha crecido 6.6% en promedio por año en la última década, mientras que la economía apenas 1.8% anual en el mismo lapso, según un análisis del CIEP.
  • Menos ingresos significan menor inversión y gasto en tiempos de crisis, como fue el caso de la pandemia de Covid-19.
  • México tiene que repuntar en crecimiento económico e ingresos públicos para salir de un círculo vicioso que lo mantiene atado a pagar altos intereses por la deuda pública.

Comparado con otros países, México paga una de las tasas de interés más altas por su deuda pública, los cuales han aumentado aceleradamente en la última década al compararse con el crecimiento económico y la ingresos públicos, de acuerdo con un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP)

El pago de intereses y del servicio de la deuda pública creció en promedio 6.6% anual en los últimos 10 años. Eso es 3.6 veces superior al ritmo de expansión del producto interno bruto (PIB), que apenas se acercó a 1.8% anual en el mismo periodo, y 2.8 veces por encima de los ingresos públicos, que crecieron 2.4% anual en promedio durante la última década, según datos del CIEP. 

Lo que preocupa al CIEP es que “el presupuesto que se destina al costo de la deuda pública crece más rápido que el presupuesto que se destina para ofrecer bienes y servicios públicos” haciendo esta relación entre endeudamiento e ingresos poco sustentable en el largo plazo. 

El pago de intereses y el servicio de la deuda le resta espacio al gobierno federal para ejercer el gasto público. Esto supone un riesgo en tiempos de crisis, como se demostró con la llegada del Covid-19 y la implementación de medidas de austeridad por parte del gobierno federal.

Esta crisis tendrá un costo para el erario público de al menos 317,775 millones de pesos. En tanto, el pago de intereses y servicio de la deuda será de de 727,700 millones de pesos en 2020, un crecimiento de 5% en comparación al año pasado, de acuerdo con cifras del CIEP.  

Menos recursos impactan a la inversión pública

Los estragos de un elevado pago de la deuda ya son visibles cuando se compara su crecimiento con otros apartados del gasto y que generan un crecimiento económico para el país, como es el caso de la inversión pública.

Mientras el pago de intereses y el servicio de la deuda creció 6.6% anual en la última década, en el mismo periodo “el gasto programable del gobierno creció a una tasa de 1.1%, y la inversión física ha caído a una tasa promedio de 5.2% anual, durante el mismo periodo”, dijo el CIEP. 

Pocos ingresos, elevados intereses y un peso más débil

De acuerdo con el CIEP, el elevado costo de la deuda pública se debe a tres factores que han generado un círculo vicioso del cual el gobierno mexicano se encuentra inmerso.

En primer lugar, los ingresos públicos no alcanzan a cubrir todas las necesidades de gasto. 

En los últimos 10 años, el gasto gubernamental equivale a una cuarta parte de la economía mexicana, es decir 25% de su PIB. Mientras tanto, los ingresos no alcanzaron a los egresos en el mismo periodo; se ubicaron en 22.6% del PIB, una diferencia de 2.4% que se traslada a un déficit en el presupuesto, dice el CIEP. 

En segundo lugar, están las elevadas tasas de interés que paga el gobierno mexicano. El CIEP recordó que México se encuentra entre los países de la OCDE que más destina recursos al pago de intereses; 13.4% de su gasto público, la mayor cifra solo después de Brasil. 

“La tasa de interés en México se encuentra aproximadamente en 5%, mientras que en países como Estados Unidos o Japón, las tasas de interés son menores a 2%”, indicó.

En tercer lugar, está el tipo de cambio. Casi una tercera parte de las obligaciones financieras del gobierno mexicano fueron adquiridas en dólares. Por lo tanto, una devaluación del peso frente al billete verde aumenta el costo de la deuda externa. 

El círculo vicioso entre deuda, tasa de interés y tipo de cambio

Pero el factor que inicia un círculo vicioso es la tasa de interés del Banco de México (Banxico). Debido a que el peso se ha devaluado frente al dólar, se han encarecido las mercancías importadas y, por tanto, los precios al consumidor.

“Entre los años 2017 y 2018, la inflación se ubicó en sus niveles más altos desde 2001, ascendiendo a 6.59%”, explicó el CIEP. 

Por ello, Banxico necesita mantener tasas de interés relativamente altas para evitar que aumenten los precios, y que la inflación dañe más la economía. 

Pero una mayor tasa de interés ocasiona que el gobierno mexicano tenga que pagar un mayor rendimiento cuando pide financiamiento. Esto incrementa el costo de la deuda para el Estado. 

“Para que el incremento del costo de la deuda no presione el presupuesto programable, se debe priorizar la recuperación de la economía; así como fortalecer los ingresos públicos”, recomendó el CIEP. 

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