• Un estudio de la Universidad Iberoamericana indicó que los ingresos de los hogares mexicanos se redujeron durante la "nueva normalidad" a pesar de la apertura de la economía en junio y julio.
  • La encuesta reveló un ligero aumento en la preocupación por satisfacer las necesidades alimentarias de las familias.
  • En los hogares se reportan síntomas de ansiedad severa en este periodo de pérdida de empleo y caída del ingreso.

Aunque comenzó la reapertura de varias actividades económicas y México entró a la «nueva normalidad» al menos uno de cada tres los hogares sufrió una reducción de la mitad de sus ingresos en junio y julio, de acuerdo con un estudio sobre los efectos del Covid-19 en la sociedad de la Universidad Iberoamericana. 

La Encuesta de Seguimiento de los Efectos del Covid-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19) también reveló que hasta dos de cada tres hogares han sufrido una reducción de menos de la mitad en sus ingresos en junio y julio. En promedio, las familias han sufrido una reducción cercana a 48% en sus ingresos.  

Esta proporción es prácticamente la misma con respecto a abril y mayo, los meses de confinamiento y cierre de actividades de la Jornada Nacional de Sana Distancia.

“Las ENCOVID-19 de abril y mayo mostraron que a tan solo unos meses de iniciada la pandemia, uno de cada tres hogares reportaba una pérdida de 50% o más de sus ingresos”, detalló el estudio.

Según esta medición, el recorte al ingreso se se observó a pesar de que el empleo ha registrado una leve mejoría en junio y julio.

En junio, 10 de cada 100 personas de la población económicamente activa dijo estar desocupada. Esta cifra equivale a 5.5 millones de mexicanos.

En julio, con la recuperación del empleo, esta proporción bajó a ocho de cada 100 personas, es decir, hubo 4.4 millones de desempleados.

Sin embargo, como apuntan otras mediciones, la mayor recuperación del empleo se dio en el sector informal. El desempleo en este sector se redujo de 18% en mayo a 12% en junio, y después una reducción adicional en julio al caer a 9%. 

El sector formal también se recuperó pero de una forma más limitada en julio. De reportar un desempleo en este sector de 10% en mayo, bajó a 8% en junio y nuevamente a 7.5% en julio. 

Preocupados por qué comer

Uno de los hallazgos relacionados con el desplome del ingreso en los hogares es una mayor preocupación por conseguir alimentos.

En junio, 31% de los hogares encuestados declaró que no estaban preocupados por su fuente de alimento. Sin embargo, un mes después, esta proporción bajó a 27%. 

“La disminución en seguridad alimentaria se asocia primordialmente al aumento en la preocupación por no disponer de alimentos suficientes, ya que el porcentaje de hogares con una menor cantidad y calidad de alimentos por falta de recursos económicos se ha mantenido en aproximadamente 30%”, señaló la ENCOVID-19.

De ahí que la proporción de hogares que ha tenido que recibir ayuda gubernamental haya registrado un repunte sustancial en tan solo un mes.

En junio, la proporción de hogares que recibió asistencia del gobierno o de algún programa social se ubicó en 27%.

Tan solo un mes después, se observó un incremento de 12 puntos porcentuales para ubicarse por encima de 39% en julio. 

Ansiedad y depresión por la pandemia al alza

La crisis sanitaria, el confinamiento, seguido del desempleo y la caída del ingreso son factores que han marcado a muchas familias. Por ello, la ENCOVID-19 investigó los síntomas de ansiedad y depresión en las familias durante la pandemia.

Encontró que tres de cada 10 personas con mayoría de edad reportaron síntomas severos de ansiedad en junio (33%) y julio (31%).

Este nivel de ansiedad prácticamente se ha mantenido estancado desde abril y mayo cuando se reportaron síntomas severos en 32% de los hogares.

“La presencia de síntomas depresivos en la muestra de la ENCOVID-19 ha disminuido entre abril y junio, al pasar de 27.6%, a 23%. Como en el caso de ansiedad, las mayores prevalencias se observan en poblaciones de bajo nivel socioeconómico.”

«Conforme la crisis continúa, los efectos en otras áreas del bienestar de los hogares pueden agravarse, por lo que una decidida respuesta de todos los sectores sociales será fundamental para superar la crisis y sus repercusiones», concluyó el reporte.

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