Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

Las altas tasas de desempleo, informalidad e inactividad asedian a cerca de 110 millones de jóvenes en América Latina y el Caribe; esto según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En el caso de México, el principal desafío para que esta población se contrate radica en carecer —a nivel individual, e incluso, desde una perspectiva académica—  de una estrategia para adquirir experiencia lo más rápido posible. 

En México el 62% de los jóvenes externan dificultad para emplearse; reconocen que no poder demostrar competencias profesionales (experiencia) es el principal obstáculo en los procesos de reclutamiento; esto de acuerdo con datos del estudio ‘Escasez de Oportunidades Laborales’ de ManpowerGroup, en colaboración con Junior Achievement Americas. 

El estudio encuestó a más de 2 mil jóvenes en América Latina; concluye que no encontrar un salario adecuado para sus expectativas económicas es el segundo obstáculo.

Me pregunto por qué se carece en una asignatura en la que, de manera realista y apegada al mercado laboral, la persona sepa estimar su percepción salarial de acuerdo a la industria, el sector, los tabuladores, las habilidades, entre otros elementos. 

Esta fotografía que nos presenta ManpowerGroup, junto con Junior Achievement, muestra un escenario preocupante; y sobre todo, no lejano de lo reportado en diversas ocasiones por organismos como la OIT. En América Latina existen 9.4 millones de jóvenes desempleados; 23 millones que no estudian ni trabajan, mucho menos están en capacitación, y más de 30 millones solo consiguen empleo en condiciones de informalidad.  

¿Cómo cambiar su realidad laboral ante la falta de experiencia?

«La pandemia modificó las condiciones y las expectativas de los jóvenes sobre el mundo del trabajo», comenta Mónica Flores, presidente de ManpowerGroup para Latinoamérica y responsable de la operación en 18 países.

Con todo y que hoy esta población considere nuevos esquemas laborales para emplearse, «la experiencia sigue siendo el factor determinante para llegar a un empleo formal; independiente del grado de formación con el que se cuenta», dice.

Recordemos que México no cuenta con el ejercicio ‘mejor ejecutado’ en educación dual, o en algún otro esquema, para vincular de manera temprana a jóvenes con el sector empresarial. Dos datos sobre esto. El país representa una de las economías con mayor diversificación productiva de la región; sin embargo, solo un tercio de los trabajadores informa haberse capacitado durante su vida laboral para mejorar/transformar su actividad; así lo mostró el documento ‘Formación profesional para superar crisis del empleo en América Latina’, también de la OIT. 

Aunque sea complejo de reconocer —y tengo por cierto que centrarse en los pocos avances no es estratégico—, hay que recordar que la falta de experiencia no se presenta como como un acto instantáneo. 

Desajuste de competencias

De fondo, es un problema de ‘desajuste de competencias’, de una ‘colaboración’ entre sectores que no termina de articularse; de una dificultad para que el joven no deserte en su formación académica, mucho menos ahora que el formato ‘micro learning’ (aprendizajes cortos y concretos) predomina en el escenario pospandemia. 

La OCDE apunta a que más del 55% de los alumnos mexicanos no alcanza el niveles de competencias básicas en asignaturas como matemáticas (las cuales contribuyen al pensamiento abstracto, a un manejo de la frustración). 

¿Qué calificación tendríamos hoy en la competencia digital? Claramente, no se trata de que todo la aprendido, analizado, entendido, sea solo a través de tecnologías digitales, pero sí es el mejor momento para pensar en ‘hibridación’, en ganar la experiencia por diferentes fuentes, seguirse preparando y presentar esa ‘carta’ ante posibles empleadores.   

La inserción laboral requiere de una visión mucho más precisa, que articule formación con trabajo para generar una demanda pertinente en los puestos de trabajo.  Si la información parece más de ‘discurso’, esa no es la intención; y comparto que los jóvenes mexicanos fueron muy directos y precisos, respecto a lo que esperan del primer empleo.  

La remuneración económica está en el número uno

Se ha convertido en un fuerte factor que determine en el joven talento aplicar y permanecer en un empleo. En promedio, el sueldo que pretenden los jóvenes oscila entre uno y tres salarios mínimos, de acuerdo con la encuesta citada. 

Los jóvenes esperan encontrar un empleo formal. 97% desearía formar parte de una organización; busca ofertas con seguridad social y prestaciones de ley, además de ayuda para seguir estudiando y alguna clase de seguro. 

Por su parte, los empleadores de la región señalaron que más de 90% ha contratado a jóvenes durante los últimos 12 meses. Para 87% hubo una oportunidad de empleo formal y el 70% de los participantes obtuvo un contrato por tiempo indeterminado. 

Las organizaciones en Latinoamérica afirmaron que más del 80% de los empleadores buscan contratar a más jóvenes; sin embargo, de nuevo la falta de experiencia, conocimientos y habilidades, frenan esa intención de cubrir plazas con recién egresados.

La estrategias más efectiva ante la falta de experiencia

Mientras avanza el círculo vicioso de: “Cómo ganar experiencia si nadie me da oportunidad”, los empleadores han optado por políticas enfocadas en sueldo y prestaciones, desarrollo o crecimiento y flexibilidad laboral para atraer a quien sí confirman ciertas destrezas 

“Existe un bono de talento que hay que capitalizar, se trata de jóvenes con potencial que tienen mucho para aportar. La estrategia más efectiva para conseguir un empleo es iniciar en puestos temporales, lo antes posible, para ir adquiriendo experiencia”, sugiere Leo Martellotto, presidente de Junior Achievement Américas.

El estudio Escasez de Oportunidades Laborales de ManpowerGroup en colaboración con Junior Achievement Americas, detectó que 81% de los jóvenes está buscando trabajo, la mitad de ellos (40%) inició con esta meta hace más de seis meses. 

Las áreas a las que más aplican son: Administrativas Financieras; Comercial, marketing y venta; así como Tecnologías de la Información y sistemas. 

Una última reflexión gira en torno a la competencia de proactividad de manera individual; aquella que a veces olvidamos, pero que resulta clave para continuar en el desarrollo de habilidades; en pensar en la rentabilidad de nuestras actividades, en cómo probar diferentes áreas de nuestra formación hasta encontrar un campo ‘fértil’ en el cual laborar o emprender. Para, en resumen, aprender a realizar una venta o demostración realmente convincente de querer formar parte de una organización aun cuando no se tiene toda la experiencia requerida.

La informalidad y la falta de experencia asedia a los jovenes(social)

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook , InstagramTwitter y LinkedIn

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión